Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 9 de marzo de 2014

Quinta de los Molinos, Madrid


Madrid en marzo puede ser un buen lugar para perderse.

Quinta de los Molinos.




sábado, 8 de marzo de 2014

Un relato de Rocío Díaz para el 8 de marzo



Para celebrar el 8 de marzo os dejo con uno de mis relatos que ya conocéis. Pero no importa.

Lleva por título "Enésimo certamen para mujeres "Tienes que"" y tuvo el primer premio en el IX Certamen de Relatos Breves "Día 8 de marzo", convocado por el Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata (Cáceres) en el año 2005.
Acompañado de las viñetas de Forges que me gustan tanto.



Enésimo Certamen para mujeres “Tienes que”

Con el deseo de favorecer la creatividad de las más jóvenes y de las más mayores, en lo que se refiere a sobrevivir al día a día, y como un medio de promover un mejor ambiente vital, se convoca este premio de acuerdo con las siguientes bases:
1. Podrá optar al premio cualquier mujer que lo desee, siempre y cuando sea anónima.
Tienes que regañarle. Buenos días. Siete y media de la mañana. Tienes que regañarle. Porque le quieres. Decirle que eso no se hace, que para eso uno va al cuarto de baño. Tienes que regañarle para hacérselo comprender. Y mientras se lo dices, tienes que poner a su hermanito de pie, apoyarle contra tu hombro, darle palmaditas en la espalda, animarle a que haga exactamente lo mismo que no quieres que haga su hermano. Echar los gases. Y mientras le dices al pequeño con voz mimosa “Muy bien así se hace, pero qué a gustito se ha quedado mi niño...” sigues regañando a su hermano mayor con voz de madrastra de cuento, por quedarse igual o más a gustito haciendo lo mismo... Tienes que enseñar a éste, y desenseñar al otro, al que primero le enseñaste a hacerlo, después a éste le enseñarás a no hacerlo también. Ahora sí. Ahora no. Regañarle pero acariciarle después. Que vaya al colegio contento. Enseñarle. Tienes que.




2. El tema de los trabajos será la vida, con las únicas limitaciones que ésta con alevosía y aleatoriedad les imponga...
Tienes que cambiar a tu madre. Ocho de la mañana. Después de cambiar al pequeñito. Después de ayudar a vestirse al mayor. Tienes que poner a tu madre unos pañales mucho más grandes que los que ella te puso un día. Tienes que darle de desayunar. Y vigilar que se lo tome todo. Tienes que estar pendiente de ella. Siempre. Que coma, que no olvide las pastillas, que se bañe, que no se caiga, que no se sienta sola, que no se de mucha cuenta, que no sea demasiado infeliz. Porque así es la vida. Porque la quieres. Tienes que.



3. Se podrán presentar indistintamente trabajos en cualquier lengua. La extensión de los mismos será el tiempo que abarque desde que las mujeres abran los ojos hasta que de puro cansancio se les cierren solos... Escritos con buena letra, cuerpo “lo que aguante” y sin apenas espacio para nada más que sobrevivir...

Tienes que ir a trabajar. Ocho y media de la mañana. Tienes que ir corriendo para llegar a tiempo. Para no tener que rellenar incidencias. Para no tener que pedir excedencia en ese puesto para el que un día lejano estudiaste tanto... Tanto que ni te quieres acordar. Tienes que llevar preparada la reunión. Y llegar a tiempo. Y fichar. No pensar en tu madre a la que dejaste con un extraño. No pensar en tus hijos a los que dejaste con otros. Tienes que pensar en tu jefe. Y en la Sala de Juntas. Y en el guión que ni te has mirado. Y disimular. Disimular. Tiene que parecer que sabes de qué hablas. Y hablar. Hablar. Tienes que quedar bien. Porque además de ser hija, eres madre y eres una persona laboralmente competente. Tiene que parecer que controlas. Para quedar bien. Para que quede bien tu jefe. Que no se leyó tampoco el guión. Para que quede bien el jefe de tu jefe. Que tampoco se lo leyó. Y ni falta que les hace. Porque para eso estás tú. Tienes que conseguir que se firme el convenio. Y sonreír. Sonreír hasta que duelan las comisuras de la boca de tanto estirarlas. Sonreír. Y dejar todo bien hilvanado para que se firme. Y concertar la siguiente reunión. Y reservar la sala de Juntas. Y preparar todos los informes. Y enviar los correos electrónicos. Y los faxes. Y sonreír a tu jefe. Sonreír. Sonreír. Tienes que.



4. Los trabajos se presentarán por cuadruplicado, quintuplicado, sextuplicado...
Tienes que comerte las lentejas. Dos y media de la tarde. Que no te gustan. Que nunca te gustaron. Que cocinaste anoche. Aunque no las soportas. Y comerte una cucharada para que el mayor se coma la suya. Y comerte dos cucharadas para que el mayor se coma otras dos. Y seguir comiendo una tras otra, tras otra, y otra más para que él siga. Porque te han salido muy ricas. Y son muy buenas. Y tienen mucho chorizo. Y mucho hierro. Sobre todo mucho hierro. Qué buenas ¿verdad hijo? Claro que sí. Tienes que comértelas todas. Para hacerte mayor. Muy mayor. Tanto que tú mismo hagas las lentejas de tus hijos. Esos que no las querrán comer. Porque no les gustarán. Como a él. Como a ti. Así es la vida. Tienes que.




5. Se harán constar los datos personales y se acompañarán más que del Libro de Familia de la familia entera o equivalente.
Tienes que decirle a tu padre que no. Cinco de la tarde. Que no puede llevarse las llaves de casa. De su propia casa. Que mejor que no, padre... Y se lo tienes que decir porque le quieres. Porque no sabe nunca dónde las echa. Porque siempre termina perdiéndolas. Porque a veces se le olvida hasta de dónde son esas llaves, se le olvida hasta lo que son las llaves. Tienes que decirle que no. A tu padre. Al que te enseñó a ti a llevártelas. Al que primero le costó confiar en ti y aún así te dijo: Aquí tienes. Al que te enseñó a que confiaras en ti misma. Tienes que decirle que no. Mientras va tornándose su cara color extrañeza, color enfado, color incomprensión, color pura tristeza. Y la sientes. Y la lloras sin lágrimas. Tienes que hacerte fuerte y decirle que no. No. Tienes que.




6. El plazo de presentación se inicia desde que se empieza a tener conciencia y no finalizará a corto plazo...
Tienes que aprovechar esta hora y media. Siete de la tarde. Tienes que hacer los deberes de tu clase. Porque es ahora cuando tienes a tu madre entretenida viendo su serie favorita. Porque es ahora cuando al mayor le tienes en música. Porque es ahora cuando se ha quedado el pequeño dormido. Porque es tu tiempo. Ese tiempo para ti sola. Tienes ahora que hacer los deberes de tu clase de literatura. Y tienes que escribir. Aunque no sepas de qué. Aunque estés cansada. Aunque no te queden ganas ya de disimular, de inventar. Tiene que ser ahora. Porque a ti te gustaba escribir. Te gustaba. Y te gusta. Tienes que escribir ahora los deberes. Tienes que echarle ganas. Y procurar no repetirte. Procurar ser algo original. Y tener cuidado con la primera frase. Tener cuidado con los personajes. Tener cuidado con el narrador. Tener cuidado con los tiempos verbales. Y con el final. Tienes que aprovechar esta hora y media. Y empezar. Empezar. Tienes que.



7. El fallo del jurado se hace público constantemente, día a día, hora tras hora, en conmemoración del Día Internacional de la mujer trabajadora, la mujer madre, la mujer hija, la mujer hermana, la mujer amiga... la mujer.

Tienes que convencerle. Ocho y media de la tarde. Decirle que no se puede ser tan sincero. Que sí, que le decías que había que decir la verdad, pero no siempre. Que sí, que no hay que mentir, pero no siempre. Tienes que enseñarle a disfrazar la verdad, a hacérsela digerible a los demás, a no herirlos sin necesidad. Tienes que enseñarle a que sepa distinguir cuando y cómo decir las cosas. Sobre todo cómo. Tienes que regañarle. Decirle que ya no hace reír tanta espontaneidad. Que ya no. Que ya no es gracioso oírle eructar. Oírle decir tacos. Que ahora ya no hay que dar besitos a todos los que te pidan uno. Tienes que enseñarle que ya no. Que el tiempo suma, pero también va restando. Tienes que regañarle aunque te siga haciendo gracia. Tienes que hacer de mala del cuento cuando no tienes ganas de serlo. Tienes que decirle que no existe el ratoncito Pérez. Que los niños no nacen todos por cesárea. Que no existen los Reyes Magos. Tienes que ir deshaciendo todas las historias que una vez fuiste construyendo solo para él. Para que fuera más feliz. Tienes que abrirle ahora los ojos que cerrabas. Tienes que hacerle un poco más infeliz, para que no le hagan otros desgraciado. Porque así es la vida. Porque le quieres. Le quieres más que a nada en el mundo. Tienes que.




8. Los premios carecerán de dotación económica y los trabajos premiados serán humildes, anónimos y en la mayor parte de los casos escasamente valorados. El jurado podrá hacer las Menciones que considere oportunas.
Tienes que ser fuerte por unos. Por los otros. Por él. Diez y media de la noche. Tienes que esperarle. Y aguantar el hambre hasta que él llegue. Para cenar con él. Aguantar el sueño hasta que llegue. Para bostezar con él. Y abrir la boca juntos. Y decirle qué cansada estoy y que él te diga que él más y tú no, yo mas, y él no, yo, y tú qué va, yo más. Y volver a ser como niños, y sonreír. Más jóvenes y sonreír. Tienes que aguantar para cenar juntos. Aguantar para sentaros en el sillón y cabecear a su lado viendo la televisión. Tienes que besarle y dejarte besar. Porque es vuestro único rato juntos. Porque hay una hipoteca con vuestros dos nombres. Hay unos niños con vuestros dos apellidos. Vuestra vida. Su boca. Porque vuelve cada noche. Cansado. Ojeroso. Más calvo. Porque le quieres. A tu lado. Tienes que.
9. Los trabajos premiados serán propiedad de sus respectivas autoras.
Tienes que dormir. Doce de la noche. Porque todo está bien. Porque el otro lado de la almohada tiene dueño. Y sueño. Porque tus padres han sido. Porque tus hijos sueñan un par de cuentos y una habitación más allá. Porque mañana hay que volver a empezar. Porque mañana habrá tantas cosas por hacer... Tienes que dormir. Volver. Buenas noches. A empezar. Dormir. Dormir. Así es la vida. Tienes que.
10. La decisión del jurado es inapelable; ésta se comunicará personalmente a las interesadas y no se difundirá.


©Rocío Díaz Gómez

viernes, 7 de marzo de 2014

Sagrario del Peral





Feliz no cumpleaños mi dispersa Sagrario.
Aunque sigues aquí con nosotros, ojalá seas más feliz allá.

Un abrazo muy cálido.


Aún quedan locos. (Sagrario del Peral).

Ayer caminaba todavía, una posibilidad entre nosotros
hoy es tan tarde, quizás lo fue siempre.
Las aguas que nos unieron eran quimeras,
 flores de un día
como el deseo caprichoso, navega mientras el placer embriaga.

Después se olvida con la velocidad de otros dedos que acarician
los mismos lugares que buscábamos juntos
Necesito parar un tiempo que jamás se detiene
quiero seguir soñando y pensar que permaneces.

Despierto y la vulgaridad se hace paso
todo brilla menos
el reloj no me lleva a tu encuentro
la pesadilla me trae el periódico
desayuno la era del desamparo
Menos mal que aún quedan locos
que hablan de poesía y mueren por un verso.

jueves, 6 de marzo de 2014

De la palabra "manzana" y sus distintos usos...



¿Nunca os habéis preguntado de donde viene denominar “manzana” al espacio urbano entre distintas calles? Claro que también puede ser que ya lo sepáis...

A mí el otro día me surgió esta duda y, cómo no lo sabía, he estado investigando por ahí para saciar la curiosidad.

Parece ser que el origen de esta palabra “manzana”, siempre y cuando nos referimos al urbanismo, está en la castellanización del término catalán “Mansana”. Del mismo modo éste término “mansana” viene de la palabra “Manso”, que a su vez viene del latín mansio, mansionis (habitación, casa).

En la Edad Media los mansos eran una porción de tierra, una porción del Feudo, que se le concedía a cada siervo para su explotación. Los mansos eran las casas de campo. La agrupación de “mansos” daría lugar a la “mansana”.

Y de ahí que en el diccionario de la Real Academia en su segunda acepción nos diga de “Manzana”:

. f. Espacio urbano, edificado o destinado a la edificación, generalmente cuadrangular, delimitado por calles por todos sus lados.


Por otro lado, y ya que hablamos de manzanas, ¿Sabéis por qué se le llama a Nueva York “La gran  manzana"?

Fue gracias al cronista deportivo del “New York Morning Telegraph” John J. Fitz Gerald. Este periodista en 1921 escuchó como los mozos de cuadra en el hipódromo de Nueva Orleans usaban este término para referirse al hipódromo de Nueva York, al que consideraban mucho mejor.

Le gustó tanto la expresión que el 18 de febrero de 1924 Fitz Gerald escribe: "La Gran Manzana. El sueño de todo chico que haya montado un pura sangre y el objetivo de todo jinete. Sólo existe una Gran Manzana y es Nueva York".

Esto ocurría en los años 20. Más tarde en los años 30 fue utilizado por los músicos de jazz, que consideraban tocar en Nueva York como la máxima meta:  "Son muchas las manzanas que tiene el árbol del éxito, pero Nueva York es la Gran Manzana". Porque Chicago y Orleans eran ciudades (manzanas) importantes pero cómo tocar en Nueva York no había nada.

Y en los años 70, más concretamente en el año 1971, volvió a utilizarse este término para impulsar el turismo de la ciudad de Nueva York.


Y por último, también como curiosidad y relacionado con la palabra manzana, tenemos la llamada “nuez o manzana o bocado de Adán” de los hombres. Hay varias explicaciones para que se le llame de este modo.

Por un lado dicen que se le llama “manzana” a esta protuberancia en el cuello de los hombres a raíz de la historia de Adán y Eva con la manzana. Al compañero de Eva se le habría quedado atravesado un trozo de la fruta prohibida en la garganta.

Hay otros que dicen que viene de una mala traducción. La expresión “manzana de Adán”, usada en muchos idiomas, es el fruto (valga la redundancia) de un error de traducción desde el hebreo, lengua en la que estaba escrita la Biblia. En esta lengua, la palabra “hombre” es adam (Adán) que literalmente significa “aquel formado de la tierra” y abultamiento se pronuncia muy parecido a manzana. De ahí que tappuah haadam se interpretase incorrectamente como “manzana de Adán” y no como “abultamiento del hombre”.

Bueno y por hoy ya está bien ¿no? Ya, ya sé que lo ideal sería ahora zamparnos un buen pedazo de tarta de manzana, uuuhhmm, no creáis que no lo he pensado, que para golosa yo, y nos entrarían estos conocimientos mucho mejor está claro. Peeero ¡¡para otro día!!

lunes, 3 de marzo de 2014

"Nomofobia" una nueva palabra


¿Quién de los que estáis leyéndome no usais el "guasap"? ¿Quién no lo tiene ya en su nuevo móvil? ¿Quién no tiene aún un móvil? ¿Quién se encuentra raro, raro si se deja el móvil en casa?

Mucho me temo que ya no sabemos vivir sin él.

De eso va esta entrada, de ese miedo que tenemos a estar incomunicados sin el teléfono móvil. Y tanto miedo tenemos que hasta nos hemos tenido que inventar una nueva palabra que lo defina:

"Nomofobia" que por supuesto es traducción del anglicismo original nomophobia (el adverbio no, la abreviatura mo (móvil) y fobia) “no-mobile-phone-phobia”.

Un neologismo: Nomofobia.

Que habremos de sumar a aquellas de las que ya hablamos en su día: cibercondria, infoxicado...

En fin... los tiempos cambian. Y nosotros, no queda otra, cambiamos con ellos. Cómo no va a cambiar el lenguaje...



http://www.muyinteresante.es/salud/preguntas-respuestas/que-es-la-nomofobia-151392813381


http://www.fundeu.es/recomendacion/nomofobia-es-el-miedo-a-estar-sin-telefono-movil/

domingo, 2 de marzo de 2014

Terry O’Neill. El rostro de las leyendas.



Tengo tantas cosas que contar que no me da tiempo. Hay que vivir.

Y además de vivir hay tantos libros por leer, tantas obras de teatro por ver, tantas películas, tantas exposiciones... que después cuesta encontrar el rato para contarlo. Sin embargo, contarlo es revivirlo. Por eso no me resisto a dejar pasar las ocasiones de hacerlo.

Así me ocurrió, por ejemplo, con una exposición. Una de fotografia que terminó a mediados de enero, y que estuvo en la Fundación telefónica. Me refiero a la titulada Terry O’Neill. El rostro de las leyendas.



62 fotografías en blanco y negro y color, la mayoría retratos, donde el fotógrafo reflejó a celebridades y mitos del cine, la política, la música... de los años 60 y 70.

Entre esas imágenes algunas curiosas por su carga de cotidianeidad, por esa capacidad para inmortalizar ese minuto tan normal y sin embargo tan extraordinario de todas esas figuras tan variopintas pero igualmente inolvidables por una y otra razón. Paseando por la calle, en el descanso de un rodaje, un momento de relax...

Por todo eso quería dejaros con alguna de esas fotografías, aunque ya haya pasado más de un mes desde que la vi. ¿Los reconocéis verdad? Algunos bien jovencitos... Os invito a que me digáis si sabéis quiénes son. Mitos del cine, de la música, de la política...







sábado, 1 de marzo de 2014

Nombres curiosos de Bares de Copas






Empezamos el mes con una nueva selección de nombres curiosos de tiendas para la colección del blog.

Pero como cae el sábado, sabadete, lo hacemos centrándonos en los garitos de copas. 

¿Son curiosos o no? "Mamá no lo sabe", "El perro de la parte de atrás del coche" y "La cabra en el tejado". 

Los tres son de Madrid, de muy distintas zonas, pero de Madrid. 

Bueno con el último, el de "La cabra...", hemos hecho un pelín de trampa porque más que garito es bar de raciones y eso, pero bueno estaba hasta arriba de gente de madrugada... así que como si lo fuera. Y cómo lo que nos importa es el nombre que le pusieron pues yo creo que vale de sobra para la colección ¿verdad?