Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 1 de enero de 2013

Hoy, 1 de enero de 2013








Enero

1

Hoy

Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y otros muchos habitantes de este mundo.

La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y bendecida por la Roma vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la humanidad entera celebra este cruce de la frontera de los años.

Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante amable con nostros, sus fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería.

Eduardo Galeano
Los Hijos de los Días



Vamos a por este año con alegría porque va a estar lleno de buenos momentos escribiendo, leyendo, y viviendo con los que nos rodean y queremos. 

Vamos a por este año sin miedo y con fuerza porque estamos vivos y sentimos.

¡Feliz año nuevo a todos!

lunes, 31 de diciembre de 2012

"Nos van a dar las uvas..." - Las frases hechas de la Navidad





A horas escasas para el fin del año, no tendría mucho sentido utilizar la frase hecha "Nos van a dar las uvas..." porque ya sí, que sí, nos van a dar.

¿Os habéis dado cuenta de que algunas frases hechas tienen su origen en la Navidad?

La que hemos comentado ya: "Nos van a dar las uvas", esta expresión exagerada significa que, si tardamos mucho en hacer algo, va a llegar el día de Nochevieja. Es como decir, "Vamos a llegar tarde" o "Hay que darse prisa".

Imagino que la mayoría de vosotros sabreis que desde 1909 en España es tradición comer uvas en Año Nuevo, una uva por cada campanada. Esta tradición surgió hace 100 años a partir de una estrategia comercial: hubo un excedente de producción y los productores de uva se inventaron la leyenda de las uvas de la buena suerte.

Hay más frases con uvas, como la de "Entrar por uvas". Que se se aplica al afrontar valientemente un riesgo que se prevé grande.
Su origen se encuentra en lo peligroso que resulta entrar en un viñedo con ánimo de robar algunos racimos, pues los guardas están viligantes y prestos a enfrentarse a los ladrones. 

O "Estar a por uvas"(despistado)... Pero vamos todas éstas de las uvas ya no son estrictamente navideñas.

Otra frase de Navidad es Tener más sueño que un turronero. La explicación viene de que este oficio de turronero es muy intenso, porque la almendra se coge en otoño y el turrón es para navidades. Con lo cual se le echa muchas horas... 

Y por último también podemos hablar de la frase: "Se armó el Belén" El "belén" de las representaciones populares no puede ser más caótico y variado. Si nos fijamos bien tenemos desde lavanderas, el caganet, la señora que se cae con los huevos, todos los oficios... Y todos a cualquier hora del día y de la noche, porque tan pronto hay estrellas como no...


Otra variedad podría ser: "Meterse en Belenes". 

¿Se os ocurre alguna frase hecha más relacionada con la Navidad?

Aprovecho esta entrada, y nunca mejor dicho, para desearos una feliz salida y entrada de año. Ojalá que el nuevo año nos traiga muchas, muchísimas más ocasiones para compartir momentos mágicos de letras y literatura en el blog. Seguro que sí.

¡Feliz año nuevo!

Qué bonitas eran estas felicitaciones de oficios ¿verdad?



Fuentes:
www.1de3.es
Amando de Miguel

sábado, 29 de diciembre de 2012

"El camino es el destino" - Galeano - 29 de diciembre...



Diciembre
29


El camino es el destino

Había sido copiosa la bebedera, diciendo adiós al año que pronto se iría, y andaba yo perdido en las calles de Cádiz.

Pregunté por dónde se iba al mercado. Un viejo desprendió su espalda de la pared y muy desganadamente me respondió, señalando la nada:

- Tú haz lo que la calle te diga.

La calle me dijo, y yo llegué.

Algunos miles de años antes, Noé había navegado sin brújula, ni velas, ni timón.

El arca se dejó ir, por donde el viento le dijo, y se salvó del diluvio.

Pág. 407
"Los Hijos de los Días"
Eduardo Galeano

miércoles, 26 de diciembre de 2012

De la palabra "Villancico"




Ya sabéis que de vez en cuando nos dedicamos a bucear en la historia de algunas palabras. Hoy he pensado que, dadas las fechas que estamos en plenas navidades, no estaría mal que indagáramos en una de sus palabras: "Villancico"

Esta palabra ya aparecía en el año 1739 en el Diccionario de la Academia, que en su primera edición, definía así la palabra "villancico":

Composicion de Poesía con su estribillo para Música de las festividades en las Iglesias. Díxose assi según Covarr. de las cancioes villanescas, que suele cantar la gente del campo, por haberse formado à su imitación.


Efectivamente parece que villancico viene del latín vulgar hispánico. Concretamente de la palabra "villanus", que era como se  denominaba al habitante de una casa de campo, un labriego, y más adelante, pasó a designar genéricamente a todos aquellos que no eran hidalgos (v. hidalgo*), a los hombres de clase baja.

Después a éstos labriegos se les llamó "villancicos" o "villancillos". Las coplas que estos labriegos componían se llamaron primero coplas de villancico, pero en el Quijote (1605) el significado de villancico ya se había extendido, y limitado, a las propias coplas:

Olvidábaseme de decir como Grisóstomo, el difunto, fue grande hombre de componer coplas; tanto, que él hacía los villancicos para la noche del Nacimiento del Señor, y los autos para el día de Dios, que los representaban los mozos de nuestro pueblo, y todos decían que eran por el cabo.


He leído en varias fuentes que en un principio (sobre el siglo XV) los villancicos eran poesías, que se apoyaban en las formas estróficas responsoriales como el virelai, el zéjel, la ballata o las cantigas paralelísticas. Las primeras fuentes documentales en las que aparece la palabra “villancico” son el Cancionero de Stúñiga (ca. 1458) y el Chanssonier d’Herberay (ca. 1463), más posteriores son el Cancionero de la Colombina y el Cancionero musical de Palacio.

Juan del Encina a finales del siglo XV fue el autor más representativo de este género. El villancico en esta época ya consistía en una forma musical y poética que alternaba coplas con estribillo.


Pero hacia el siglo XVI las autoridades eclesiásticas empiezan a considerar la conveniencia de introducir en la liturgia composiciones en castellano como una forma de acercar al pueblo a los misterios de la Fe católica, y así el villancico poco a poco va cambiando su temática sobre el amor cortés para ir centrándose en temas de tipo religioso. De esta manera en los albores del siglo XVII se empieza a utilizar en los responsorios de maitines de las principales fiestas litúrgicas como la Navidad, Hábeas Christi, Asunción, santos locales, Epifanía, Trinidad, etc. Así los villancicos se convertirán además de en un obligado ejercicio para acceder al magisterio de capilla, en una de las principales obligaciones compositivas del maestro de capilla para las principales fiestas del calendario litúrgico.



Ya hemos hablado anteriormente en este blog de otras palabras relacionadas con la navidad, como "cotillón" o incluso "navidad". Os dejo el enlace por si queréis repasarlas:


Fuentes:
Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras


lunes, 24 de diciembre de 2012

Un relato de Rocío Díaz para Navidad





Nochebuena. 

Os dejo con uno de mis relatos de navidad. Este relato fue seleccionado como primer finalista en el 47 Concurso Radiofónico de Cuentos Navideños Gloria Fuertes, en la Navidad 2011.



Préstame tus ocho años

Recoger el belén es recoger la ilusión. Envolverla a pedazos en ese papel de bolitas transparentes que días atrás nos hemos aguantado las ganas de explotar una a una viendo cualquier película, y después guardar todos esos pedazos de ilusión en una caja de cartón durante todo un año.

Por eso cada vez que llega mediados de diciembre espero con impaciencia la cita que tengo contigo. No puedo faltar. Te lo debo. Escojo una tarde tranquila, en la que no haya llamadas urgentes ni salidas inaplazables. Una, en la que tampoco haya que planchar o salir a comprar yogures, ya sabes, tardes aburridas de adultos. 

Pero la nuestra, no, la nuestra no es una de esas. En la tarde que yo elijo para estar contigo sacando el belén, no hay tareas urgentes, ni tan siquiera rutinarias o cotidianas, sino que nos bajamos del mundo casi en marcha y con el pelo alborotado por la emoción, nos quedamos viviendo un tiempo sin hora. Eso sí, dejamos dicho que no cuenten con nosotras, que tenemos mucho que conversar. Imagínate, hay que contarse todo, todo lo que ocurrió en un año.

Lo primero es escoger un lugar donde colocar el belén. Cada año que pasa hay que pelear más por hacerle un hueco entre la montaña de libros que ha crecido, los recuerdos que nos trajimos del viaje de ese verano y los demás cachivaches que nos regalaron. Nos gusta poner un suelo de hojas secas bajo el nacimiento, uno de esos que te gustaba tanto pisar con las botas de goma, un suelo de hojas marrones y crujientes que al sonar destile nostalgia pero que puedan pisar a gusto todas las figuras del belén. Y mientras las vamos sacando del papel de bolitas transparentes, yo te voy contando que ha sido de nosotras en estos 365 días.

Saco el niño Jesús y te cuento que nació el hijo de este hermano o este amigo, te cuento que ya ha salido de cuentas la mujer de aquel primo que ni tan siquiera conoces. Le buscamos su lugar mientras te hablo de todos los críos de la familia, más o menos cercanos, más o menos cariñosos, simpáticos o mal estudiantes. Sacamos a la Virgen y voy poniéndote al día sobre todas las mujeres de la familia. Mamá a la que ya se le van notando los años, aunque lo disimule detrás de ese buen ánimo que tuvo siempre. La tía que ya apenas anda, o esta cuñada que fíjate, quién lo hubiera dicho, cómo de bien o de mal, esto entre tú y yo, se está portando. Después sacamos a San José y te hablo de hombres. Cuando se trata de hablar de los allegados no mido las palabras, hay confianza. Pero también aquí aprovecho para hablarte de los que encontré en la calle, de los que me besan o me abrazan. Aunque, aquí no te lo voy a negar, sí que escatimo detalles, nunca hablé demasiado de mi vida íntima con nadie, y tú, por mucha complicidad que haya, siempre serás una niña pequeña a la que en algún momento tengo que tapar las orejas para que no oiga comentarios que la pondrían colorada.

Cuando sacamos a la mula y el buey, te hablo de los animales reales o figurados con los que me he cruzado ese año. De las mascotas de verdad de los hermanos y amigos. De los peces que este año han pasado a formar parte de la familia. Pero también ¿por qué no? de las bestias pardas que nos quitaron el aparcamiento, que se colaron descaradas en aquella fila, que nos miraron, nos hablaron mal o nos hicieron daño de alguna manera. Animales disfrazados, no más. Aunque tú no lo sepas, la vida de los adultos muchas veces es un zoológico donde ciertos animales andan sueltos.

Y cuando vamos colocando a los Reyes Magos te cuento cuánto hubo de magia. Lo que me hizo sonreír, lo que me hizo llorar de emoción y enternecerme hasta sentir que me deshacía por dentro. Siempre estoy deseando que llegue el momento de colocar a los magos, porque no quiero que se me olvide contarte esta parte. Contarte, contarme de nuevo todo lo mágico, porque no, no quiero que se me olvide.

Y después de colocar el belén te quedas a vivir conmigo durante todas las navidades. Me gusta que estés cerca. Me gusta sentirte dentro cuando ando escogiendo regalos, cuando espero esas colas interminables para pagar, cuando no encuentro la talla adecuada y tengo que cambiar de idea, cuando me duele ya la cabeza de pensar qué le haría ilusión a éste o al otro, cuando me duelen los hombros y la espalda de cargar con las bolsas, cuando ya no puedo más, malditas navidades, me gusta que estés cerca, que estés aquí, como si pudiera apretarme la mano.

Lo pasamos bien ¿verdad? Procuramos ver con esos ojos tuyos lo que nos rodea. Y todo parece nuevo, recién estrenado, como si fuera una aventura que nunca hubiéramos vivido.

Por último, casi el último día, escribimos juntas los buenos propósitos para el nuevo año en un papel que doblamos bien dobladito y que dejamos en una esquina del belén, bajo una de aquellas crujientes hojas, hasta el día que haya que recogerlo.

Recoger el belén es recoger la ilusión. Envolverla a pedazos en ese papel de bolitas transparentes que reservamos para las cosas frágiles, y después guardar todos esos jirones deshilachados de ilusión en una caja de cartón durante todo un año.

Me cuesta separarme de ti. Me cuesta mucho. Pero aunque no me guste, y se me de fatal conducir el carrito por esos pasillos atiborrados de gente y más carros, va haciendo falta pan bimbo y leche, algo de fruta y un montón de alimentos más que están reclamando su sitio en mi nevera y poco a poco en mi estómago. También hace falta que vaya a mi trabajo a fichar con rutina un día más en mi vida. Aunque no me guste, hace falta que me empape de vida cotidiana y salga a la calle a vivir, entre bestias pardas y animales de verdad. Porque de vez en cuando hasta nos sorprende un momento de magia, consiguiendo que despeguemos los pies del suelo, que levitemos de veras. Porque sí, los cuento con los dedos de una mano también es cierto, pero los hay, y si no los viviera ¿Cómo te los iba a contar en la siguiente navidad?

Venga date prisa, ponte otra vez ese gorro tapándote las orejas que no te gusta nada, abróchate hasta arriba el abrigo que hace frío y no te olvides las botas de agua para pisar charcos y hojas. Venga, espabila, no mires atrás y vuelve rápido otra vez a las páginas de este viejo álbum que te guarda y te devuelve a mí.

Y anda, dame un beso y hasta un abrazo si quieres, no te preocupes por mí, que la rutina no muerde. Te echaré de menos. Venga date prisa. Y pórtate bien ¿vale? Sé buena...

 Termino diciendo a la niña que fui un día lejano, la que me espera en las viejas fotos, la que despierto cada año cuando llega la navidad para que las viva conmigo. En estos días necesito ver todo con sus ojos, con los ojos que yo tenía cuando aún no había cumplido ocho años y todavía me gustaba la navidad.

©Rocío Díaz Gómez



jueves, 20 de diciembre de 2012

De los Hermanos Grimm a Hans Christian Andersen


Hoy os traigo un par de noticias de cuentos.
¡Lo que más nos gusta!


Por una parte contaros que hoy es el 200 aniversario de los cuentos de los Hermanos Grimm. Imagino que si habéis entrado en google habréis visto que su doodle (modificaciones del logo de Google con ocasión de aniversarios, días conmemorativos o fechas históricas señaladas a través de ilustraciones o vídeos) está dedicado a ellos.


El 20 de diciembre de 1812 apareció la primera edición de los cuentos recopilados por los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, un libro destinado a convertirse en uno de los más conocidos del mundo.

Jacob y Wilhelm Grimm recuperaron de la tradición oral de la ciudad alemana de Kassel esas historias, pero en un principio eran unos relatos nada inocentes, tenían violencia, sadismo e incluso sexo explícito y estaban orientados a ofrecer una lección de vida y reflejar la crueldad de la Edad Media.

Ante su escaso éxito empezaron a suavizarlos... Quién lo hubiera dicho...

Desde entonces los cuentos de los hermanos Grimm, como se les conoce, han sido traducidos a 170 idiomas y desde 2005 la primera edición, que se encuentra en Kassel (centro de Alemania) forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El bicentenario de esa primera edición servirá en Alemania para dar comienzo al llamado Año Grimm, que se prolongará durante todo 2013 y que tendrá como epicentro Kassel, ciudad en la que vivieron los dos hermanos entre 1798 y 1841.


Pero tenemos otra noticia de cuentos. Parece ser que se ha encontrado el primer cuento de Hans Christian Andersen:

Un archivo de la localidad natal del escritor Hans Christian Andersen, Odense, sería el refugio del posible primer cuento que escribió el creador de "El patito feo" y "El traje nuevo del emperador". Los especialistas consultados por el diario "Politiken" están convencidos de que el texto titulado "Tllelyst" (La vela de sebo) fue escrito por Andersen, fallecido en 1875, informó la agencia de noticias DPA.

Los expertos, que estudiaron una copia del texto original durante los últimos meses, creen que podría haber sido escrito cuando Andersen era tan sólo un estudiante de primaria, entre 1822 y 1826, tres años antes de su debut literario.

El historiador local Esben Brage descubrió por casualidad el texto en un cuaderno de hace 190 años que tenía el nombre de Andersen en la tapa y que se encontraba en el archivo regional de la isla Fnen.
En el cuento de 700 palabras, la vela es un ser animado que tras varias decepciones, al final encuentra "su lugar en la vida" al ser encendida por un mechero. El texto tiene una dedicatoria a Madame Bunkelflod, la viuda de un párroco que vivía frente a la casa que habitó Andersen en su infancia y que le prestaba libros al futuro escritor.

Los analistas aseguran que se trata de un trabajo temprano que no tiene la calidad literaria de los famosos cuentos del literato danés, que fue traducido a 125 lenguas.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Manuel Altolaguirre: "Escucha mi silencio..."



Escucha mi silencio con tu boca.

Manuel Altolaguirre
"Un verso para una amiga"


Hoy en mi tertulia hemos recuperado la figura de Manuel Altolaguirre. No he podido por menos que traeros este breve poema que nos ha mostrado hoy una compañera y que me ha encantado.

Venía escrita cada palabra en una página de un pequeño libro del que precisamente habla este artículo que he encontrado en internet. Un artículo con unos añitos ya, pero una casualidad porque justo hablaba del pequeño libro que hemos visto.

Espero que os guste, tanto el poema, precioso, como el artículo.




POETA DE LA GENERACIÓN DEL 27

Una colección recupera la obra completa de Manuel Altolaguirre tal como se publicó

  • Renacimiento edita la poesía del malagueño en una colección de 12 tomos
Obras completas de Manuel Altolaguirre publicadas por Renacimiento.
Ampliar foto
Obras completas de Manuel Altolaguirre publicadas por Renacimiento.
Actualizado miércoles 28/05/2008 13:36 (CET)
LUCÍA GONZÁLEZ
MADRID.- 

Manuel Altolaguirre, miembro de la generación del 27, dijo en alguna ocasión que su "mejor negocio editorial" fue la publicación de 'Un verso para una amiga', que tenía impresa una palabra en cada una de sus páginas y cuya composición total decía: "Escucha mi silencio con tu boca". Fue sin embargo un hombre prolífico, como editor, como cineasta, como impresor y como poeta. Una nueva edición de sus obras completas de la editorial Renacimiento recupera ahora por primera vez todos sus versos tal y como se fueron publicando, en una cuidada edición crítica compuesta por 12 volúmenes.
La publicación de estas obras no obedece a ningún aniversario o conmemoración, como ocurre tantas veces. Se trata de "saldar una cuenta pendiente" -cosa también habitual-, según justificó este martes la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, en la presentación de la obra en la Residencia de Estudiantes de Madrid, uno de los lugares emblemáticos de la generación del 27.
El poeta malagueño, cofundador de la revista 'Litoral', sembró una obra intimista en la que trató la realidad, el amor, la pérdida, la nostalgia y la separación. Altolaguirre entendía que la poesía un vehículo para conocer y comunicarse con el mundo y por eso su hija Paloma se mostró "encantada" de ver cómo su obra "no deja de recibir a nuevos lectores".

Hija también de la poetisa Concha Méndez -cuya obra completa acaba de ser publicada por la Diputación de Málaga-, Paloma Altolaguirre reivindicó la figura de su madre y quiso recordar una carta de Luis Cernuda enviada a sus padres durante su exilio en Cuba en la que éste se mostraba confiado en que los tres pasarían a la historia de la poesía española.

Poeta exiliado

Altolaguirre, que obtuvo en 1933 el Premio Nacional de Literatura por 'La lenta libertad', falleció en 1959 en un accidente de coche junto a su segunda mujer, María Luisa Gómez Mena. Había regresado a España sólo un año antes, después de vivir exiliado en Cuba y México.

Los 11 volúmenes que constituyen el conjunto de los libros de poesía de Manuel Altolaguirre, respetando su estructura originaria y precedidos de un breve estudio preliminar, son: 'Las islas invitadas y otros poemas' (1926), 'Ejemplo' (1927), 'Soledades juntas' (1928), 'La lenta libertad' (1936), 'Las islas invitadas' (1936), 'Nube temporal' (1939), 'La lenta libertad' (1942), 'Poemas de Las islas invitadas' (1944), 'Nuevos poemas de Las islas invitadas' (1946), 'Fin de un amor' (1949) y 'Poemas en América' (1955).

La principal novedad de esta obra frente a las obras completas del autor publicadas con anterioridad -la anterior editada por la Fundación Lara- es precisamente que esta colección sigue el orden en el que los poemarios fueron publicados en la época.

La publicación de la 'Poesía completa de Manuel Altolaguirre', cuya edición ha correspondido a Almudena del Olmo Iturriarte y Francisco Díaz de Castro, consta además de un volumen suplementario en el que se recogen los "otros poemas" del autor –sin hacer distinción entre los poemas en verso y los poemas en prosa– que por diversas razones quedaron excluidos de esos libros.