Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 14 de julio de 2010

Fin de curso en la tertulia Rascamán hasta pasado el verano...



Allá por octubre pasado os contaba que de nuevo habíamos comenzado la tertulia Rascamán, o la tertulia del Café Galdós, como la hemos llamado tantas veces porque allí  era donde nos reuníamos por aquel entonces.

Ahora pasado ya el curso, con mudanza incluída al Café Ruiz,  nos hemos despedido hasta pasado el verano. Por eso hoy no habrá tertulia...

No sé si alguna vez habéis asistido a una tertulia, ya sea literaria o como sea. No sé si en ese caso, os pasará como a mí. Se echa de menos cuando ya no la tienes. Aunque sea por un breve espacio de tiempo, como es el del verano. Se echa mucho de menos el compartir esa afición que te une. En este caso esta adicción que tenemos a las palabras, este afán por colocarlas y descolocarlas, esta querencia al lenguaje. En la tertulia nos contamos lo que hemos escrito, ya sea relato, poesía, ensayo, artículo, o hasta un pedazo de novela los más afortunados que se atreven con ella. Lo leemos en alto, lo compartimos, y los demás sugieren si podrías hacer este cambio o aquel, si quedaría mejor si dieras vueltas a estos versos o lo titularas de esta o esa manera, o tal vez simplemente asienten con la cabeza mientras lees. Pero así, mientras compartimos, vamos aprendiendo.

La escritura es una necesidad solitaria. Quizás sea eso, quizás es que nosotros, los que asistimos a nuestra tertulia, a veces necesitamos un poco de compañía. No lo sé. Supongo que cada uno de los que vamos tiene sus motivaciones, sean las que sean, y más o menos confesables. Pero qué más da... el caso que estamos allí cada miércoles. El caso es que somos.

Bien es verdad que no siempre hablamos de palabras, solo casi siempre. Pero no os puedo negar que muchas veces hablamos de libros, de cine, de actualidad, de viajes, y hasta de sentimientos... Y de todo ello vamos dejando constancia en lo que llamamos nuestro cuaderno de bitácora, un blog donde vamos reflejando lo que hacemos cada miércoles: http://bitacoratertuliagaldos.blogspot.com/ y que os animo a que si os apetece echéis un vistazo porque allí dejamos muchas veces sugerencias de lecturas o películas.

Pero en fin... que tampoco quiero aburriros con este tema. Es solo que, bueno, hoy me salía escribir ésto...

Os dejo con mi forma de despedirme para con mis compañeros este curso. Es un artículo del libro de Manuel Vicent, del que os hablaré otro día, "El cuerpo y las olas" porque me ha gustado mucho. Un artículo que se titula ¿cómo no? Tertulia.



Tertulia


Luis Buñuel dejó dicho que después de muerto le gustaría salir del sepulcro cada diez años para comprar el periódico, leerlo en el velador de un café y, una vez enterado de lo que pasaba por aquí, volver de nuevo a la tumba.

Todos tenemos un designio secreto para la eternidad. Unos prefieren la absoluta oscuridad de la nada, conscientes de que sí en la otra parte de la tapia existe algo, sin duda será mucho peor de lo que ofrece este mundo. Algunos señoritos esperan que el cielo sea un prolongación de la finca de caza eu poseen en la tierra, en la que ciertos bienaventurados se hayan convertido en venados de catorce puntas y los ángeles en perdices blancas a merced de sus rifles y escopetas. Muchos se conformarían con que el más allá fuera un lugar bueno o malo, pero donde se pudiera aparcar. A otros no les importaría ir al infierno si allí hubiera un garito de jazz y el fuego no liquara el hielo del whisky que uno podría tomar oyendo en directo a Charlie Parker.

Por mi parte estaría dispuesto a acelerar el tránsito hacia el otro lado si en algún punto del universo pudiera montar a mi gusto una tertulia con amigos muy escogidos, inteligentes y simpáticos, entro los que, por supuesto, estaría Buñuel. La peña tendría algunas reglas. No se le preguntaría a nadie si estaba vivo o muerto, si había sido ya juzgado, salvado o condenado. Cada contertulio se sentaría a la mesa con la única condición de que se tomara la eternidad con buen humor y mucha calma.

Durante cuarenta años he pertenecido a una tertulia de cómicos, periodistas, jueces, pintores y algunos fantasmas. Cada uno traía noticias de su oficio y con ellas se formaba una realidad poliédrica de teatros, tribunales, periódicos, pinturas y fantasías, sin otra esperanza que la seguir hablando sentados hasta el final de la vida.

Sería muy divertido continuar con esta tradición en el otro mundo. Unos llegarían con noticias del paraíso, otros con la experiencia del fuego eterno. La última novedad, llena de glamour, sería siempre la que se produjera cada noche en el espectáculo del infierno, aunque cada diez años se esperaría a que Buñuel regresara de la tierra con el periódico leído. Puesto que en la eternidad el tiempo se comprime en la punta de una aguja, cualquier catástrofe futura ya habría sucedido. Ninguna noticia de sangre o de estupidez acaecida en nuestro planeta tendría allí el menor interés, pero todos los contertulios guardarían silencio cuando Buñuel diera los resultados de las ligas de fútbol.

Manuel Vicent

domingo, 11 de julio de 2010

¡El futbol! las Cibeles y Galeano

Madrid, las Cibeles, 10 de julio de 2010... 


No me gusta el futbol, pero Eduardo Galeano... Eduardo Galeano sí. Y mucho.




sábado, 10 de julio de 2010

Harold Edgerton. Anatomía del movimiento. Photoespaña 2010 a la de cinco...


Ehhh que solo está hasta el 25 de julio. Y estamos casi a 10 de julio... os quedan quince diítas de nada, y a la velocidad que va el tiempo, eso es como decir ná de ná... Así que espabilaros que ésta no es para perdérsela... está considerada como una de las diez mejores exposiciones de Photoespaña 2010. Porque va de eso mismo, de la velocidad del movimiento, o de lo que es lo mismo el afán por percibir esa rapidez,  el afán por aprehenderla, pero mejor os lo cuento más despacio...


Aquí Harold Edgerton(1903-1990), aquí mis amigos del blog. 

Para los que no le conozcais deciros que Harold Edgerton más que un fotógrafo era un científico que inventó el flash estroboscópico ¿Cómooooo? Sí el flash estroboscópico, que yo tampoco tenía ni idea de lo que era, pero que ahora sé que es un aparato que le permitía registrar con nitidez sucesos apenas perceptibles, como el disparo de una bala, o la caída de una gota, o el movimiento de cualquier deportista. Toda la secuencia de cualquier movimiento el podía congelarla paso a paso. Llegó hasta el punto de poder congelar escenas por debajo de una millónesima de segundo con su cámara "Rapatronic". 

Ese era su afán, detener el flujo temporal, suspender el movimiento en el espacio de la escena, para poder visualizarlo.


Era un científico, que había estudiado ingeniería eléctrica, pero que no paró de crear inventos en lo que es dificil distinguir la parte científica de la artística. Colaboró con Cousteau filmando los fondos marinos con equipos de sónar y cámaras subacuáticas, en busca de especies animales y buques hundidos. 

Fue infatigable, y hasta bien mayor no dejó de inventar, y de experimentar, en busca de la captura de la imagen perfecta.

Es una exposición la verdad muy interesante y entretenida. Tiene muchas fotos de secuencias de movimientos que Edgerton consiguió con sus inventos registrar. Fotos del vuelo de diferentes animales, de palomas, de colibríes, de una lechuza... uno puede ver el movimiento paso a paso. Fotos de muchos deportistas,  de saltos de natación, de gimnastas, de diferentes disciplinas del deporte. Fotos de agua salpicando. Fotos de disparos... Dicen que esta exposición es la muestra más extensa que se ha dedicado a su trabajo fuera de los EEUU. También se pueden ver aparatos fotográficos. 

Y no os podéis perder también una película premiada con un Oscar en 1940, una película muy corta, sobre su trabajo, bastante amena y curiosa. 

Ya lo sabéis hasta el 25 de julio. 

En Nuevos Ministerios. En la sala BBVA
Paseo de la Castellana, 81
Martes a sábados de 11.00 a 21.00
Domingos y festivos de 10.00 a 14.00h
Lunes cerrado




miércoles, 7 de julio de 2010

Los recitales de poesía y la música:Esther Giménez, Jesus Jiménez Reinaldo, Aureliano Cañadas...

Lectura de Jesús Jiménez Reinaldo en la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid en abril del 2010


¿Quién piensa que los recitales de poesía son aburridos?
Vale, vale... digamos que unos cuántos... 

Pero... ¿No será que los habéis probado poco?

Pues bien, con esta entrada yo quería demostraros, o quizás estaría mejor dicho "mostraros", que no tiene por qué ser así. En los últimos recitales de poesía a los que he asistido la música tenía mucho protagonismo. Y la verdad es que, al menos a mí, me parecía que quedaba muy bien, que mejoraba muchísimo la puesta en escena de la palabra. Es un buen contrapunto. La guinda.

Por supuesto el acompañamiento musical puede servirse de muchas formas.

En el primer video de esta entrada, la música vino de la mano de un guitarrista que acompañaba la voz del poeta Jesús Jiménez Reinaldo cuando presentó su libro "Los útiles del alquimista" en la biblioteca Manuel Alvar de Madrid en abril de este año. El recital comenzó con este solo de guitarra y armónica de una conocida canción. En el video podemos escucharlo. Al fondo están a la izquierda Javier Díaz Gil, poeta que se encargó de la presentación de Jesús Jiménez Reinaldo, y por supuesto el propio Jesús.  Supongo que recordareis esta lectura, ya os hablé de ella en su día: http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/05/los-utiles-del-alquimista-de-jesus.html Después durante todo el recital hubo varias participaciones de este guitarrista poniendo un fondo musical a varios de los poemas que nos recitaba Jesús Jiménez Reinaldo.


Pero aquí, bajo este párrafo, os dejo el vídeo que grabé en la lectura poética que hicieron Esther Giménez, poeta y cantante y otra vez Javier Díaz Gil, esta vez en Los Diablos Azules el 9 de junio de este año.  Os dejo también aquí el enlace de cuando lo conté: http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/06/esther-gimenez-y-javier-diaz-en-los.html En esta ocasión la música se sirvió como postre. Porque para terminar el recital Esther Giménez nos hizo una demostración de cómo puede también dedicarse a la canción... ¡Porque cómo canta...! No sé que hace mejor si recitar o cantar, la verdad...


Lectura de Esther Giménez y Javier Díaz en Los Diablos Azules en junio de este año


Pero el postre puede ser servido de forma mucho más emotiva. En esta ocasión del video de debajo, fue el poeta Aureliano Cañadas el que se arrancó a cantar y nada más y nada menos que ¡con un fado!. Fue en la lectura que hizo junto a Jose Mª Herranz en Libertad 8 también en junio de este año. Aureliano quería terminar regalando, entre los que estuvimos allí acompañándoles, uno de sus cuadros confeccionados con flores secas y poemas. http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/06/aureliano-canadas-y-jose-maria-herranz.html. Y así lo hizo, terminaron la lectura y se sorteó el cuadro. 

Pero no se le ocurrió otra cosa que decir: "Y la próxima vez me despido con un fado...". Y claro no faltó quién comenzó a decir en voz alta: "¿Y por qué ahora no? Nada de la próxima, ahora, ahora..." Y ahí tenéis a Aureliano Cañadas cantándonos un sentido fado de despedida. Es cierto no tiene mucha voz, pero fue un regalo con mucho sentimiento ¿Y qué más se le puede pedir a un regalo?


Lectura de Aureliano Cañadas y José Mª Herranz en Libertad 8 en junio de este año

martes, 6 de julio de 2010

Alejandra Laviada en el Complejo Cultural El Aguila. PhotoEspaña a la de cuatro



Siguiendo el camino de Photo España 2010 que me gusta mucho y por eso me  "he empeñado" en hacer, como ya os conté en otras tres entradas anteriores, llegué hasta la exposición de Alejandra Laviada en el Complejo El Águila. Ya de paso os comento que creo que está muy bien el trabajo que hicieron en esta vieja fábrica de cervezas, la han acondicionado y reconvertido en un centro de exposiciones muy amplio y bien aprovechado para fines culturales.


Si pasáis por aquí, hasta el día 25 de julio, podéis acercaros a ver esta exposición. Está a un paseíto desde Atocha o Delicias. No es de las que os diría que no os perdierais, pero bueno si no andáis lejos pues con la excusa de la exposición veis este tranquilo lugar que siempre tiene exposiciones curiosas. Aquí pude ver este invierno una sobre los juguetes del pasado y otra sobre Carlos Berlanga que me gustó mucho.

En esta ocasión nos trae la exposición de fotografía de Alejandra Laviada, una artista mexicana que estudió pintura en la Rhode Island School of Design y ha realizado una maestría en fotografía en la School of Visual Arts.

En esta exposición podemos ver cerca de cincuenta fotografías en donde ha tratado de aunar la escultura con la fotografía. Son imágenes hechas con objetos que encontró en un edificio abandonado de la Ciudad de México, reutilizándolos, para crear un tipo de escultura nueva y efímera. Son imágenes que hablan de la construcción y la destrucción. Fotografías curiosas, de colores cálidos, y al menos para mí, muy agradables a la vista.

Pero mejor os dejo con sus fotos para que os hagais una idea ¿No os parece?








SALA DE EXPOSICIONES DEL COMPLEJO 'EL ÁGUILA'

Archivo Regional de la Comunidad de Madrid
C/ Ramírez de Prado, nº 3
28045 Madrid
España


Horario: 11 a 14 y de 17 a 20 horas, de martes a sábado,
y domingos y festivos de 11 a 14 horas.

lunes, 5 de julio de 2010

Gol, gol, gol - Manuel Vicent

Gol, gol, gol

No hay ningún hecho histórico, espiritual, científico, político ni social que reciba,  ni de lejos, un clamor colectivo tan intenso como el que produce un gol. 

Hay remates espectaculares con el delantero y el guardameta chocando en el aire que mueven a la admiración, pero muchas veces, debido a cualquier fallo, el balón rueda tontamente y se cuela en la portería de forma estúpida. En cuánto traspasa la línea de meta las gradas estallan con mismo alarido irracional, y en los bares, en las salas de estar, en plazas de los pueblos más remotos del planeta, gentes de todas las razas se levantan de los asientos y se abrazan ante las pantallas del televisor. En el mundo de hoy no existe misterio más profundo que este entusiasmo nacido de una simple patada

La alianza de civilizaciones ahora mismo se realiza en los vestuarios de los equipos de fútbol, donde comparten las ovaciones y el sudor jugadores de distints etnias y naciones, sometidos a la dictadura de un entrenador y al silbato tantas veces equivocado del colegiado. En ninguna actividad humana existe tanta distancia como la que se da entre un divo del balompié, multimillonario, adorado por las multitudes de todo el planeta, y el árbitro que dirige el encuentro. No obstante, este personajillo subalterno, vestido de negro y con un suldo para ir tirando, tiene la suprema potestad de levantar una tarjeta roja ante las narices sudadas del superhéroe y con un gesto disciplente expulsarlo del campo. En ese momento se produce un extraordinario prodigio, que consiste en que el jugador obedece. En ningún orden de la vida se da este milagro. Imagínese usted a un apoderado del Banco de Santander mandando a casa a Botín por cualquier zancadilla financiera o a un tipo de la calle señalándole el vestuario a un presidente del Gobierno y que ambos con la cabeza gacha obedecieran. Ese enigma acontece en el fútbol, pero eso no es nada frente al delirio explosivo que concita un gol. Ante un descubrimiento científico de primer orden, el público ni siquiera aplaude; cuando el Papa en una concentración de masas eleva la hostia consagrada, los fieles guardan silencio; si los jueves emiten una sentencia justa, nadie hace la ola; tampoco se levanta ningún rumor en la calle ante un decreto trascendental del Gobierno. 

En cambio, un balón entra en la portería, y la humanidad se comprime, el locutor aúlla, y entonces se produce un big bang que va desde la íntima miseria que cada ciudadano arrastra hasta la máxima expansión de dicha colectiva.

Manuel Vicent

viernes, 2 de julio de 2010

"Enfadarme contigo" Poelato de Rocío Díaz leído ayer en el Café Galdós



Hoy he pedido permiso a mi piel para enfadarme contigo.

No le ha gustado mucho la idea. Pero yo he insistido.

Más que pedirle permiso para enfadarme contigo, en realidad le estaba pidiendo a mi piel que no me contradijera. Como ese padre que de alguna forma le dice a la madre que no le contradiga a la hora de regañar a un hijo.Eso me pasa a mí con mi piel.

Cómo voy yo a enfadarme contigo, cómo voy a intentar demostrarte mi profundo malestar, mis dolidos sentimientos, mi herida interior, con caras largas y cortantes monosílabos y afilados silencios, tristes jirones de mi flaca autoestima, si luego viene mi piel y hace lo posible y lo posible y lo posible por rozar la tuya...

No. Eso no puede ser. Y así le gritan mis huecos, le grita mi conciencia, le gritan mis neuronas. No eso no puede ser. Tú vives también aquí, le gritan a mi piel. Y hay que convivir todos a una.

Pero a mi piel no le parece bien que me enfade. Nunca le parece bien. Ella quiere siempre aprovechar el momento que te tiene cerca para acortar distancias con la tuya. Ella es presente y es sensación. Ella es urgencia y ternura. Y cuando  no se lo permito siente que se le cortan los labios, que tiene escalofrios y una sensación húmeda de soledad le cae por los hombros, la baja por la espalda y termina colgándole de cualquier manera hasta las rodillas que castañean la una con la otra. No. Nunca le parece bien que me enfade.

Pero yo, con ella, tengo al enemigo dentro de mí. Le tengo en toda mi superficie, le tengo rodeándome y cercándome. Y si le hiciera caso siempre a ella. Si hiciera caso siempre a mi piel ¿Qué seria de mí? Me anularía sin remedio.

Por eso algunos días, tengo que pedirle permiso a mi piel para enfadarme contigo. Tengo que buscar un aliado en ella, porque sé que todos juntos, mis huesos y mi conciencia, mis neuronas y mi piel, todos juntos somos más fuertes que si vamos cada uno por separado.

A fuerza de pedírselo, de hacérselo ver, de demostrarle cuán herido estoy, hoy he conseguido que mi piel me hiciera caso. He conseguido que no se acercara a la tuya durante horas...

Rocío Díaz Gómez