Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 8 de marzo de 2016

"Tienes que" un relato de Rocío Díaz Gómez



Como hoy es 8 marzo, Día de la Mujer, he pensado que, a modo de homenaje, podíamos dedicar una entrada a recordar uno de mis relatos de mujeres. 

Este relato fue premiado en su día:


Primer premio en el IX Certamen de Relatos Breves “Día 8 de marzo”. Convocado por el Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata (Cáceres). 2005.







Enésimo Certamen para mujeres “Tienes que”

 Rocío Díaz Gómez



Con el deseo de favorecer la creatividad de las más jóvenes y de las más mayores, en lo que se refiere a sobrevivir al día a día, y como un medio de promover un mejor ambiente vital, se convoca este premio de acuerdo con las siguientes bases:

1. Podrá optar al premio cualquier mujer que lo desee, siempre y cuando sea anónima.

Tienes que regañarle. Buenos días. Siete y media de la mañana. Tienes que regañarle. Porque le quieres. Decirle que eso no se hace, que para eso uno va al cuarto de baño. Tienes que regañarle para hacérselo comprender. Y mientras se lo dices, tienes que poner a su hermanito de pie, apoyarle contra tu hombro, darle palmaditas en la espalda, animarle a que haga exactamente lo mismo que no quieres que haga su hermano. Echar los gases. Y mientras le dices al pequeño con voz mimosa “Muy bien así se hace, pero qué a gustito se ha quedado mi niño...” sigues regañando a su hermano mayor con voz de madrastra de cuento, por quedarse igual o más a gustito haciendo lo mismo... Tienes que enseñar a éste, y desenseñar al otro, al que primero le enseñaste a hacerlo, después a éste le enseñarás a no hacerlo también. Ahora sí. Ahora no.  Regañarle pero acariciarle después. Que vaya al colegio contento. Enseñarle. Tienes que.

2. El tema de los trabajos será la vida, con las únicas limitaciones que ésta con alevosía y aleatoriedad les imponga...

Tienes que cambiar a tu madre. Ocho de la mañana. Después de cambiar al pequeñito. Después de ayudar a vestirse al mayor. Tienes que poner a tu madre unos pañales mucho más grandes que los que ella te puso un día. Tienes que darle de desayunar. Y vigilar que se lo tome todo. Tienes que estar pendiente de ella. Siempre. Que coma, que no olvide las pastillas, que se bañe, que no se caiga, que no se sienta sola, que no se de mucha cuenta, que no sea demasiado infeliz. Porque así es la vida. Porque la quieres. Tienes que.

3. Se podrán presentar indistintamente trabajos en cualquier lengua. La extensión de los mismos será el tiempo que abarque desde que las mujeres abran los ojos hasta que de puro cansancio se les cierren solos... Escritos con buena letra, cuerpo “lo que aguante” y sin apenas espacio para nada más que sobrevivir...

Tienes que ir a trabajar. Ocho y media de la mañana. Tienes que ir corriendo para llegar a tiempo. Para no tener que rellenar incidencias. Para no tener que pedir excedencia en ese puesto para el que un día lejano estudiaste tanto... Tanto que ni te quieres acordar. Tienes que llevar preparada la reunión. Y llegar a tiempo. Y fichar. No pensar en tu madre a la que dejaste con un extraño. No pensar en tus hijos a los que dejaste con otros. Tienes que pensar en tu jefe. Y en la Sala de Juntas. Y en el guión que ni te has mirado. Y disimular. Disimular. Tiene que parecer que sabes de qué hablas. Y hablar. Hablar. Tienes que quedar bien. Porque además de ser hija, eres madre y eres una persona laboralmente competente. Tiene que parecer que controlas. Para quedar bien. Para que quede bien tu jefe. Que no se leyó tampoco el guión. Para que quede bien el jefe de tu jefe. Que tampoco se lo leyó. Y ni falta que les hace. Porque para eso estás tú. Tienes que conseguir que se firme el convenio. Y sonreír. Sonreír hasta que  duelan las comisuras de la boca de tanto estirarlas. Sonreír. Y dejar todo bien hilvanado para que se firme. Y concertar la siguiente reunión. Y reservar la sala de Juntas. Y preparar todos los informes. Y enviar los correos electrónicos. Y los faxes. Y sonreír a tu jefe. Sonreír. Sonreír. Tienes que.

4. Los trabajos se presentarán por cuadruplicado, quintuplicado, sextuplicado....

Tienes que comerte las lentejas. Dos y media de la tarde. Que no te gustan. Que nunca te gustaron. Que cocinaste anoche. Aunque no las soportas. Y comerte una cucharada para que el mayor se coma la suya. Y comerte dos cucharadas para que el mayor se coma otras dos. Y seguir comiendo una tras otra, tras otra, y otra más para que él siga. Porque te han salido muy ricas. Y son muy buenas. Y tienen mucho chorizo. Y mucho hierro. Sobre todo mucho hierro. Qué buenas ¿verdad hijo? Claro que sí. Tienes que comértelas todas. Para hacerte mayor. Muy mayor. Tanto que tú mismo hagas las lentejas de tus hijos. Esos que no las querrán comer. Porque no les gustarán. Como a él.  Como a ti. Así es la vida. Tienes que.

5. Se harán constar los datos personales y se acompañarán más que del Libro de Familia de la familia entera o equivalente.

Tienes que decirle a tu padre que no. Cinco de la tarde. Que no puede llevarse las llaves de casa. De su propia casa. Que mejor que no, padre... Y se lo tienes que decir porque le quieres. Porque no sabe nunca dónde las echa. Porque siempre termina perdiéndolas. Porque a veces se le olvida hasta de dónde son esas llaves, se le olvida hasta lo que son las llaves. Tienes que decirle que no. A tu padre. Al que te enseñó a ti a llevártelas. Al que primero le costó confiar en ti y aún así te dijo: Aquí tienes. Al que te enseñó a que confiaras en ti misma. Tienes que decirle que no. Mientras va tornándose   su cara color extrañeza, color enfado, color incomprensión, color pura tristeza. Y la sientes. Y la lloras sin lágrimas. Tienes que hacerte fuerte y decirle que no. No. Tienes que.

6. El plazo de presentación se inicia desde que se empieza a tener conciencia y no finalizará a corto plazo...

Tienes que aprovechar esta hora y media. Siete de la tarde. Tienes que hacer los deberes de tu clase. Porque es ahora cuando tienes a tu madre entretenida viendo su serie favorita. Porque es ahora cuando al mayor le tienes en música. Porque es ahora cuando se ha quedado el pequeño dormido. Porque es tu tiempo. Ese tiempo para ti sola. Tienes ahora que hacer los deberes de tu clase de literatura. Y tienes que escribir. Aunque no sepas de qué. Aunque estés cansada. Aunque no te queden ganas ya de disimular, de inventar. Tiene que ser ahora. Porque a ti te gustaba escribir. Te gustaba. Y te gusta. Tienes que escribir ahora los deberes. Tienes que echarle ganas. Y procurar no repetirte. Procurar ser algo original. Y tener cuidado con la primera frase. Tener cuidado con los personajes. Tener cuidado con el narrador. Tener cuidado con los tiempos verbales. Y con el final. Tienes que aprovechar esta hora y media. Y empezar. Empezar. Tienes que.

7. El fallo del jurado se hace público constantemente, día a día, hora tras hora, en conmemoración del Día Internacional de la mujer trabajadora, la mujer madre, la mujer hija, la mujer hermana, la mujer amiga... la mujer.

Tienes que convencerle. Ocho y media de la tarde. Decirle que no se puede ser tan sincero. Que sí, que le decías que había que decir la verdad, pero no siempre. Que sí, que no hay que mentir, pero no siempre. Tienes que enseñarle a disfrazar la verdad, a hacérsela digerible a los demás, a no herirlos sin necesidad. Tienes que enseñarle a que sepa distinguir cuando y cómo decir las cosas. Sobre todo cómo. Tienes que regañarle. Decirle que ya no hace reír tanta espontaneidad. Que ya no. Que ya no es gracioso oírle eructar. Oírle decir tacos. Que ahora ya no hay que dar besitos a todos los que te pidan uno. Tienes que enseñarle que ya no. Que el tiempo suma, pero también va restando. Tienes que regañarle aunque te siga haciendo gracia. Tienes que hacer de mala del cuento cuando no tienes ganas de serlo. Tienes que decirle que no existe el ratoncito Pérez. Que los niños no nacen todos por cesárea. Que no existen los Reyes Magos. Tienes que ir deshaciendo todas las historias que una vez fuiste construyendo solo para él. Para que fuera más feliz. Tienes que abrirle ahora los ojos que cerrabas. Tienes que hacerle un poco más infeliz, para que no le hagan otros desgraciado. Porque así es la vida. Porque le quieres. Le quieres más que a nada en el mundo. Tienes que.

8. Los premios carecerán de dotación económica y los trabajos premiados serán humildes, anónimos y en la mayor parte de los casos escasamente valorados. El jurado podrá hacer las Menciones que considere oportunas.

Tienes que ser fuerte por unos. Por los otros. Por él. Diez y media de la noche. Tienes que esperarle. Y aguantar el hambre hasta que él llegue. Para cenar con él. Aguantar el sueño hasta que llegue. Para bostezar con él. Y abrir la boca juntos. Y decirle qué cansada estoy y que él te diga que él más y tú no, yo mas, y él no, yo, y tú qué va, yo más. Y volver a ser como niños, y sonreír. Más jóvenes y sonreír. Tienes que aguantar para cenar juntos. Aguantar para sentaros en el sillón y cabecear a su lado viendo la televisión. Tienes que besarle y dejarte besar. Porque es vuestro único rato juntos. Porque hay una hipoteca con vuestros dos nombres. Hay unos niños con vuestros dos apellidos. Vuestra vida. Su boca. Porque vuelve cada noche. Cansado. Ojeroso. Más calvo. Porque le quieres. A tu lado. Tienes que.

9. Los trabajos premiados serán propiedad de sus respectivas autoras.

 Tienes que dormir. Doce de la noche. Porque todo está bien. Porque el otro lado de la almohada tiene dueño. Y sueño. Porque tus padres han sido. Porque tus hijos sueñan un par de cuentos  y una habitación más allá.  Porque mañana hay que volver a empezar. Porque mañana habrá tantas cosas por hacer... Tienes que dormir. Volver. Buenas noches. A empezar. Dormir. Dormir. Así es la vida. Tienes que.

10. La decisión del jurado es inapelable; ésta se comunicará personalmente a las interesadas y no se difundirá.




© Rocío Díaz Gómez

lunes, 7 de marzo de 2016

Burgos y Alberti, además de Don Quijote y Sancho Panza



Este fin de semana he hecho una escapadita a Burgos. 

Es una ciudad que da gusto pasearla, la verdad. Su catedral es espectacular, ya lo sabemos, pero además todo el centro está muy limpio y tiene ese sabor a ciudad pequeña pero muy elegante donde se debe vivir tranquilo. Cómo me gustan esos balcones de corredera blancos. Y qué bien iluminado por la noche, tenue pero lo suficientemente iluminado cómo para disfrutar de sus bellos edificios.

Por supuesto que nos ha hecho frío, y nos ha llovido y nos ha granizado, pero también nos ha hecho hasta sol. Muy variado, la verdad.

De regalo del viaje le he traído a mi blog, y a vosotros, dos curiosidades. 

La primera es la de la foto que encabeza la entrada y la de debajo de éste parrafo. Está claro que en cualquier lugar uno encuentra literatura y hasta ¡poesía! En nuestro hotel, no importa el nombre, un poema de Alberti. Me extrañó la verdad, ¡Alberti en Burgos! Pues sí, unos de esos poemas que vimos en su casa museo allá en Cádiz, en el Puerto de Santa María (hay una entrada en el blog sobre aquella visita: http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2011/07/la-casa-de-alberti-en-el-puerto-de.html), resulta que estaba en Burgos. 

Qué bueno.




Y ¡cómo no! me traje un mural de la calle. Don Quijote y Sancho en una esquina de un colorido mural que no pude por menos que traerme hasta aquí. 

Espero que a mi blog su regalo de este viaje le haya gustado, y por supuesto que a vosotros también.




viernes, 4 de marzo de 2016

Bien abrigados y a leer ¡Buen finde!



Este fin de semana va a hacer frío, así que bien abrigaditos y en cuánto se pueda ¡a leer!

Bueno y también a hacer todo lo demás que tanto nos gusta hacer en los fines de semana.

¡Que lo paséis bien estéis dónde estéis!

Buen fin de semana.




jueves, 3 de marzo de 2016

Trampantojos


Hoy traigo unos poquitos trampantojos más para nuestra colección.

Ya hemos dicho en otras ocasiones lo curiosa que es esta palabra "trampantojo", o lo que es lo mismo: Trampa para el ojo. El arte crea efectos, con la pintura o la arquitectura, que engañan al ojo. Ya en Roma había trampantojos.

Los trampantojos que os traigo hoy son de Madrid. La foto que encabeza la entrada es de la calle Hortaleza en Alonso Martinez.

Y la de debajo es de un lugar con muchísima historia literaria. Está en el centro, en la confluencia entre la calle de la Cruz, con la de Alvarez Gato. Ese mismo edificio tiene una placa que señala que ahí estuvo El corral de Comedias de la Cruz. Uno de los más famosos, junto al del Príncipe del Siglo de Oro. A éste se dice que iba el Rey Felipe IV a ver actuar a una de sus amantes: La Calderona.

Están muy bien los trampantojos ¿verdad?



martes, 1 de marzo de 2016

Rodrigo Cortés "Dormir es de patos"






"El niño alcanzó la estratosfera y se preparó para orbitar alrededor de la Tierra, recordando el columpio con una sonrisa."


"El pestillo del cuarto de baño, es de lo poco que nos queda".

"Redactar es a escribir lo que apetecer es a amar."




Rodrigo Cortés
"Dormir es de patos"
Editorial Delirio. 2ª edición.


 Un libro cuadrado, pequeño, que te cuesta 9 euros pero donde encontramos muchas frases, aforismos o formulas literarias muy breves, las llames cómo las llames, pero donde se pretende condensar mucha información en pocas letras. 

Inevitablemente ante esas breverías te paras a reflexionar, o te sonríes, o no, pero en la mayor parte de las veces no te quedas indiferente.

Me gusta este libro. Con ese punto irónico. Para leer a ratitos.