Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

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jueves, 21 de abril de 2011

San Antonio de los Alemanes







En estos días de Semana Santa podéis aprovechar para ver una de las iglesias más preciosas que hay en Madrid. A mí me la habían recomendado y la verdad es que el otro domingo cuando la visité quedé impresionada... tanto que repetiré cualquier día para verla más despacio. Merece la pena desde luego la visita a esta Iglesia barroca. Y eso que viendo su fachada, quién lo diría...

Está situada en el barrio de Malasaña, en la confluencia de la corredera baja de San Pablo y la calle Puebla,  justo enfrente del teatro Lara, casi pasa inadvertida a pesar de estar a doscientos metros de la plaza del Callao. 

Tiene una decoración exuberante desde el suelo hasta la cúpula, toda entera está pintada, digno de ver.

Corredera Baja de San Pablo, 16.
Para visitarla, lo más recomendable es ir antes o mejor, después de las misas.
Horario de misas: Laborables: 12:00, 19:00. Festivos: 11:30, 12:30


 Os cuento un poquito su historia por si os interesa:

Dedicada a San Antonio de Padua, fue fundada en 1606 por Felipe III, quien con la mediación del Consejo de Portugal, quiso ofrecer esta iglesia y hospital a los portugueses que vivían en Madrid, por lo que pronto se la conoció con el nombre de San Antonio de los Portugueses.

Al independizarse Portugal de la monarquía española a partir de 1640, el edificio quedó vacío, y en 1689, la regente Mariana de Austria decidió cederla al séquito de alemanes católicos que vinieron a Madrid acompañando a Mariana de Neoburbo, quien debía contraer matrimonio con Carlos II el Hechizado. A partir de ese momento va a ser conocida como San Antonio de los Alemanes.

En 1702, Felipe V concedió la administración del recinto a la Hermandad del Refugio, que por esos años se encontraba sin edificio tras arruinarse su iglesia del postigo de San Martín.

El edificio actual, que hoy en día sigue regentado por la Hermandad del Refugio, fue construido a partir de 1624 según un proyecto del jesuita Pedro Sánchez, aunque fue el arquitecto Francisco Seseña quien dirigió las obras, ayudado por Juan Gómez de Mora, a quien se le atribuye la fachada. Construida sobre una planta oval, San Antonio de los Alemanes es una de las iglesias más bellas de la ciudad, sobre todo su interior, todo ello pintado al fresco por Lucas Jordán, Francisco Carreño, y Francisco Ricci. También es de destacar el soberbio retablo mayor, realizado a mediados del siglo XVIII por el arquitecto Miguel Fernández, con esculturas de Francisco Gutiérrez.

En 1972 fue declarado Monumento Nacional.

En este blog que he encontrado y del que os dejo el vínculo tenéis más información y más fotos:

viernes, 10 de septiembre de 2010

Una feria del libro en Portugal, en Tavira...




Coincidiendo con mi visita de este verano a Tavira, en el Algarve Portugués, era la XV Feria del Libro o mejor dicho la XV Feira do Livro, ya lo veis en el cartel.

Fue toda una suerte la coincidencia, porque así pudimos pasearnos un rato por ella.

Me llamó mucho la atención porque había muchas diferencias con nuestra feria del Libro. Mucha menos gente, todo más tranquilo, se podía ver despacio, sin empujones, ni calor, porque aunque era pleno verano, o supongo que precisamente por eso, su horario era por la tarde ya casi anocheciendo.

Aquí os dejo unas fotos para que podais estar allí mismo vosotros también, aunque solo sea durante unos minutos...






martes, 7 de septiembre de 2010

Una librería especial en Tavira: A Lura dos Livros



Llevo unos días de atraso en el blog. La vida va más deprisa que yo y comienza a echarme encima días y días y no encuentro el tiempo lo suficientemente tranquilo para dedicarlo a todo lo que me gustaría.

Voy a intentar ponerle remedio. Y para empezar a hacerlo os quería dejar con las fotos de un descubrimiento que hice este verano. Bueno no le hice sola, sino que me llevaron y la verdad es que me gustó mucho. Se trata de una libreria muy acogedora que había en Portugal, más concretamente en la ciudad de Tavira. Se llama A Lura dos Livros, y ya veis por las imágenes que uno curiosando allí dentro tampoco sentía que se pasaba el tiempo. Era como una casa, con suelos de esos antiguos decorados tan bonitos, con vidrieras, un pequeño patio interior y arcos de madera separando las estancias.

Si alguna vez vais por allí y os gustan los libros como a mí, no dejeis de acercaros. Había libros en varios idiomas, mesas, sillones, radios antiguas, y dejaros embelesar por ese ambiente literario y acogedor que transpira...









jueves, 26 de agosto de 2010

Cacela Velha, un bonito pueblecito del Algarve con calles de escritores

 

"En este pueblo hay mucha gente muerta..." dijo Pablo mientras empezábamos a caminar por aquellas calles empedradas. "¿Más que viva?". No sé si esta frase que siguió a la anterior la dijo él sin interrogaciones, o la pensé yo con ellas, nada más escucharle. En cualquier caso vino detrás en la conversación. Y no era ninguna tontería de frase aclaratoria. Aunque yo no lo supiera. Porque efectivamente sería después cuando descubrí que en Cacela Velha había mucha gente muerta, más que viva... Pero mejor os lo cuento por partes.

Pablo tiene cinco años. Es moreno, espigado y vive envuelto en una pompa transparente y frágil de fantasia continua. Por eso cuando me dijo aquello de que "En este pueblo hay mucha gente muerta"... Yo, muy en  mi papel de adulta, me permití dudarlo...

Y mientras lo hacía, mientras dudaba de las palabras de mi pequeño acompañante, iba descubriendo un pueblecito precioso y tranquilo, blanco y de color azul a un mismo tiempo. Cuatro calles adoquinadas, una fortaleza, una iglesia y un puñadito de casas blancas en un promontorio frente al mar. Eso es Cacela Velha. Nada más y sobre todo eso. Me encantó.



A medio camino entre Tavira y Monte Gordo, muy cerca de Manta Rota. Dos restaurantes que recuerde. Y todas las calles dedicadas a escritores del lugar. Claro, ese detalle fue el que definitivamente me robó la voluntad a favor de este lugar. Y sus veletas, sus bonitas veletas...

Me volví loca haciendo fotografías, de las vistas, de sus casas, de las placas en las calles... Además tenía muchos carteles de eventos culturales...






Y al final y para mi sorpresa descubrí a toda "la gente muerta", porque en lo alto también tiene Cacela Velha un cementerio con muchos más nichos que casas tiene el pueblo. Muchísimos más...

Esta vez Pablo no había matado tres víboras paseando con sus amigos por Madrid, como hizo en la última aventura que nos había contado, pero me hizo bajar de mi "incrédulo podium de adulta"  para presentarle mis humildes disculpas y darle toda la razón, porque la tenía. Cacela Velha además de ser un pueblecito bien bonito "tenía mucha gente muerta...".

Si alguna vez estas cerca de Cacela Velha hazme caso y no dejes de entrar... Merece la pena.









miércoles, 18 de agosto de 2010

"Manuela" de Francisco Peregil


Te lo diré desde mi cama
Pues dame un beso antes de irte.
Se lo dió en la frente.
Ahí no, so lista.
Y se lo dió en aquellos labios tan lívidos.
Se cambio de cama en un instante.
Los pasos cada vez se oían más cerca.
¿Y no me vas a preguntar quién me gusta?
No, ya no, Manuela.
¿Por qué no?
Porque ahora, después de besarme sólo te puedo gustar yo.
Muy bien, muy bien, chiquinino.
Dímelo, anda.
Pero no se lo digas a nadie, ¿vale?
Dímelo que va a venir gente, dilo ya, Manuela.
Tú, tú, tú, tú, tú.
Pág 183.

Este verano uno de los libros que me he leído ha sido "Manuela" de Francisco Peregil. No había oído nunca hablar de él. Llegó a mis manos porque alguien pensó que quizás me gustaría. Y me gustó. Me gustó mucho. Tanto que no quería que se acabara nunca para que me siguieran contando la historia, pero al mismo tiempo sí quería terminarlo para ver qué pasaba con algunos de sus entrañables personajes...


"Alfredo fue a casa de su amigo Matías para contárselo convencido de que tendría que aguantar al menos una hora de bromas antes de hablar en serio. Pero Matías se quedó un rato en silencio, salió de la sala, volvió con un libro de Gesualdo Boufalino y leyó: "Un viejo es bello como un árbol viejo. Tiene raices, memoria, sentimiento sublime de la muerte próxima. Y, además, es más joven que un joven, sobre todo si de joven ha sabido ser viejo".
Quédate con esto, amigo: un viejo es bello como un árbol viejo, coño. Por tanto, una vieja, también.
Después le recordó que Picasso decía que cuando se es joven se es joven para toda la vida.
Eso es literatura. Matías, no me jodas. Cuando ves a una chavalilla que se recoge el pelo con los brazos subidos, la cabeza estirada, el pecho hacia fuera... ¿Hay algo más bonito?
Eso sí que es literatura barata, la que te enseñaron desde chico, la que te meten por los ojos en la tele y en el cine. Pero nadie nos ha enseñado nunca a ver toda la belleza que hay en una mujer de ochenta años. Eso sí: a ellas sí que les han enseñado lo interesantes y atractivos que son ciertos viejos. El título de El viejo y el mar, por ejemplo... ¡Qué bonito, qué épico! ¿Verdad? Pero La vieja y el mar ya no es lo mismo ¿verdad? Sonaría a cachondeo ¿No? y todo es así. ..."
Pág. 97 de Manuela 

El argumento es el de dos ancianos españoles que se conocen por casualidad en Dublín, también es la historia de un jóven que se enamora de una octogenaria, también la historia de esa octogenaria enferma de Alzheimer que antes de dejar de saber quién es quiere volver a ver a un novio de quién no ha sabido nada en cincuenta años, y también es la historia de tres de los niños de Morelia, aquellos chiquillos a los que sus padres republicanos sacaron de España rumbo a Morelia en época de la guerra civil, para que escapasen de aquel horror y que regregaron después de muchos años o ya no regresaron.

El tema es también muy variado. La guerra, los rencores, la enfermedad, la amistad, el amor, el reencuentro y sobre todo la vida. La vida vista desde unos niños y la vida vista de unas personas mayores. Pero la vida.

"Es verdad que con el tiempo, con el tiempo, hombre, todo se va y se olvida el cariño, se olvidan las voces y las palabras de la gente que te quiere y que te dice bajito no vuelvas tarde, por favor, no cojas frío. Es verdad, pero a veces no. A veces, después de más de cincuenta años, uno recuerda que un día alguien te acarició mientras cantaba, que dijo te traeré perlillas de lluvia de un país donde no existe la lluvia y aquella frase aún puede darte cobijo en los largos inviernos de la vejez, uno puede acurrucarse en ella y alimentar una humilde esperanza".

El libro está divido en tres partes y cada parte en diferentes capítulos. Esos capítulos tienen una longitud muy diferente, algunos no ocupan más de media página y otros tres o cinco, tampoco demasiadas páginas. Es muy curioso. Y también es muy curioso el nombre de esos capítulos. Por ejemplo: "Con lo humano que es eso, coño", "Sólo la felicitaba el Corte Inglés" o "Abrazame cuando me veas", títulos inolvidables.

Es una historia llena de personajes. Personajes entrañables, muy bien descritos, personajes que quieres que se queden a vivir dentro de tí. Está contado con un lenguaje muy sencillo y salpicado de mucho diálogo.

Es una historia dulce, nostálgica, sentimental. Un libro para regalar a alguien que quiera pasar varias horas con el corazón a ras de piel. 

Sí, me ha gustado mucho.

"... Y a Alfredo le gustaban sus manos. Sintió que nunca lo habían acariciado con tanta delicadeza, con tanta morosidad, con esa despreocupación tan absoluta por el tiempo. Cogieron los bailes por costumbre. Después se sentaban al fresco. Él echaba la hamaca hacia atrás, mirando las estrellas, y ella le acariaba la cabeza, la cara, el cuello, los hombros, el pecho.
Se puede ver lo buena y lo sabia que es una persona por su forma de acariciar, dice Alfredo. Siempre sentí mucha comprensión en las manos de Manuela.
Yo sería capaz de dar mi ordenador con todo lo que tengo dentro, le contesta Rosario, con tal de que alguien dijera algo parecido de mí."
Pág 96



Francisco Peregil nace en Nerva en el año 1967, cursa periodismo en Madrid, y con sólo 22 años comienza a ejercer como reportero en el diario "El Mundo". Su destacada labor, hace que al poco tiempo, se fije en él el diario de información general de mayor tirada de España, "El País" donde ha desarrollado su labor profesional en distintas secciones: local, nacional, domingo, y desde hace un tiempo en la sección internacional de mencionado diario.



Destaca también su labor como novelista, por la que le fué concedida una mención especial del jurado del Premio Nadal por su novela "Era tan bella". Otras obras dignas de mención, fueron la biografía de Camarón de la Isla (el fué el último periodista que lo entrevistó) y "Reportero en Bagdad" donde relata sus propias experiencias como enviado especial a la Guerra de Irak, en el año 2003, obra por la que recibió el premio Ortega y Gasset de periodismo. Su último libro es Manuela, que ha tardado seis años en escribir y se publicó en el año 2005.

lunes, 9 de agosto de 2010

La casa de Juan Ramón Jiménez en Moguer... "M.P.S." Meditado para Siempre


Si alguna vez vas a Moguer no dejes de visitar la Casa-Museo de Juan Ramón Jiménez...


Es la casa donde pasó la juventud. Nos dijo la guía (una chica morena que explicaba muy bien, de forma muy amena y completa) que Juan Ramón Jiménez prefirió expresamente esa casa para Museo que la que nació, que está en el barrio de los pescadores, porque en ella pasó menos tiempo, creo que hasta los cinco años, porque parece ser que se mudaron a ésta nueva porque la zona en la que está les gustaba más a los padres para que creciera su hijo. Entonces la que más recordaba Juan Ramón era ésta casa y por eso dice que sea en ella donde se instalen todos los enseres que el matrimonio Jiménez-Camprubí legó, para formar la Casa-Museo. Más tarde cuando murió, en el año 1958, se decide instalar allí también su completa biblioteca.


A medida que te van enseñando la casa, un lugar fresco y muy agradable,  con algunos de los suelos de entonces, preciosos, se va haciendo un repaso por la vida del autor y de su esposa.  Primero puedes ver un audiovisual sobre su vida, en una sala donde hay muchas fotos que van reflejando los distintos rostros del poema a lo largo de su vida. También en esa sala está el telegrama donde se le dijo que le daban el Premio Nobel de Literatura en el año 1956. Nos contó la guía que ya Zenobia está muy enferma y entonces se lo quisieron decir antes de que muriera, pero probablemente no se enteró. Juan Ramón Jiménez que era una persona toda la vida muy depresiva, además con la pena por su mujer, no fue a recogerlo y donó íntegramente el premio.


"...Poco antes del fin Juan Ramón recibió el Nobel de Literatura: para Zenobia era la confirmación oficial de que su existencia no había sido un desperdicio. Ricardo Gullón cuenta que, cuando le dijeron lo del premio, Zenobia ya no podía hablar; susurró una canción de cuna y murió a los dos días (el 28 de octubre de 1956). Juan Ramón enloqueció literalmente de pena, tuvo que ser internado y no volvió a escribir más. Falleció un año y medio más tarde. Después de su muerte se encontró una libreta que decía "A Zenobia de mi alma, este último recuerdo de su Juan Ramón, que la adoró como la mujer más completa del mundo y no pudo hacerla feliz". Del libro "Historias de mujeres" de Rosa Montero.
El telegrama y una foto de la entrega del Nobel

Después lo primero que te enseñan es la biblioteca personal de Juan Ramón Jiménez. Allí había libros de los dos de todo tipo, no solo de literatura, sino también de filosofía, de música, de antropología, hasta de cocina... y muchos en francés e inglés, por JR Jiménez consideraba que había que leerlos en su lengua. Más de tres mil quinientos libros, con ex-libris, anotaciones, dedicatorias... También hay revistas, periódicos...  Juan Ramón Jiménez acumulaba y acumulaba papel, en los que iba poniendo anotaciones, y entonces  después nunca se quería desprender de ninguno de ellos. Pues muchos de ellos están en la vitrinas y otros nos dijo la guía que los estaban estudiando...


Y después te llevan al que fuera su despacho, donde están también guardadas todas las cajas en las que JR Jiménez iba clasificando todo lo que escribía, era muy, muy organizado, demasiado. Nos contaba la guía que él escribía todo según se decía, sin diferenciar la g de la j, y por ejemplo en la palabra perenne, ponía una n en vez de dos...


Luego era Zenobia la encargada de pasarle todo a máquina e ir cambiando y escribiendo correctamente todas las palabras.




"Juan Ramón pasaba todo el día en casa, trabajando y sobre todo corrigiendo lo que había escrito, revisando su obra una y otra vez de forma enfermiza. Muy pocas veces, en sus papeles aparecía una enigmática anotación: "M.P.S.". Significaba que el poema, el folio, el perfil, lo que fuera estaba Meditado Para Siempre y que se comprometía a no tocarlo más, como la rosa.

La perfección no sólo afectaba a lo escrito, sino también al diseño de los libros, a la calidad de la impresión, al tipo de letra y, por supuesto, a las erratas: "Voy a morir un día de una errata -escribió- que, por cierto, es un verso endecasilabo". Encontrar alguna le molestaba de tal manera que llegó a plantearse instalar una pequeña prensa Minerva en los bajos de su casa para, con un empleado de absoluta confianza, imprimir a su gusto lo que escribía.

"Esta obsesión por conseguir la perfección le llevó a pretender destruir toda su primera obra, deseo que participaba a todas las personas que conocía, a quienes solicitaba la entrega de los libros suyos que tuvieran en sus bibliotecas. No había mejor regalo para él que alguno de sus libros de juventud, que acariciaba con mimo exquisito, diríase que con amor paterno, antes de arrojarlo directamente al fuego." De "39 escritores y medio" de Jesús Marchamalo y Damián Flores.

Todo esto que os he copiado de un libro nos lo decía también la guía. Después fuimos pasando por las distintas habitaciones: su despacho, su dormitorio, el comedor, el cuarto dedicado a Zenobia...


En la salita tenían enmarcado este precinto. Cuando ya estaban Juan Ramón Jiménez y Zenobia en el exilio, entraron unos ladrones en su casa de Madrid y les robaron bastantes cosas porque dijeron al entrar a la señora que la cuidaba que eran amigos del matrimonio. Cuando salieron y les vió todo lo que se llevaban, la señora que había al cargo de la casa avisó a las autoridades y pusieron este precinto para que no volviera a ocurrir.


Esta foto es de la habitación dedicada a Zenobia. "Zenobia Camprubí nació en la Costa Brava. Era hija de una puertorriqueña rica y de un ingeniero de Caminos catalán: una niña, en fín, de muy buena familia... Era culta, activa, desenvuelta, moderna. Creía en Dios de una manera muy libre y participaba de ese espíritu de servicio a los demás tan típico de la época... Recibía unas pequeñas rentas de la herencia materna que ella complementaba con diversos trabajos. En el exilio fue profesora de Lengua y Literatura, primero en una universidad cercana a Washington, luego en la de Puerto Rico. Antes de la guerra había tenido una tienda de artesanías en Madrid y amueblaba con primor apartamentos de alquiler para extranjeros. De las rentas y los empleos de Zenobia vivió fundamentalmente el matrimonio durante los cuarenta años que estuvieron juntos: los ingresos de Juan Ramón eran escasos e intermitentes". De "Historia de Mujeres" de Rosa Montero.


"Juan Ramón Jimenez era un hipocondríaco y en sus peores momentos creía estar agonizando: no comía, no se lavaba, no hacía planes para el día siguiente porque pensaba que ya habría fallecido. Estaba lleno de manías: acumular cantidades ingentes de periódicos y recortes que luego era incapaz de tirar, por ejemplo, o cerrar las ventanas herméticamente porque no soportaba las corrientes de aire..." De "Historias de mujeres" de Rosa Montero.

 "Juan Ramón odiaba, sobre todas las cosas, el ruido. Era incapaz de trabajar, de concentrarse, de leer si en su vida interfería el más mínimo sonido. De hecho, todas sus mudanzas estaban motivadas por idéntico motivo: de la calle de Conde de Aranda se marchó porque unas cubanas tocaban la pianola en un piso cercano: de Lista, porque un vecino le hacía la vida imposible arrastrando muebles por el piso: de Velazquez 96, porque el sonido chirriante de los tranvías que circulaban por la calle le perturbaba... En la casa que ocupó en la calle Padilla no sólo se quejaba de los vecinos y de las molestias que le ocasionaba un cercano taller de carpintería, sino incluso del alboroto de las bandadas de gorriones que se juntaban al caer la tarde en los jardines del sanatorio del Rosario, frente al que vivía y donde de vez en cuando ingresaba..." De "39 escritores y medio" de Jesús Marchamalo y Damián Flores.

Todo lo que uno va leyendo acerca de este matrimonio le señala a él como un maniático obsesivo e imposible para la convivencia y a ella como la persona de la que depende absolutamente, puesto que se hacía cargo de él y de la economía familiar de los dos. En la visita también la guía nos decía ésto, aunque según ella "los dos eran especiales", porque en aquella época no había muchas mujeres como Zenobia, si no no hubieran podido estar juntos tantos años...

Bueno no quiero extenderme más, porque me gusta este tema y no le veo el fin. Espero que con las fotos os hayais hecho una idea de lo agradable que es esa casa, y lo bien que la tienen preparada para las visitas. La guía conoce muy bien de lo que habla y es muy cercana haciéndolo. Cuando nos despedíamos, un matrimonio le dijo que solo "Hasta pronto, porque volveremos más veces, seguro". Yo también espero volver algún día. Ya sabéis: si alguna vez vais a Moguer no dejéis de entrar...




lunes, 26 de julio de 2010

Juergen Teller "Calves & Things" en PHotoEspaña 2010 a la de seis...

 Victoria Beckam, Campaña de Marc jacobs LA 2007

No sabía muy bien que fotos iba a encontrar en esta exposición. Pero siempre me gusta ir a la Sala de Exposiciones Alcalá 31. Normalmente sus exposiciones llaman mi atención. Y esta vez desde luego que la llamaron...

Se trataba de la obra de un fotógrafo alemán, un fotógrafo de moda Juergen Teller (Erlangen, Alemania 1964). La exposición titulada Calves & Things forma parte de PHotoEspaña 2010 y es la primera vez que se puede ver  una exhibición individual en España de sus obras. Son unas130 obras,  en su mayoría fotografías, pero también en la sala de arriba hay un amplia selección de libros y revistas, así como un video del artista viendo un partido de futbol, no recuerdo exactamente cual, aunque en el video solo lo escuchamos mientras vemos únicamente lo que él expresa mientras lo mira.

No sé si habéis oído hablar de este fotógrafo, pero es famoso por sus fotografías en revistas de moda, donde en todos los medios dicen que ha cambiado la forma de hacer este tipo de fotos, ha innovado y ha hecho retratos mucho más íntimos y realistas. Son muy conocidas sus fotografías en marcas importantes como Marc Jacobs o Yves Saint Laurent, así como sus retratos de Charlotte Rampling, Naomi Campbell, Victoria Beckan... por ejemplo. 

Está especializado en retratos, tanto de personajes conocidos como de los miembros de su propia familia, e incluso de sí mismo, porque suele dejar la cámara a los demás para que le fotografíen.

A mí la verdad es que no me dejó para nada indiferente. Pero mejor que contároslo os dejo algunas de las fotos para que lo veais vosotros mismos...





Y ésta última que se titula "Quiero a mi mujer"...


Parece que sí ¿verdad? que ha ido evolucionando hacia retratos más íntimos y realistas...


Sala de Exposiciones Alcalá 31
C/ Alcalá, 31 28014 Madrid
Del 10 de junio al 22 de agosto de 2010,
Horario:
- De martes a sábado de 11.00 h. a 20.30 h.
- Domingos y festivos de 11.00 h. a 14.00 h.
- Lunes cerrado.