Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 9 de abril de 2010

"Los útiles del Alquimista" nuevo libro de Jesús Jiménez Reinaldo


Jesús Jiménez Reinaldo (1962, Tudela, Navarra), poeta, profesor de Lengua Castellana y Literatura en un instituto de Rivas VaciaMadrid, buen orador, tertuliano y amigo de nuestra tertulia, va a presentar en Madrid un libro de poemas el 4 de mayo.

Ya os hablé de Jesús en otra entrada de este blog (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2009/10/un-poema-de-jesus-jimenez-reinaldo.html) y ya os presentaba de él un poema que a mí me gusta mucho para que le fuérais conociendo. Pues bien ahora presenta un libro enorme de poemas, pues no es corriente que los poemarios tengan tantos versos como va a tener éste, en torno a tres mil, con gran parte de su producción poética. Yo que tuve la suerte de escucharle leyendo alguno de ellos en Guadalajara hace poco tiempo, en el encuentro entre tertulias que hacemos, os puedo decir que va a ser un libro que va a merecer mucho la pena leer.

Se va a titular "Los útiles del Alquimista". Os pego debajo su invitación a la presentación del libro.



El próximo 4 de mayo, martes, presentaré en sociedad mi segundo libro de poesía, titulado “Los útiles del alquimista”, publicado por la Fundación María del Villar Berruezo, de Tafalla (Navarra).

El libro, que es un pedazo de libro con sus 330 páginas, incluye ilustraciones de la artista argentina Liliana E. Fichter y un epílogo del hispanista americano Robert Simon, de la Universidad de Kennesaw, Georgia.

El acto tendrá lugar a las 19.30 horas en el Salón de Actos de la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid, sito en la calle Azcona 42, junto al metro Diego de León. Se encargará de presentar el acto el poeta Javier Díaz Gil y contaremos también con la intervención de José Luis Aguilar a la guitarra. Jesús Jiménez Reinaldo

jueves, 8 de abril de 2010

FotoPres 09 "Violencia de género en Pakistan"



Tengo un amigo que muchas veces me dice que nosotros, él, la mayoría de los que nos rodean, yo, somos unos privilegiados. ¿Privilegiados? Sí, porque vivimos en el primer mundo, porque tenemos lluvia que es vida, porque tenemos agua con solo abrir un grifo, porque tenemos un trabajo, y un tiempo de ocio remunerado. Solo por eso ya lo somos. Y es verdad. Es verdad, aunque muchas veces ni nos demos cuenta.

Ayer visité la exposición de FotoPres “la Caixa” 09 que hay en el CaixaForum Madrid.

“La Caixa” instituyó FotoPres en 1982 con el objetivo de reconocer el trabajo de los fotoperiodistas. A lo largo de casi 30 años, el certamen ha plasmado con la fotografía, como medio artístico y de sensibilización, la realidad en situaciones de conflicto.

La exposición de este año tiene 135 fotografías y tienen como vínculo la reflexión sobre las condiciones de vida de distintos países en situaciones de conflicto.

La exposición incluye los trabajos Violencia post-electoral en Kenia, de Walter Astrada (Buenos Aires, 1974), y Líbano, entre mar y fuego, de Alfonso Moral (Valladolid, 1977), segundo y tercer premio respectivamente. Y los trabajos de varios becados.



Pero para mí lo más impresionante fue el primer premio de este año, el que se llevó Emilio Morenatti (Jerez de la Frontera, 1969) con el trabajo: Violencia de género en Pakistán.

Impactante. ¿Cómo podemos llegar los seres humanos a tratar así a los demás? Se trata de una serie de retratos de mujeres pakistaníes que han sufrido ataques con ácido por parte de familiares y allegados. Qué destrozo de caras. Una de ellas tiene entre sus manos una foto de cómo era, y ves el antes, y ves el ahora, y se te encoge el corazón. Es imposible que no se te encoja. La mayoría han sufrido ya un montón de operaciones quirúrgicas, así que además la fotografía recoge como son después de haber pasado ya por ellas. Estremecedor.

Cuando salí de la exposición, iba caminando por ese Paseo del Prado iluminado, alegre, en una tarde de abril soleada, y no pude evitar acordarme de lo que siempre dice mi amigo, de todo eso del primer mundo... Y a poco que lo pensé, qué brillante me parecía todo a mi alrededor, el sol que sentía, el aire, la calle que pisaba, las personas con que me cruzaba… Mi vida entera era como si acabara de desenvolverla del papel de regalo en el que me había llegado y comenzara a estrenarla.

La exposición FotoPres "la Caixa" 09 se podrá visitar en CaixaForum Madrid (Paseo del Prado, 36) del 25 de marzo al 22 de agosto de 2010.

martes, 6 de abril de 2010

"Un calor tan cercano" Una novela "deseobiográfica" de Maruja Torres



Nunca había leído una novela de Maruja Torres. Artículos sí, muchos, y siempre me han dejado un buen sabor de boca. Por eso tenía ganas de leer alguna de sus novelas, sin embargo no sé por qué siempre que he tropezado con alguna de ellas, no he llegado a sentir que me pedía con su voz crujiente de página: “léeme, léeme” así que por unas u otras razones no había llegado a hacerlo.

Hasta “Un calor tan cercano”, que me la recomendaron unos amigos, me la recomendaron y además me la prestaron. Y aunque la lista de libros que aún tengo por leer es larga, con tantas facilidades ¿Cómo iba a negarme?

Cómo me alegro de haberlo hecho. Porque desde que comencé a leerla, ha sido hacerlo de un tirón. Es corta, doscientas y pico hojas, pero te vas sumergiendo en la historia sin darte cuenta y ya no la puedes abandonar, salvo para lo urgente.

“Un calor tan cercano” cuenta la historia de Manuela, una escritora de novelas policíacas, que, tras recibir la noticia de la muerte de su madre, y otra llamada, se embarca en un viaje hacia el pasado, hacia su infancia en la Barcelona de los años cincuenta, un período de su vida marcado por la asfixiante relación con su madre y su tía Amalia, y el refugio que encuentra en su tío Ismael y su prima Irene. Ese sería el principio del argumento.

La novela comienza así: "Anoche recibí dos llamadas. Una, de Barcelona. La otra, de Aix-en-Provence. Así es como la vida te agarra por los pelos."

¿No os gusta? A mí me gustó mucho porque tienes la intriga de dos llamadas desde la primera línea, tienes el lugar Barcelona, y tienes una forma de vivirlo y sobre todo de contarlo que te sacude: "la vida te agarra por los pelos".

Aborda varios temas, la relación materno-filial, la España de postguerra, el paso de la infancia a la madurez, la pérdida de la inocencia, el amor, la compasión… Parece increíble que se puedan abordar tantos temas en una novela pequeña como es ésta, pero también es muy intensa y tienen cabida todos.

Reconozco que tiene varios puntos que ya de partida a mí me gustan siempre en una narración. Dos de ellos los descubrí nada más empezar la lectura, que son el tipo de narrador y dónde está ambientada. Y el tercero tiene que ver con uno de los temas que aborda. Pero mejor vamos por partes.


La novela está narrada en primera persona, me gustan las narraciones así, porque te permiten de un plumazo entrar en la historia. Es una narración muy sencilla, que transmite cercanía y va discurriendo plácida con la historia. Es lineal el paso del tiempo en la parte central de la novela, pero comienza en el presente del otoño de 1987, hace un flashback y va hacia atrás, a la infancia en 1954, donde se desarrolla, para volver al presente de nuevo 1987, en las páginas finales.


La novela está ambientada en Barcelona. No sé si será porque parte de mi infancia transcurrió en Cataluña, pero siento mucha afinidad por Barcelona y me gustan las novelas en las que la encuentro. Por supuesto esta Barcelona no es la mía, porque es la del postguerra, pero aún así.

Y en último lugar la novela, entre otros temas que ya he comentado más arriba como son la relación materno-filial, la pérdida de la inocencia, el amor, habla también de lo confusos de algunos sentimientos, de esa mezcla de cariño con rencor que nos dejan algunas relaciones que de alguna forma, por lo que sea, quedaron inconclusas. Me gusta cuando se aborda este tema.

Además es una novela en la que se intercalan con la acción algunas reflexiones. Me gusta cuando se van filtrando esas reflexiones. Os copio a continuación a modo de ejemplo uno de esos momentos que me gusta mucho en el libro:

"Hay un principio para cada episodio de la vida, como hay un final, pero nadie es capaz de reconocerlo cuando se presenta, quizá porque vivir consiste en perder a menudo, ganar de vez en cuando, pero casi nunca en saber. Amamos sin razones, y sin razones, también caemos en la indiferencia. Partimos, creyendo que la despedida ha sido consumada, para descubrir que el adiós, aún sigue ahí, lento y desgarrador, inexplicable. Con igual falta de pericia confundimos la nostalgia por un sentimiento con el sentimiento mismo, y arrastramos durante más tiempo del necesario a difuntos que piden a gritos que se les eche tierra encima. No creo que el conocimiento acerca de lo que uno siente mitigue el dolor o intensifique el goce. Más bien al contrario, porque aleja del que sufre la esperanza e introduce en la felicidad el germen de la duda. Pero algo te da: la posibilidad de renacer entre las ruinas." (Pág 233).

No os he hablado de los personajes. Hay distintos y muy variados personajes en la novela: Manuela, su madre Mercedes, su tía Amelia, el tío Ismael, la prima Irene, el Conjunto Frenesí, los Nacionales, Doña Asun... Lo que hace la novela muy rica porque todos ellos están muy bien perfilados. Os dejo con la descripción donde se nos presenta al Conjunto Frenexí:

"La facilidad del tío para relacionarse con gente distinta a nosotros me fascinaba, y el Conjunto Frenesí me atraía, además, porque figuraba en la extensa lista de Cosas Prohibidas del Barrio a las que, por expreso mandato de Amelia y Mercedes, no me podía acercar: las putas, las pensiones donde éstas entraban y de donde salían sin parar... (...) Tanto el escritorio donde el médico extendía sus recetas como su instrumental dormían ahora debajo de las mantas -y con ellos todo rastro de dolor y sordidez- y el rey de las maracas en que se había convertido meneaba hombros y caderas con un delirio que justificaba el nombre con que había bautizado a su grupo. Ceñido de cintura para abajo por unos pantalones plateados que, a la altura de la pantorrilla, se abrían en una cascada de flecos, medio cubierto el torso por una blusa escarlata con escote en pico y mangas afaroladas, flanqueado por otros tres ... Morales meneaba su cuerpo regordete hasta alcanzar la apoteósis: plantado en medio de la habitación, alzaba los brazos, doblaba la cintura hacia atrás, y agitando furiosamente las maracas aullaba: ¡Maaaaaaambo!, un grito animal que atravesaba el balcósn y se despersaba en la calle como el confeti en la procesión del Corpus." (Págs 43 y 44).

Pero ya me he extendido mucho, así que para terminar os dejo con un párrafo donde la misma autora habla de su novela, me gusta el término que utiliza para hacerlo, dice que no es autobiográfica sino deseobiográfica, que curioso ¿verdad?, pero bueno mejor os dejo con ella:

«Algunas novelas son como los remordimientos: se abren paso sin que la voluntad del autor pueda impedírselo. Un calor tan cercano, en principio, ni se iba a titular así ni iba a tratar de lo que trata. El tema de la infancia sólo aparecía en la medida en que justificaba el comportamiento adulto de la protagonista. Poco a poco, sin embargo, igual que, en mi ficción, Manuela se ve obligada a retroceder más de tres décadas para llegar a la etapa final de su viaje, para ponerse en paz, yo sentí que era ésta, y no otra, la novela que tenía que escribir para saldar, a mi vez, mis propias cuentas. Uno escribe, al menos yo lo hago, para dotar de sentido a lo que no lo tuvo, y para inventar lo que a la vida se le olvidó. Para ordenar el caos. Por eso Un calor tan cercano no es una novela autobiográfica, sino deseobiográfica, y sus personajes, que no existieron –algunos sí: pero sólo me ofrecieron un vago punto de partida, mezclándose y robándose las características que les recuerdo—, hoy me parecen más reales que aquellos a quienes realmente conocí.»


Maruja Torres es una escritora y periodista española, que a lo largo de su trayectoria se ha hecho acreedora a los premios Nadal (por su novela Espérame en el cielo, de reciente aparición) y anteriormente ya había ganado el Planeta, por su novela del año 2000, Mientras vivimos. Nacida en Barcelona, en la actualidad vive la mayor parte del tiempo en Beirut y se dedica a escribir artículos para el diario El País.


Bibliografía:
¡Oh es él! Viaje fantástico hacia Julio Iglesias (1986)
Ceguera de amor (1991)
Amor América: un viaje sentimental por América Latina (1993)
Como una gota (artículos, 1995)
La garrapata (cuento perteneciente al libro Barcelona, un día,1998)
Un calor tan cercano (1998)
Mujer en guerra. Más másters da la vida (Biográfico, 1999)
El velo y las lágrimas (cuento perteneciente a Mujeres al alba, 1999)
Mientras vivimos (2000) XLIX Premio Planeta
Hombres de lluvia (2004)
La amante en guerra (2007)
Esperadme en el cielo (2009)

Premios:
Premio Víctor de la Serna de periodismo, concedido por la Asociación de la Prensa de Madrid (1986)
Premio Francisco Cerecedo (1990)
Premio de Literatura Extranjera, por Un calor tan cercano (1998)
XLIX Premio Planeta, por la novela Mientras vivimos (2000)
Premio Nadal, por la novela Esperadme en el cielo (2009)

lunes, 5 de abril de 2010

"Estar a la cuarta pregunta" y "Salirse por peteneras"


Ya sabéis que me gustan las frases hechas, me gusta saber cual es su origen, conocerlas, domesticarlas para después a la hora de escribir tener cuidado de ir evitándolas o utilizándolas solo para el lenguaje de un determinado personaje. Quizás me gusten por eso... Los humanos somos así de contradictorios.


Hoy vamos a hablar del origen de dos frases hechas muy usuales en el habla: Estar a la cuarta pregunta y Salir por peteneras.

Para hacerlo vamos a recurrir a los artículos de Amando de Miguel. Que de ésto sabe mucho y lo explica de forma muy sencilla.




Estar a la cuarta pregunta.

En los tribunales de antaño a los detenidos se les hacían, de entrada, cuatro preguntas. Las tres primeras eran los datos de identificación (nombre, edad, domicilio) y la cuarta indagaba el patrimonio a los posibles efectos de responsabilidad civil. Ahí es donde cumplía contestar que el detenido era insolvente, pobre de solemnidad, con el fin de evitar la posible multa. Eso era «estar a la cuarta pregunta».

Amando de Miguel
Libertad Digital, España
Lunes, 13 de abril del 2009



Salirse por peteneras.

Significa hacer o decir algo inoportuno, alejado del objeto de la conversación o simplemente de lo esperado. La Petenera fue una famosa cantante de flamenco de mediados del siglo XIX, llamada así por haber nacido en Paterna de la Ribera (Cádiz). La petenera acabó siendo una variante del cante flamenco, una especie de malagueña. Si uno se sale o arranca por peteneras es como decir que se pone a cantar alegremente para no seguir la conversación o escabullirse de algo serio.


Amando de Miguel
libertaddigital.com, España
Martes, 17 de febrero del 2009



Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en el Colegio de México. Ha profesado, además, en las universidades de Valencia y Barcelona. En 2008 ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas (San Antonio). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. Ha sido galardonado con los premios de ensayo: Espasa (1988), Jovellanos (2001), Miguel Espinosa (2003), Premio de Cuentos Café El Pícaro (Toledo, 2004) y Premio Ensayo Breve de Sociología Fermín Caballero (Cuenca, 2007).Es colaborador habitual de la cadena Onda Cero y el periódico virtual Libertad Digital y miembro del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid.

Cien años de Gran Vía en Madrid


Cien años ya, quién lo diría…
Pero no te preocupes que no se te notan, si acaso solo en las esquinas de tus ojos de neón, arrugados y brillantes de tantas noches de marcha y sobre todo en la experiencia, en ese don de gentes, de millones de gentes que tienes. En la experiencia sí, ahí sí se te notan los años, pero como decía mi abuelo, con una de esas tantas frases que a fuerza de repetirnos siempre, ya a salvo del tiempo, nos legó a sus nietos: "la experiencia es un grado".

Hace tanto ya, que no recuerdo ni cuando nos conocimos. Entonces, vivías tan lejos y mi mundo era tan pequeño, que solo nos podíamos citar los sábados y a veces ni eso. Para llegar hasta ti, solo había un camino: desde Esperanza. Ahora que lo pienso, qué mejor lugar desde el que comenzar a moverme por el mundo, que desde la esperanza. Pues sí, por aquel entonces la línea 4 comenzaba allí, en Esperanza, mi estación, y qué suerte porque siempre había asiento en el metro. Después había que hacer un transbordo en Goya, coger la línea 2, la roja, e ir hasta Sol, que nos daba siempre la bienvenida con ese olor a bollo recién hecho que desprendía la Mallorquina en toda época del año. Para terminar subiendo la calle Preciados hasta Callao. Fin del trayecto. Toda una excursión con ese sabor lúdico que tienen todas las excursiones que se precien. De Esperanza a Callao. Porque entonces tú, y para mí, solo eras eso, Callao. Pero tenías Rodilla que ponía ante nuestro paladar el riquísimo sándwich de queso con nuez, porque aunque ahora Rodilla tenga muchas más variedades, quita, quita, donde esté el de queso con nuez de toda la vida… Tenías también las zapaterías Díez y Tacones, donde estaban mucho más baratos los zapatos que en el barrio y había más donde elegir. Y qué suerte, tenías el sanatorio de muñecos aquel que siempre me hacía guiños desde su alto escaparate. Tenías tantas cosas buenas. Tenías Sepu, y Galerías Preciados, y los cines…

Porque sobre todo atesorabas todos los cines. Creo que fue contigo donde vi Grease. Imagínate si hará tiempo. Fue, creo la primera vez que pude ir con las amigas hasta el centro y porque íbamos acompañadas por el hermano mayor de una de ellas, uno que por cierto era bien guapo y bien serio además de mayor, no veas cuánto interés tenía... Aquello de ir a ver Grease, debió de ser una aventura, porque aún nos recuerdo con ilusión haciendo cola. Sí, entonces tenías muchos cines, algunos de los cuales ya ni existen, como el cine Azul donde vi años más tarde “9 semanas y media” o el cine Avenida, qué pena, pensé estas navidades cuando entré haciendo de Reina Maga, qué pena que un lugar tan bonito como éste haya acabado siendo una tienda de ropa más… Supongo que estos pensamientos me los trae la edad, la edad y el peso frágil y nostálgico de aquel tiempo que compartimos juntas.

Después, cuando terminamos el instituto, y fuimos a la Facultad el mundo cedió un poco más y ensanchó tus costuras, porque también llegué hasta ti para ir a la calle Libreros, en busca de aquellos aburridos, la mayoría, libros que nos mandaban estudiar los primeros cursos de Psicología. O para ir al Calentito, que ya tampoco existe, pero donde celebré que ya era licenciada y del que volví con el estómago retorcido y hecho un guiñapo, tanto, que si miro las fotos aún siento que me duele.

Poco a poco hemos ido atesorando años tú y yo. Y el tiempo nos ha cambiado sin remedio. Yo he descubierto que para llegar hasta ti, como para llegar a tantos sitios, ya no solo hay un camino, sino muchos a descubrir. No solo podía llegar desde Callao, sino también desde Plaza de España donde estaban los cines de versión subtitulada, y también desde Alcalá, donde está el Círculo de Bellas Artes y ahora el Instituto Cervantes, un cruce de calles que siempre me ha parecido muy elegante.

Con el tiempo también me mostraste el gusto por interesantes exposiciones, siempre recuerdo la de Chema Madoz en Telefónica. Y cómo no, también me descubriste el gusto por los musicales: El Hombre de la Mancha, Cats, Hoy no me puedo levantar… Sí con los años has perdido los cines, como quien va perdiendo los dientes, pero en cambio has ganado en adornos y glamour, con los musicales, más espectaculares, más vistosos, más cosmopolitas. Has ganado en cultura con tus exposiciones y tus musicales, pero también, es cierto, a determinadas horas te volviste más consumista con tus tiendas de ropa. Era inevitable. No hay nada perfecto.

Yo descubrí que hay muchos caminos para llegar hasta ti, y tú, aprendiste a desdoblarte en tres tramos, el primero más elegante, el segundo más comercial, el tercero más lúdico, a la medida del gusto y el momento de todos cuántos no hemos dejado de ir a visitarte. Como una gran dama que sabe estar presentable a cualquier hora del día, una gran dama que nos sabe recibir a todos con una sonrisa, a todos, a muchos, a demasiados.

Yo descubrí que hay muchas ciudades hermosas en el mundo, y me entretuve recorriéndolas, conociéndolas. Pero a medida que lo hice, a medida que mi mundo se desparramó y alcanzó otras fronteras y las rebasó, a medida que crecí, me dí todavía más cuenta de que pocas tienen esa Gran Vía que tiene mi ciudad, tan atractiva de pasear despacio, tan rica, tan variada, tan viva, tan mía.

Cien años, cien años ya. Quién lo diría…

sábado, 3 de abril de 2010

"Por el placer de volver a verla" Blanca Oteyza y Miguel Ángel Solá



Cómo me ha gustado... Mucho.

"Un teatro intimista y de sentimientos, con sensibilidad, sencillez, y suave humor, que se dirige a toda clase de espectadores y homenajea a aquello que dota a la vida de sentido. El amor y el teatro hacen posible lo que parece imposible. La tertura seduce y las emociones del público cobran vigor con el noble trabajo para dejar en el espectador ganas de volver al teatro" El placer del público. Marc Llorente. Información de Alicante.

Así que espero que no me pase como con "El diario de Adan y Eva" que solo la ví una vez.

Ésta espero yo también "volver a verla" a Oteyza, a Solá y a la obra.

jueves, 1 de abril de 2010

Torrijas


Ya estamos en Semana Santa y es tiempo de torrijas.

Dulce que por cierto a mí me gusta mucho, sobre todo las que hace mi madre. Y no sé si sería pensando en ellas con placer anticipado, cuando he pensado de dónde vendría la palabra en cuestión.

La primera sorpresa que me he llevado es que el diccionario de la Real Academia no recoge la segunda acepción de la palabra torrija, la de borrachera, tan habitual en el lenguaje coloquial. Ma ha sorprendido la verdad, y más sabiendo que recoge otras mucho más chocantes (acordaros de "almóndigas, toballa y murciégalo..."). Sin embargo el diccionario María Moliner sí que la recoge. Os copio a continuación ambas definiciones.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua:

torrija.

(De torrar).

1. f. Rebanada de pan empapada en vino o leche y rebozada con huevo, frita y endulzada.


torrar.

(Del lat. torrēre).

1. tr. tostar (poner algo a la lumbre hasta que tome color).



En el diccionario María Moliner:

Torrija
1 f. Rebanada de pan empapada en leche y después rebozada en huevo y frita; a veces, se cubre después de frita con almibar; también se puede empapar en vino en vez de en leche.
2. (inf) Borrachera.

Etimológicamente pues, torrija vendría de torrar, que a su vez vendría del latín torrere (secar al sol o al fuego, tostar). De torrere vendría torrija, torrefacto, tostado, torrezno... Todas esas palabras. Podéis consultar a este respecto: http://etimologias.dechile.net/?turrar


Y por otra parte, parece ser que el origen del dulce se remonta al siglo XV, o al menos eso he leído en distintas fuentes. Os copio un par de ellas a modo de ejemplo:

"Su origen se remonta a la Edad Media . La torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hazer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con los chatos de vino.
Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento de pan, ya que durante el tiempo de Cuaresma no se podía comer carne..."

http://www.diles.es/noticia-435-torrijas-origen-divino.htm


"Al mismo tiempo debemos hacer constancia que tan sencillo manjar también fue, y suponemos que sigue, elaborado por los sefardíes con un origen y fin diferente, tal como nos indica su propio nombre "Rebanadas de Parida", por ser principal alimento para las mujeres recién paridas con el propósito de bajarles la leche para amantar. Sus ingredientes eran los siguientes: 10 rebanadas de pan blanco fresco, 3 huevos batidos, 1 l. de leche, aceite de oliva y miel y se preparaba calentando el aceite y mientras esto ocurría se mojaban las rebanadas en leche y luego se pasaban por huevo batido y se freían, se escurrían del aceite y mojaban en miel."

http://grupogastronomicogaditano.com/Articulos/LasTorrijas.htm


Bueno y ahora que ya nos hemos "alimentado" por dentro vamos : ¡A por las torrijas!...