Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 17 de marzo de 2016

"A livraria máis antigua do mundo": La Librería Bertrand en Lisboa


He hecho una escapadita a Lisboa y quería compartir con vosotros un montón de entradas envueltas en papel de regalo y olor a letras de esas que nos gustan. Así que hay que ir poniéndose a ello que tenemos tarea.

La primera entrada de la serie Lisboa va a ser una librería para nuestra colección particular de "La vuelta al mundo en 80 librerías". 

Esta librería, la Librería Bertrand dicen que es "A livraria máis antigua do mundo". Pues sí, la librería más antigua del mundo. Y la verdad es que es bien chula. 

Está en pleno centro de Lisboa, en la rua Garrett, subiendo al barrio del Chiado.

Fue fundada en el año 1732. Ya veis... ayer mañana. Dos siglos y pico de historia en torno a los libros. Tiene origen francés y durante el siglo XIX se celebraban en su interior muchas tertulias literarias frecuentadas por los intelectuales lisboetas. He leído que no es que sea la primera librería que haya existido en el mundo entero, pero sí la primera de entre todas que aún está en funcionamiento, por ello en el 2010 entraron en el libro Guiness de los Records.  

Podeis ver en los fotos que hace esquina y todo el edificio está cubierto de los tipos azulejos azules de Portugal. En su interior es grande y espaciosa, y está decorada con esas estanterías de madera toscas y viejas que le dan ese aire decadente tan acogedor, junto a relojes y grandes paneles. 

En un principio estaba en otra calle, pero tras el terremoto de Lisboa se trasladó a su actual lugar. Muy cerca del Café Brasileira que frecuentaba Pessoa y que tiene la popular estatua de él delante de la fachada. Pero eso ya lo dejamos para otra entrada.











lunes, 14 de marzo de 2016

"Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado" de José Luis Cuerda



-Ya está.
-¿Qué?
-Todo.
-¿Lo que faltaba también?
-De eso es de lo que más hay.


Guardamos las risas pasadas en
toscos cajones de madera.
Y las penas en cofrecitos de nácar.
Estamos tontos y desnortados.


Llenos los bolsillos de altramuces,
garbanzos torraos, paloduz, chufas
e infancia, ando por la calle que parece
que voy a comerme el mundo.


Jose Luis Cuerda
Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado.


“Una cabra puede ser un disgusto, una obsesión, un objeto de deseo, un tesoro” dice el autor. “Tarde o temprano tendremos la necesidad de dialogar con la cabra que llevamos dentro y convencerla de que entre en vereda”. Cuerda piensa que el animalico se avendrá a caminar por la senda del diálogo “y cuando la cabra se aviene se producen en nuestras vidas momentos radiantes. De conformidad luminosa”.  

Unas te gustarán más, otras menos, pero estas breverías, o aforismos, o breves reflexiones entre la filosofía y el humor, a veces más profundas y a veces más simples, de José Luis Cuerda, a mí me gustan. Y sus diálogos, cómo el que encabeza la entrada, me gustan aún más.
Para degustar a sorbos y a ratos, para quedarse colgando de uno de estos pensamientos o simplemente esbozar una sonrisa ante algún chascarrillo. Pero indiferencia no, indiferencia al menos a mí, no me producen. Cualquier cosa menos eso.



Puestos a decir amén,  prefiero hacerlo sin la tilde.

Jose Luis Cuerda
Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado.



sábado, 12 de marzo de 2016

Letreros de las calles

Sierra de Ayllón


Hoy os traigo esos letreros que uno caza al vuelo cuando va por la calle e inmediatamente te llaman la atención. Pero en este caso no me llamaron la atención a mí sino a dos amigas mías. Lo mejor es que nada más verlo dijeron ¡Para el blog de Rocío!

Son majas mis amigas ¿verdad? Son amigas mías y del blog.

El que encabeza la entrada me lo regaló mi amiga Isabel.

La verdad es que es bien chulo ¿verdad? "Niños en libertad". Me gusta mucho. Estaba de senderismo y lo vió en un pueblecito de la Sierra de Ayllón. 

Muy ocurrente y da que pensar.


Y ésta foto de aquí arriba pues me la regaló mi amiga Marián. 

Y es de por el Sur, mi amiga y la foto. Creo que es de Cádiz, mi amiga seguro, y la foto del restaurante casi, casi que también. 

Bueno, pues eso, que da gusto que me den estas alegrías de vez en cuando. Porque hay que reconocer que las fotos son curiosas, están bien. Me gustan estas demostraciones de ingenio.

viernes, 11 de marzo de 2016

11 de marzo otra vez.... en Madrid



Siempre que llega el 11 de marzo no puedo evitar acordarme de aquel otro 11 de marzo, el del 2004 en Madrid. 

Íbamos todos en el metro y en el tren a trabajar. Era la hora. Y en Madrid somos muchos, sí, y anónimos, pero cada uno es ÚNICO y ESPECIAL.

Cada año llega el 11 de marzo y te acuerdas de dónde estabas en ese momento. Porque nos podía haber pasado a cualquiera de nosotros. Y te acuerdas de los ruidos de las megafonías, de las ambulancias, de todo. Qué tristeza.

En aquella ocasión escribí un texto. Solo eran sensaciones. Una compañera después me lo pidió y se llevó mi escrito para colgarlo con tantos otros en una de las estaciones de RENFE más afectadas, la de Santa Eugenia. No sé que fue de aquel escrito mío, dónde iría a parar.


Pero no lo he retocado, es como fue, un desahogo hecho palabras.

Va por aquellos que no se pueden acordar.



Cuando matar no es por supervivencia



Próximo tren procedente de Guadalajara con destino Atocha.
Hace paradas en todas las estaciones de su recorrido.

Porque te lo debemos.
Porque quizás hasta corriste para coger ese tren.
Porque fuiste una de las caras que alguien miró, mientras disimuladamente firmaba con tu nombre bajo el asiento.
Porque aún así, aún así, lo hizo.
Porque tu corazón estalló en millones de lágrimas que mojaron Madrid de impotencia. De rabia. De pena.


Suspendido el servicio en línea 1, entre Atocha y Pacífico
Suspendido el servicio en línea 1, entre Atocha y Pacífico


Porque alguien te está buscando de hospital en hospital.
Porque no te va a encontrar. No.


¿Quién irá a buscar a tu hijo a la guardería?
¿Quién recordará a tu madre que tiene que tomarse las pastillas?
¿Quién ahogará un “buenas noches” en tu lado de la almohada?


Porque solo tienen derecho a matar los animales. Y lo hacen cuerpo a cuerpo. Y lo hacen por supervivencia.
Porque todos lloramos por dentro. Todos. Lloramos.
Porque te lo debemos.
Porque vamos a tu lado, de pie y cogidos a la barra. A tu lado, apretados y aún con sueño.
Porque te lo debemos. Te lo debemos.


Atención viajeros: El servicio Cercanías RENFE está suspendido
Atención viajeros: El servicio Cercanías RENFE está suspendido

©Rocío Díaz Gómez
Marzo 2004

jueves, 10 de marzo de 2016

"Morir no es tan fácil" de Belinda Bauer



"¿Cómo puede un ser humano morir tan fácilmente, con lo que cuesta romperlo?"



Terminé de leerme este libro hace un par de días. Me lo había recomendado una amiga, y me ha gustado bastante la verdad.

Me ha parecido entretenido y muy original para ser novela negra en la elección de sus narradores. 

Pero vamos por partes.

El argumento: La novela arranca desde una doble visión. Por una parte Patrick Fort (un jóven de 18 años con síndrome de Asperger) está examinando en su clase de anatomía un cadáver, el Número 19, porque quiere respuestas a lo que pasa cuando alguien muere, preguntas que tiene a partir de la muerte de su padre. Y por otra parte tenemos a un enfermo en coma, Sam, que quiere comunicarse con el exterior porque ve, escucha y piensa, pero no puede comunicarse... Por supuesto todo se complica cuando Sam ve algo que no debería haber visto, y cuando por su parte, Patrick, descubre algo sobre la muerte de su cadáver.

La novela, aunque es negra, tarda un poco en arrancar con su misterio. El motivo es que tiene dos subtramas (o incluso podríamos hablar de tres, me refiero a la protagonizada por Tracy Evans, una enfermera de la Unidad de Neurología) que parten paralelas y cada una protagonizada por uno de los narradores de los que hemos hablado (Patrick y Sam). A medida que va avanzando la novela ambas subtramas principales convergen en una sola. De todos modos a mí me ha resultado muy entretenida sobre todo debido a ese punto de originalidad, del que os hablaba, y que aporta la elección de los narradores.

Enlazando con lo anterior podemos decir que me han gustado mucho los personajes principales de esta historia. Patrick, un jóven de 18 años con síndrome de Asperger, que te enseña cómo vive la vida una persona aquejada por este síndrome. Muy, muy interesante para mí: Sus "afirmaciones inútiles", sus obsesiones, su falta de afectividad, su afán por saber, su falta de humor..  Y por otra parte Sam, que está en coma, yo creo que también está muy perfilado dado el poco juego que te da un personaje en estas condiciones. También está muy presente la madre de Patrick, que te ofrece el punto de vista de la madre de una persona autista Asperger.

Por lo tanto si os interesa este tema del Autismo, del Síndrome de Asperger, o de los enfermos en coma, esta novela os resultará interesante. Por supuesto es ficción, pero toca bastaste el tema y puedes verlo incluso desde varias perspectivas porque la autora utiliza la técnica del multiperspectivismo en los dos casos: El chico de Asperger, su madre, su padre... O el enfermo en coma, las enfermeras, el marido, la hija... Muy curioso.

"Al principio perder a su padre le había provocado una confusión similar a perder un guante o un calcetín. Esas cosas no dejan de existir solo porque no se vean; siempre existen en alguna parte: debajo de la cama, en la lavadora, entremetidas en el sofá…, y siempre acaban apareciendo.
Tarde o temprano, dependiendo del empeño con que se busquen.
Y Patrick había puesto mucho empeño. Desde que la orientadora del colegio le dijera lo de la puerta de un solo sentido, había intentado encontrar alguna señal de dónde estaba y cómo se abría. Al principio, la buscó en los animales y los pájaros que recogía por los Beacons y llevaba a su casa, luego en las caras de los muertos que encontraba en las colecciones de postales macabras..."

La historia está dividida en cuatro partes y 58 capítulos cortos, lo que también agiliza la lectura, junto al cambio del narrador, una veces contado en primera persona por Sam y otras, en tercera persona, en todo lo relativo a Patrick. Cómo ya he comentado no es que sea una novela trepidante, ni mucho menos, no tiene un ritmo rápido, pero esta estructuración de la historia, los distintos narradores, la dosificación de los hallazgos de Patrick, ayuda a agilizarla. Además es que la trama es más compleja de lo que parece.

El tono de la novela es distendido, incluso tiene pinceladas de humor negro. La visión del mundo del protagonista Asperger, con sus características propias de poca afectividad y obsesivo con sus temas, le aporta situaciones algo cómicas. Y por supuesto las escenas de la disección tienen también su "aquel"...

Y el final está bien. 

A mí me ha gustado, yo os la recomiendo si queréis leer una novela negra con un toque diferente y original. Y desde luego si os atraen estos temas (El Asperger, el enfermo en coma, la anatomía...) yo creo que os puede resulta interesante. Yo leí en su día "El curioso incidente del perro a medianoche", cuyo protagonista también era autista, y me gustó, pero creo que ésta me ha gustado bastante más.





Belinda Bauer (Inglaterra, 1962) es una escritora y guionista británica que se ha especializado en tramas de novela de negra. Creció en Inglaterra y Suadáfrica, y actualmente ha fijado su residencia en Gales. Ha trabajado como periodista y guionista. Su guion de The Locker Room ganó el Premio Carl Foreman/Bafta a la mejor guionista joven. Ganó el prestigioso Premio Gold Dagger de la Crime Writers' Association con su primera novela, posicionándose como una de las autoras revelación del género en el Reino Unido y el Premio Theaktons Old Peculier a la mejor novela criminal de 2014 por Morir no es tan fácil, que el jurado calificó: “una novela totalmente absorbente y brillantemente escrita… un libro muy especial”.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Con el club Iberia, en su taller de relato



Este martes, 7 de marzo, estuve compartiendo su clase de relato con un grupo muy pequeñito pero grande en atención y amabilidad.

Me estoy refiriendo al taller de creación de relatos que lleva Alberto Ramos Díaz en el Club Iberia. 

Me invitaron a que pasara con ellos una velada compartiendo mis relatos y hablamos mucho de la invención y de la escritura, de los personajes y las historias, de eso que nos apasiona tanto a los que nos gusta escribir. Escribir, eso que nos hace sufrir y nos proporciona placer al mismo tiempo, pero que sin embargo no cambiaríamos por nada.

Fue muy agradable estar con ellos y les estoy muy agradecida porque hicieron que mi lunes lluvioso y triste, de pronto pareciera luminoso.




martes, 8 de marzo de 2016

"Tienes que" un relato de Rocío Díaz Gómez



Como hoy es 8 marzo, Día de la Mujer, he pensado que, a modo de homenaje, podíamos dedicar una entrada a recordar uno de mis relatos de mujeres. 

Este relato fue premiado en su día:


Primer premio en el IX Certamen de Relatos Breves “Día 8 de marzo”. Convocado por el Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata (Cáceres). 2005.







Enésimo Certamen para mujeres “Tienes que”

 Rocío Díaz Gómez



Con el deseo de favorecer la creatividad de las más jóvenes y de las más mayores, en lo que se refiere a sobrevivir al día a día, y como un medio de promover un mejor ambiente vital, se convoca este premio de acuerdo con las siguientes bases:

1. Podrá optar al premio cualquier mujer que lo desee, siempre y cuando sea anónima.

Tienes que regañarle. Buenos días. Siete y media de la mañana. Tienes que regañarle. Porque le quieres. Decirle que eso no se hace, que para eso uno va al cuarto de baño. Tienes que regañarle para hacérselo comprender. Y mientras se lo dices, tienes que poner a su hermanito de pie, apoyarle contra tu hombro, darle palmaditas en la espalda, animarle a que haga exactamente lo mismo que no quieres que haga su hermano. Echar los gases. Y mientras le dices al pequeño con voz mimosa “Muy bien así se hace, pero qué a gustito se ha quedado mi niño...” sigues regañando a su hermano mayor con voz de madrastra de cuento, por quedarse igual o más a gustito haciendo lo mismo... Tienes que enseñar a éste, y desenseñar al otro, al que primero le enseñaste a hacerlo, después a éste le enseñarás a no hacerlo también. Ahora sí. Ahora no.  Regañarle pero acariciarle después. Que vaya al colegio contento. Enseñarle. Tienes que.

2. El tema de los trabajos será la vida, con las únicas limitaciones que ésta con alevosía y aleatoriedad les imponga...

Tienes que cambiar a tu madre. Ocho de la mañana. Después de cambiar al pequeñito. Después de ayudar a vestirse al mayor. Tienes que poner a tu madre unos pañales mucho más grandes que los que ella te puso un día. Tienes que darle de desayunar. Y vigilar que se lo tome todo. Tienes que estar pendiente de ella. Siempre. Que coma, que no olvide las pastillas, que se bañe, que no se caiga, que no se sienta sola, que no se de mucha cuenta, que no sea demasiado infeliz. Porque así es la vida. Porque la quieres. Tienes que.

3. Se podrán presentar indistintamente trabajos en cualquier lengua. La extensión de los mismos será el tiempo que abarque desde que las mujeres abran los ojos hasta que de puro cansancio se les cierren solos... Escritos con buena letra, cuerpo “lo que aguante” y sin apenas espacio para nada más que sobrevivir...

Tienes que ir a trabajar. Ocho y media de la mañana. Tienes que ir corriendo para llegar a tiempo. Para no tener que rellenar incidencias. Para no tener que pedir excedencia en ese puesto para el que un día lejano estudiaste tanto... Tanto que ni te quieres acordar. Tienes que llevar preparada la reunión. Y llegar a tiempo. Y fichar. No pensar en tu madre a la que dejaste con un extraño. No pensar en tus hijos a los que dejaste con otros. Tienes que pensar en tu jefe. Y en la Sala de Juntas. Y en el guión que ni te has mirado. Y disimular. Disimular. Tiene que parecer que sabes de qué hablas. Y hablar. Hablar. Tienes que quedar bien. Porque además de ser hija, eres madre y eres una persona laboralmente competente. Tiene que parecer que controlas. Para quedar bien. Para que quede bien tu jefe. Que no se leyó tampoco el guión. Para que quede bien el jefe de tu jefe. Que tampoco se lo leyó. Y ni falta que les hace. Porque para eso estás tú. Tienes que conseguir que se firme el convenio. Y sonreír. Sonreír hasta que  duelan las comisuras de la boca de tanto estirarlas. Sonreír. Y dejar todo bien hilvanado para que se firme. Y concertar la siguiente reunión. Y reservar la sala de Juntas. Y preparar todos los informes. Y enviar los correos electrónicos. Y los faxes. Y sonreír a tu jefe. Sonreír. Sonreír. Tienes que.

4. Los trabajos se presentarán por cuadruplicado, quintuplicado, sextuplicado....

Tienes que comerte las lentejas. Dos y media de la tarde. Que no te gustan. Que nunca te gustaron. Que cocinaste anoche. Aunque no las soportas. Y comerte una cucharada para que el mayor se coma la suya. Y comerte dos cucharadas para que el mayor se coma otras dos. Y seguir comiendo una tras otra, tras otra, y otra más para que él siga. Porque te han salido muy ricas. Y son muy buenas. Y tienen mucho chorizo. Y mucho hierro. Sobre todo mucho hierro. Qué buenas ¿verdad hijo? Claro que sí. Tienes que comértelas todas. Para hacerte mayor. Muy mayor. Tanto que tú mismo hagas las lentejas de tus hijos. Esos que no las querrán comer. Porque no les gustarán. Como a él.  Como a ti. Así es la vida. Tienes que.

5. Se harán constar los datos personales y se acompañarán más que del Libro de Familia de la familia entera o equivalente.

Tienes que decirle a tu padre que no. Cinco de la tarde. Que no puede llevarse las llaves de casa. De su propia casa. Que mejor que no, padre... Y se lo tienes que decir porque le quieres. Porque no sabe nunca dónde las echa. Porque siempre termina perdiéndolas. Porque a veces se le olvida hasta de dónde son esas llaves, se le olvida hasta lo que son las llaves. Tienes que decirle que no. A tu padre. Al que te enseñó a ti a llevártelas. Al que primero le costó confiar en ti y aún así te dijo: Aquí tienes. Al que te enseñó a que confiaras en ti misma. Tienes que decirle que no. Mientras va tornándose   su cara color extrañeza, color enfado, color incomprensión, color pura tristeza. Y la sientes. Y la lloras sin lágrimas. Tienes que hacerte fuerte y decirle que no. No. Tienes que.

6. El plazo de presentación se inicia desde que se empieza a tener conciencia y no finalizará a corto plazo...

Tienes que aprovechar esta hora y media. Siete de la tarde. Tienes que hacer los deberes de tu clase. Porque es ahora cuando tienes a tu madre entretenida viendo su serie favorita. Porque es ahora cuando al mayor le tienes en música. Porque es ahora cuando se ha quedado el pequeño dormido. Porque es tu tiempo. Ese tiempo para ti sola. Tienes ahora que hacer los deberes de tu clase de literatura. Y tienes que escribir. Aunque no sepas de qué. Aunque estés cansada. Aunque no te queden ganas ya de disimular, de inventar. Tiene que ser ahora. Porque a ti te gustaba escribir. Te gustaba. Y te gusta. Tienes que escribir ahora los deberes. Tienes que echarle ganas. Y procurar no repetirte. Procurar ser algo original. Y tener cuidado con la primera frase. Tener cuidado con los personajes. Tener cuidado con el narrador. Tener cuidado con los tiempos verbales. Y con el final. Tienes que aprovechar esta hora y media. Y empezar. Empezar. Tienes que.

7. El fallo del jurado se hace público constantemente, día a día, hora tras hora, en conmemoración del Día Internacional de la mujer trabajadora, la mujer madre, la mujer hija, la mujer hermana, la mujer amiga... la mujer.

Tienes que convencerle. Ocho y media de la tarde. Decirle que no se puede ser tan sincero. Que sí, que le decías que había que decir la verdad, pero no siempre. Que sí, que no hay que mentir, pero no siempre. Tienes que enseñarle a disfrazar la verdad, a hacérsela digerible a los demás, a no herirlos sin necesidad. Tienes que enseñarle a que sepa distinguir cuando y cómo decir las cosas. Sobre todo cómo. Tienes que regañarle. Decirle que ya no hace reír tanta espontaneidad. Que ya no. Que ya no es gracioso oírle eructar. Oírle decir tacos. Que ahora ya no hay que dar besitos a todos los que te pidan uno. Tienes que enseñarle que ya no. Que el tiempo suma, pero también va restando. Tienes que regañarle aunque te siga haciendo gracia. Tienes que hacer de mala del cuento cuando no tienes ganas de serlo. Tienes que decirle que no existe el ratoncito Pérez. Que los niños no nacen todos por cesárea. Que no existen los Reyes Magos. Tienes que ir deshaciendo todas las historias que una vez fuiste construyendo solo para él. Para que fuera más feliz. Tienes que abrirle ahora los ojos que cerrabas. Tienes que hacerle un poco más infeliz, para que no le hagan otros desgraciado. Porque así es la vida. Porque le quieres. Le quieres más que a nada en el mundo. Tienes que.

8. Los premios carecerán de dotación económica y los trabajos premiados serán humildes, anónimos y en la mayor parte de los casos escasamente valorados. El jurado podrá hacer las Menciones que considere oportunas.

Tienes que ser fuerte por unos. Por los otros. Por él. Diez y media de la noche. Tienes que esperarle. Y aguantar el hambre hasta que él llegue. Para cenar con él. Aguantar el sueño hasta que llegue. Para bostezar con él. Y abrir la boca juntos. Y decirle qué cansada estoy y que él te diga que él más y tú no, yo mas, y él no, yo, y tú qué va, yo más. Y volver a ser como niños, y sonreír. Más jóvenes y sonreír. Tienes que aguantar para cenar juntos. Aguantar para sentaros en el sillón y cabecear a su lado viendo la televisión. Tienes que besarle y dejarte besar. Porque es vuestro único rato juntos. Porque hay una hipoteca con vuestros dos nombres. Hay unos niños con vuestros dos apellidos. Vuestra vida. Su boca. Porque vuelve cada noche. Cansado. Ojeroso. Más calvo. Porque le quieres. A tu lado. Tienes que.

9. Los trabajos premiados serán propiedad de sus respectivas autoras.

 Tienes que dormir. Doce de la noche. Porque todo está bien. Porque el otro lado de la almohada tiene dueño. Y sueño. Porque tus padres han sido. Porque tus hijos sueñan un par de cuentos  y una habitación más allá.  Porque mañana hay que volver a empezar. Porque mañana habrá tantas cosas por hacer... Tienes que dormir. Volver. Buenas noches. A empezar. Dormir. Dormir. Así es la vida. Tienes que.

10. La decisión del jurado es inapelable; ésta se comunicará personalmente a las interesadas y no se difundirá.




© Rocío Díaz Gómez