Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 3 de marzo de 2010

Acto artístico-literario "Letras en común" 8 de marzo


El lunes próximo, el 8 de marzo, con motivo del día de la mujer trabajadora voy a participar junto a otros tres amigos escritores en un acto literario.

Se celebrará en Villaverde Alto, en la Biblioteca Pública María Moliner, a las 19 horas.

El acto lo hemos titulado “Letras en común” y en él participaré junto a Azucena Pintor, poeta y artista de quién ya os he hablado en otra entrada de este blog (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2009/07/exposicion-fotografica-de-azucena.html), que ese mismo día en el hall de la biblioteca va a inaugurar una exposición de esculturas cerámicas bajo el nombre de “El Mito Tejido”, que estará allí expuesta hasta el 31 de marzo.

Y junto a Azucena Pintor, leeremos Helena Aikin, Javier Díaz y yo. Helena hará una exposición que unirá el arte con lo literario. Javier nos leerá algunos de sus poemas. Y yo, ya sabéis, os leeré alguno de mis relatos.

Nos gustaría mucho que pudierais compartir con nosotros este encuentro. Intentaremos no alargarnos demasiado y promete ser, al menos, distinto.


Ya sabéis:


8 de marzo. De 19 horas a 20.15 h

Biblioteca Pública María Moliner. Villaverde. Madrid. C/ Villalonso, 16. Renfe: Puente Alcocer. Autobuses 22, 76, 86, 130, 131

"Letras en común"

Azucena Pintor, Helena Aikin, Javier Diaz Gil y Rocío Díaz

martes, 2 de marzo de 2010

III Encuentro Literario en Guadalajara

Decían en aquella película, en "El secreto de tus ojos", que "Uno puede cambiar de vida, de amigos, de casa... pero de pasión no, de pasión uno no cambia". O algo parecido. Luego volví a escuchar una frase similar en "Buscando a Eric". Y es cierto.

Mi pasión es la literatura. A estas alturas de la vida yo sé que el placer que siento al escribir un relato, al leerlo en voz alta, al intentar transmitir, al intentar llegar al interior de los demás a través de las palabras, al escuchar a los demás leer sus textos, al conversar de literatura, al compartir las letras, ese extraño placer, es mi pasión. Y eso no se puede explicar, solo sentir.

A mi no me gusta el futbol, no entiendo nada de nada, sin embargo, creo que es algo parecido a lo que sienten los aficionados cuando están viendo un partido. O lo que siente alguien que pinta, o que cose...

El sábado pasado volví a sentir que la creación literaria me arropaba, porque el sábado pasado, el 27 febrero, la tertulia Rascaman volvió a trasladarse por un día a Guadalajara. Y entre todos hicimos sesión continua de nuestra pasión.

Esta es la tercera vez que nos reuníamos con el taller de poesía de la Biblioteca Pública Municipal. Un lugar por cierto, precioso. Es un privilegio que nuestros compañeros de Guadalajara puedan disponer de la Sala Multiusos de ese edificio tan elegante y silencioso que invita nada más entrar a la concentración y al estudio. Siempre es muy agradable volver a verlo, con ese patio interior techado, con sus columnas de piedra, y todo él decorado en su interior de madera y plantas.

Como las dos últimas veces que hemos ido, los compañeros de Guadalajara nos han recibido con mucha hospitalidad, con alegría y nos hemos sentido muy bien tratados. Esta vez había, además de los integrantes del taller de poesía de la Biblioteca Pública, compañeros del Club de lectura que habían querido acompañarnos. Así que al final éramos bastantes conversando en torno a esa enorme mesa que tienen.

En esta ocasión dedicamos la primera mitad del tiempo a conocer la obra y charlar con el poeta y narrador Jesús Jiménez Reinaldo y la segunda mitad la dedicamos acompartir poemas y relatos de los miembros de las dos tertulias buscando como excusa el humor. Pero dice Javier Díaz que él no tiene "ná más que poemas tristes..." Lo dice en broma, claro. Pero una broma no exenta de cierta cantidad de verdad, porque la mayoría de mis compañeros poetas se quejaban de que por más que rebuscaban entre sus repertorios, de humor, de humor, lo que se dice de humor no es que tuvieran mucho...

Así que también se leyeron poemas de otros autores como Lope de Vega o Enrique Gracia.


De Jesús Jiménez Reinaldo yo ya os había hablado en otra de las entradas de este blog (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2009/10/un-poema-de-jesus-jimenez-reinaldo.html )
así que no voy ahora a volver a deciros quién es. En esa entrada tenéis uno de sus poemas (este sí que en clave de humor) y podeis releerlo.

En esta ocasión Jesús Jiménez Reinaldo nos presentó su nuevo libro “Los útiles del Alquimista”, que saldrá publicado en abril en Tafalla. Va a ser un libro muy ambicioso, con unos 3.000 versos, algo que ahora no es usual, pues los libros de poesía suelen ser mucho más pequeños. Entre esos versos podría escoger muchísimos, pero solo os voy a copiar algunos de ellos para que os hagáis una idea de la fuerza de sus imágenes:

“Nefasto como una araña de pelos en la nuca”

“Mis pupilas se han ennoviado de las nubes”

“¿Por qué no ser como un día bisiesto?
De vez en cuando tener un día más…”

“El privilegio de envejecer”

Jiménez Reinaldo nos hizo una lectura muy rica en emociones de algunos de sus poemas, combinando algunos más tristes con otros más alegres. Nos leyó un poema que inmediatamente nos arrastró muchos años atrás ya con el título: “Sebastian se lamenta ante Charles en Brideshead” ¿Recordáis la serie televisiva? Una de las compañeras de la tertulia de Guadalajara incluso lloró con el emotivo poema-diario “20 días de julio”. Y nos hizo sonreír a todos con el poemario infantil “Agua con sal”.

Después hicimos coloquio en el que surgieron muchos temas importantes sobre el escribir, sobre los poemas medidos o no medidos, sobre el tono narrativo o no de sus poemas… Y entre esas cosas nos dijo que “El escritor no debe escribir lo que quieren leer los demás, sino lo que uno quiere escribir. Escribir es una apuesta de libertad”. La verdad es que da gusto escuchar a Jiménez Reinaldo, no sé si es por su faceta de profesor de instituto, o porque sabe muy bien explicar cuánto sabe, o sencillamente por eso, porque sabe muy bien de qué habla, es muy buen comunicador.



Y finalizamos con la lectura de poemas y relatos propios o ajenos. Leyó el poeta y antiguo coordinador del taller de poesía Jesus Aparicio (http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/), leyó Pepe, el nuevo coordinador del taller, un romance escrito para sus hijos en la noche de Reyes, leyó David Lerma, compañero nuestro y de quién ya os he hablado, leyó otro romance otro compañero de Guadalajara, leyó Celia Cañadas, también compañera nuestra, un poema premiado de su padre Aureliano Cañadas de quién también ya os hablé en este blog (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/01/aureliano-canadas-poeta-y-companero-de.htmlmpanero-de.html), y un poema suyo, leyó Javier Díaz (http://javierdiazgil.blogspot.com/) un poema suyo y dos de Enrique Gracia, leí después yo un relato de humor, leyó Carmen Frontera, también de nuestra tertulia (http://carmen-frontera.blogspot.com/ , leyo Feli, poeta y compañera nuestra de Rascamán, un soneto de Lope de Vega... La verdad es que estuvo muy ameno y muy entretenido.






Era la tercera vez que íbamos hasta Guadalajara para compartir textos, poesía y palabras, y como siempre se nos pasaron las tres horas volando. Disfrutamos mucho juntos. Y después fuimos a comer a un restaurante cercano donde seguimos conversando y estirando la sobremesa todo lo que pudimos.


Como siempre fue muy enriquecedor. Fue un verdadero placer, que habrá que repetir.

lunes, 1 de marzo de 2010

¡Albricias!


Hoy que empieza un nuevo mes, voy a empezar también otra sección en el blog que llevo tiempo queriendo hacer. Una dedicada a las palabras.

No sé si os pasará a vosotros, pero a mí hay algunas palabras que me gustan sobre todas las demás. Quizás porque son muy sonoras, porque parecen tener un olor, porque al decirlas hasta podría saborearlas, o porque inmediatamente traen a la memoria un tropel de recuerdos que se ponen la zancadillalos unos a los otros…

Por mil razones yo tengo un lugar en ninguna parte donde guardo unas palabras.



Hoy quería empezar por Albricias.
“Esta palabra se emplea para referirse al regalo que se da al que trae una buena noticia, pero actualmente albricias se emplea principalmente como interjección para expresar júbilo, como hace Carlos Fuentes en este trecho de su novela Cristóbal Nonato (1987):

O sea, sobrinitos, que se acerca el Día Doce de Octubre y la celebración del Quinto Centenario de nuestro descubrimiento, o como dijesen los indios de Guanahaní al ver que se aproximaban las carabelas, ¡Albricias, albricias que hemos sido descubiertos!
La palabra proviene del árabe bisara, que significaba 'buena noticia' y también 'recompensa que se daba a quien la traía'.

La palabra se generalizó en la Península Ibérica a partir del siglo XII, bajo formas muy variadas, tales como alvices, albriças y alvíxeras, entre otras. En portugués se impuso la forma alvíssaras.”

Ricardo Soca


Sábado, 17 de enero del 2009



Me gusta mucho esta palabra “¡Albricias!”, se me llena la boca, sin querer me sonrío, y me contagio de una tibia alegría. Albricias me devuelve a la infancia, me recuerda a los tebeos de mis hermanos, el Jabato, el Corsario de Hierro, el Capitán Trueno. Aunque quizás ni lo dijeran esos personajes, pero da igual, porque cuando pienso en esa palabra veo un montón grande de tebeos y una pared empapelada de dibujos granates. Veo a Lord Bemburry con su peluca y el pie apoyado en una silla, dolorido por la gota. Y de nuevo los veranos vuelven a ser interminables y llenos de lecturas... ¿No es para decir "Albricias"?

jueves, 25 de febrero de 2010

De murciégalos, toballas y almóndigas...



Si yo os contara que "anoche, recogiendo una toballa tendida, sin querer metí en casa un murciégalo que empezó a sobrevolar las almóndigas que me iba a cenar...", por muy mal que sonara a vuestros “tiernos” oídos mi disertación, yo estaría hablando perfectamente…

Otra cosa sería que el murciégalo de mi toballa no sobrevolara mis almóndigas, sino mis “cocretas” … ah no, entonces estaría cometiendo una falta garrafal para la Real Academia de la Lengua.


Pero visto lo visto, tiempo al tiempo.


Porque podéis consultar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua y encontraréis que se puede decir almóndiga, murciégalo y toballa...


Almóndiga.
1. f. albóndiga.


albóndiga.
(Del ár. hisp. albúnduqa, este del ár. clás. bunduqah, y este del gr. [κάρυον] ποντικόν '[nuez] póntica' ).
1. f. Cada una de las bolas que se hacen de carne o pescado picado menudamente y trabado con ralladuras de pan, huevos batidos y especias, y que se comen guisadas o fritas.





Murciégalo.
(Del lat. mus, muris, ratón, y caecŭlus, dim. de caecus, ciego).
1. m. murciélago.

Murciélago.
(De murciégalo).
1. m. Quiróptero insectívoro que tiene fuertes caninos y los molares con puntas cónicas. Tiene formado el dedo índice de las extremidades torácicas por solo una o a lo más dos falanges y sin uña. Es nocturno y pasa el día colgado cabeza abajo, por medio de las garras de las extremidades posteriores, en los desvanes o en otros lugares escondidos.





Toballa.
1. f. toalla (‖ pieza de felpa).


Toalla.
(Del ant. tobaja, y este del germ. *thwahljô).
1. f. Pieza de felpa, algodón u otro material, por lo general rectangular, para secarse el cuerpo.
2. f. ant. Cubierta que se tendía en las camas sobre las almohadas.
~ sanitaria.
1. f. El Salv. y Ven. compresa higiénica.
arrojar, o tirar, la ~.
1. locs. verbs. Dep. Dicho del cuidador de un púgil: Lanzarla a la vista del árbitro del combate para, dada la inferioridad de su pupilo, dar por terminada la pelea.
2. locs. verbs. coloq. Darse por vencido, desistir de un empeño.


miércoles, 24 de febrero de 2010

¿Apóstrofe o Apóstrofo?




Y ahora una pregunta muy simple:

¿Vosotros cómo llamáis a la coma aérea que utilizamos a veces para subrayar la omisión de algún sonido? Por ejemplo: pa’que se nos salga el mal agüero…

¿Apóstrofe? ¿Habéis dicho “Apóstrofe”?

Porque toda la vida yo inmediatamente hubiera contestado: “Apóstrofe” y lo hubiera hecho sintiendo que estoy en posesión de la verdad absoluta.


Pues no.

Me temo que si me habéis contestado “Apóstrofe” que es lo que yo hubiera hecho, nos habríamos caído con todo el equipo. Y parece ser que es un error muy común el hacerlo.

A dicha coma aérea se le llama: APÓSTROFO, acabado en o. Porque Apóstrofe es otra cosa, una figura literaria.

Esta distinción me la regaló ayer uno de mis hermanos y la verdad es que me quedé muy sorprendida.

Pero mejor vamos como hacemos otras veces a escuchar la voz de “los supertacañones” o lo que es lo mismo la voz de la Real Academia de la Lengua.


Apóstrofo. Signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (’), que apenas se usa en el español actual. 1. Como usos propios de la lengua española, se distinguen principalmente dos:



a) Para indicar, en ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, la elisión de la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue empieza por vocal: d’aquel (por de aquel), l’aspereza (por la aspereza), qu’es (por que es).



b) Para reflejar, en la escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles de la lengua oral. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea reproducir el habla de personajes de escasa cultura: «Sacúdete el vestidito, m’ija, pa’que se nos salga el mal agüero» (Hayen Calle [Méx. 1993]).




2. Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: L’Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.



3. Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben al influjo del inglés:



a) Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: ’82 por 1982. Si se desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la expresión de acontecimientos relevantes celebrados en ciertos años, no debe utilizarse el apóstrofo: Barcelona ’92 (Juegos Olímpicos). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guión a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.



b) Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural de las siglas es invariable en español: las ONG (→ sigla, 3).



4. No debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: las 20’30 h. En este caso, se recomienda el empleo del punto, aunque también se admiten los dos puntos.



5. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal: 3’1416. En este caso ha de emplearse preferentemente la coma, aunque también se admite el uso del punto.



6. No debe confundirse con apóstrofe (‘invocación vehemente’ e ‘insulto’; → apóstrofe).



Apóstrofe.


Invocación vehemente a una segunda persona’: «¡Aléjate del yo, Simón, y créeme! ¡El yo quema! (Juan Anido dejó de hablar después de este apóstrofe)» (MFoix Quincena [Esp. 1988]);



e ‘insulto o dicterio’: «Ante el alud de apóstrofes y de ultrajes, retrocedió, temeroso, el público» (Mujica Escarabajo [Arg. 1982]). Aunque en el español clásico se usaba a menudo con el género femenino etimológico, hoy se emplea exclusivamente en masculino.




No debe confundirse con apóstrofo (‘signo ortográfico’; → apóstrofo).

martes, 23 de febrero de 2010

"Romper una canción" Benjamín Prado




http://www.youtube.com/watch?v=1xfJ9FgWTzk

Este es el enlace a la canción "Menos dos alas" de Youtube, cantada por Joaquín Sabina en el programa "Hoy por hoy" del 19 de mayo de 2009.


"- Oye, ¿Y si escribiésemos una canción sobre Ángel? -dijo de pronto Joaquín, echándose hacia delante como suele hacer cuando algo le interesa de verdad, igual que si de ese modo le ganara medio metro a la duda-. Realmente, creo que lo deberíamos de hacer.
- Pero ¿Qué dices? Eso es imposible.
- ¿Por qué imposible?
- Porque juramos que no íbamos a tirar de oficio ni en un solo verso.
- ¿Y quién nos obliga a hacerlo para hablar de Ángel?
...
Ese día ocurrió en el Café Savoy, cuando en menos tiempo del que yo había necesitado para decir que aquello era imposible, ya habíamos escrito la primera estrofa de la canción; teníamos su título, que era y es "Menos dos alas"; habíamos decidido hacerla usando un metro raro, a base de versos de doce sílabas que, de entrada, ya le daban un ritmo especial al texto; Joaquín ya sabía cuál iba a ser la música, una rumba que contradijese la melancolía de la letra para multiplicarla; y, entre una cosa y otra, la habíamos orientado de tal manera que esa misma noche iba a estar acabada. Así, de un tirón...
...
y cuando bajábamos la escalera teníamos decididos los dos primeros versos, "González era un ángel menos dos alas/ González era un santo por lo civil" dudábamos para el cuarto entre "era el hombre tranquilo más zascandil" y "tan rojo, tal Oviedo, tan zascandil" y llevábamos media hora peleándonos por el tercero, que yo quería a toda costa que fuese "un francotirador que tiró sus balas".

- No comprar
- ¿Cómo que no? ¡Es perfecto! y es Ángel. Es una manera de decir lo mismo que dice su título "Sin esperanza, sin convencimiento".
- Sí, sí pero no comprar. No le conviene a mi carrera.
- Un francotirador que tiró sus balas... ¡es una imágen fantástica!
- Ya, pero lo que yo quiero es que consigamos explicar lo elegante que era, aunque fuese vestido con chaquetas que tenían treinta años. Ya sabes, aquello que dijo Pepe Caballero Bonald cuando lo vió salir a un escenario en Granada: ¡Qué verticalidad!
..."

Pág. 70 a 74 aprox. de Romper una canción de Benjamín Prado.



El último libro que me he leído. Quiénes hablan son Joaquín Sabina y Benjamín Prado. Ya los conocéis, y por supuesto hablan de Ángel González, el poeta, de quién también ya os he hablado varias veces en este blog.

Cómo veis en el libro hay un poco de todo, pero a mí me parece muy curioso como cuentan el proceso de creación de las canciones, casi poemas. Discutiendo con pasión sobre este verso o aquel otro. Eso, me gusta mucho.

No quiero alargarme, pero os prometo que en otra entrada os hablaré mucho más de este libro.

"SOS: Vuelven los cuentos en azul y rosa" Artículo de Maite Rius



He leído un artículo muy jugoso que se titula “SOS: Vuelven los cuentos en azul y rosa” que salió en el periódico La Vanguardia el día 13 de febrero y viene firmado por Maite Rius.

Cómo podéis imaginar trata de la diferencia de género y de los estereotipos en los cuentos para los más pequeños. Es interesante, pero creo que es demasiado largo para copiároslo aquí entero. Por eso he pensado que simplemente os voy a dejar con algunos párrafos que me resultan más interesantes.


Las ilustraciones también hablan (Adela Turín que no solo ha escrito renovando los estereotipos de sexo transmitidos en la literatura infantil, en su colección “A Favor de las Niñas” , sino que también ha observado con ojo crítico las ilustraciones de otros cuentos):

El padre: Si en sus primeros estudios Turín denunciaba que el delantal siempre lo llevaba la madre, que el padre siempre estaba ausente o sentado en el sofá, sus análisis más recientes apuntan que se ha renovado la figura del padre haciéndole figurar como un ser amoroso con su bebé, pero rara vez aparece empujando el carrito por la calle o cambiando el pañal. Ahora el padre también se dibuja en la cocina, pero sin delantal, porque su ocupación doméstica es excepcional.


La madre: No se ha actualizado la figura de la madre como pareja solidaria; se le atribuyen las explicaciones beatíficas y fantásticas, mientras que con el padre se habla de política, de trabajo y de asuntos internacionales.


La abuela: Se ignora que las abuelas con nietos de cinco años son mujeres de cincuenta años y no viejas a las puertas de la muerte.


Los pediatras: Siempre son hombres, en completa contradicción con las estadísticas.


Las gafas: Simbolizan inteligencia y siguen siendo un atributo masculino que rara vez lleva la madre. Cuando aparecen en las niñas es como símbolo de incompatibilidad entre belleza e inteligencia.


El periódico: Siempre está en manos de los hombres, y las niñas y las mujeres, si leen algo, son revistas.


La ventana: Se considera símbolo de pasividad, de aislamiento, de alejamiento de la realidad o de refugio en un mundo imaginario, y tras ella siempre aparece una niña o una princesa.”


"Todos asociamos manzana con Blancanieves, zapato de cristal con Cenicienta y alfombra con Aladino; todo lo que se transmite vía cuentos resulta difícil de olvidar, y eso los hace peligrosos", dice Virginia García-Lago, profesora de Psicología de la Educación y del Desarrollo en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.


"El cuento es uno de los recursos didácticos más potentes de los que disponemos; con ellos socializamos, inculcamos ideas, transmitimos modelos..." Cristina Ramos, maestra de educación infantil, psicóloga y asesora de formación del profesorado en el CEP de Granada. Pero tampoco cree que los cuentos nuevos sean la panacea:


"El peligro es que sean tan políticamente correctos que no cuenten nada". García-Lago coincide en que "el problema de los cuentos centrados en los valores es que no enganchan, no tienen fuerza ni magia, son trocitos de la vida cotidiana y los niños nunca te piden que se los vuelvas a contar".


"A veces basta dramatizar las escenas sexistas cambiando los elementos masculinos por femeninos para que los niños lo vean ridículo y se rían; otras veces la solución es cambiar el final y que la princesa diga al príncipe que no se casa con él porque ni siquiera le conoce y, además, prefiere ir a estudiar al extranjero".


“El mito del príncipe azul se mantiene en los cuentos, en los juegos (el Kent de la Barbie), en las películas (el capitán de Pocahontas), en las novelas y revistas para adolescentes, e incluso en las destinadas a adultos, pues a las famosas que inician una relación se les sigue preguntando si aquel es, al fin, su príncipe azul.”


"A veces basta dramatizar las escenas sexistas cambiando los elementos masculinos por femeninos para que los niños lo vean ridículo y se rían; otras veces la solución es cambiar el final y que la princesa diga al príncipe que no se casa con él porque ni siquiera le conoce y, además, prefiere ir a estudiar al extranjero" Cristina Ramos.



"No se trata de dejar de lado los cuentos tradicionales o los sexistas, sino de formar lectores y lectoras críticos que disfruten con la lectura y sean capaces de interpretarlas en sus coordenadas socio-históricas, entendiendo que el momento actual responde a otros parámetros en los que no debe establecerse ninguna discriminación entre niños y niñas" María Rosal Nadales, profesora de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Córdoba.