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sábado, 15 de febrero de 2014

De Larra a Zorrilla un 15 de febrero



Tal día como hoy, 15 de febrero pero del año 1834, tuvo lugar el entierro del poeta Larra. 

Dos días antes, un 13 de febrero de 1837 ya de noche, Dolores Armijo, una mujer casada con quién tuvo amoríos, acompañada de su cuñada, le visita en su casa del tercer piso de la calle Santa Clara nº 3, para devolverle unas cartas y de paso comunicarle que no quería reanudar la relación sentimental que tenían, que volvía con su marido. Nada más salir de la casa, el poeta se suicidó de un pistoletazo en la sien derecha. Tenía veintisiete años. 

Aquella tarde, subido en una lápida del cementerio de Fuencarral, se haría famoso un nuevo poeta de Valladolid José Zorrilla, al declamar este poema:

A la memoria desgraciada del joven literato D. Mariano José de Larra

1    Ese vago clamor que rasga el viento


es la voz funeral de una campana:


Vano remedo del postrer lamento


de un cadáver sombrío y macilento


que en sucio polvo dormirá mañana.  5

2    Acabó su misión sobre la tierra,


y dejó su existencia carcomida,


como una virgen al placer perdida


cuelga el profano velo en el altar.


Miró en el tiempo el porvenir vacío,  10

vacío ya de ensueños y de gloria,


y se entregó a ese sueño sin memoria


que nos lleva a otro mundo a despertar.


3     Era una flor que marchitó el estío,


era una fuente que agotó el verano;  15

ya no se siente su murmullo vano,


ya está quemado el tallo de la flor.


Todavía su aroma se percibe,


y ese verde color de la llanura,


ese manto de hierba y de frescura,  20

hijos son del arroyo creador.


4        Que el poeta en su misión


   sobre la tierra que habita,


   es una planta maldita


   con frutos de bendición.  25

5     Duerme en paz en la tumba solitaria,


donde no llegue a tu cegado oído


más que la triste y funeral plegaria


que otro poeta cantará por ti.


Esta será una ofrenda de cariño,  30

más grata, sí, que la oración de un hombre,


pura como la lágrima de un niño,


memoria del poeta que perdí.


6        Si existe un remoto cielo,


   de los poetas mansión,  35

   y sólo le queda al suelo


   ese retrato de hielo, fetidez y corrupción;


7        ¡Digno presente por cierto


   se deja a la amarga vida!


   ¡Abandonar un desierto  40

   y darle a la despedida


   la fea prenda de un muerto!


8       Poeta, si en el no ser


   hay un recuerdo de ayer,


   una vida como aquí  45

   detrás de ese firmamento...


   conságrame un pensamiento


   como el que tengo de ti.




Así lo contaría el mismo Zorrilla:

Recuerdos del tiempo viejo:
 
El silencio era absoluto: el público, el más a propósito y el mejor preparado; la escena solemne y la ocasión sin par. Tenía yo entonces una voz juvenil, fresca y argentinamente timbrada, y una manera nunca oída de recitar, y rompí a leer... pero según iba leyendo aquellos mis tan mal hilvanados versos, iba leyendo en los semblantes de los que absortos me rodeaban, el asombro que mi aparición y mi voz les causaba. Imagineme que Dios me deparaba aquel extraño escenario, aquel auditorio tan unísono con mi palabra, y aquella ocasión tan propicia y excepcional, para que antes del año realizase yo mis dos irrealizables delirios: creí ya imposible que mi padre y mi amada no oyesen la voz de la fama, cuyas alas veía yo levantarse desde aquel cementerio, y vi el porvenir luminoso y el cielo abierto... y se me embargó la voz y se arrasaron mis ojos en lágrimas... y Roca de Togores, junto a quien me hallaba, concluyó de leer mis versos.

(Obras, II, p. 1.745)                
 

jueves, 4 de febrero de 2010

Larra. Fígaro de vuelta. 1809-2009



Hace una semana estuve en la Biblioteca Nacional de España visitando la exposición "Larra. Fígaro de vuelta 1809-2009". Esta exposición está organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) junto con la Biblioteca Nacional de España (BNE), y se puede visitar hasta el 14 de febrero.

Como puede deducirse de su título, se ha creado con motivo del segundo centenario de su nacimiento, y tiene como finalidad analizar la vida de Larra, así como el contexto histórico, cultural y literario en el que desarrolló su actividad como poeta, novelista, autor teatral y periodista.

La exposición ocupa varias salas de la planta baja de la Biblioteca y reúne ciento cincuenta piezas que abarcan documentos autógrafos, libros, artículos, muebles, grabados, cuadros y grabaciones musicales.

La verdad es que a mí me pareció muy interesante. Tiene cinco apartados. El primero recoge el marco histórico por el que transcurre su vida. El segundo profundiza en la biografía del periodista en relación con sus amigos escritores. Una época en la que Larra fue fundamentalmente periodista, pero no dejó de cultivar géneros como la poesía sátira, el ensayo polémico, la novela histórica y el teatro. El tercer apartado se centra en sus distintas firmas. El cuarto apartado son retratos y grabados de artistas de la época. El quinto se dedica a recorrer la fama "postuma" de Larra.

Me llamaron la atención las ropas que aún se conservan de él. Era un hombre muy bajito. Incluso está en una vitrina la camisa ensangrentada de su último día. Ya sabemos que Larra se mató de un pistoletazo el 13 de febrero de 1837. Siempre se ha dicho que fue porque Dolores Armijo, su amante, no quiso saber más de él. En la exposición se subraya que ya en los meses anteriores a su muerte Larra publicó artículos muy reflexivos en los que se lamentaba de forma muy pesimista de la España de ese momento. Era un poeta infeliz. Se ilusionó con volver a estar con Dolores Armijo, con la que se relacionaba desde 1831, y su negativa a seguir viéndose fue de alguna forma la gota que colmó el vaso y se suicidó.

Por otra parte me gustó mucho el tercer apartado. Recordar sus varios seudónimos. Se recoge muy bien esta inclinación que tuvo a emplear varios nombres, además del propio, para firmar sus textos. Para las piezas teatrales utilizaba el anagrama "Ramón Arriala" y para los artículos periodísticos diversos seudónimos, aunque en unas ocasiones firmaba con la inicial de su apellido "L" y en otras, sin firma. El seudónimo que utilizó en la primera revista, hecha por él mismo, fue "El Duende Satírico del Día". En la segunda revista unipersonal que tuvo Larra firmaba con "El Pobrecito Hablador". El Pobrecito Hablador se comunica con otro seudónimo de Larra "Andres Niporesas", que firma también cartas a partir del núm. 10 de esa publicación. Al mismo tiempo que firmaba como "El Pobrecito Hablador", empieza a firmar en otra Revista como contratado con el seudónimo que le hará más famoso "Fígaro".

Pero sobre todo, lo que más me gustó de la exposición, fue el largo y entretenido documental “Larra”, que cuenta con testimonios de especialistas como Vicente Molina Foix, Luis Alberto de Cuenca, Francisco Nieva o Raúl del Pozo, entre otros. Me gustaba mucho como (también colaboraban uno de sus descendientes y una catedrática, que siento mucho en este momento no recordar sus nombres) tejían cada uno a su manera pero entre todos un tapiz de palabras sobre momentos de la vida de Larra relacionándolos con el momento político e histórico que vivió. Muy interesante. Para apoyar sus palabras el documental muestra muchísimas imágenes del Madrid de los Austrias, lugares que frecuentaba Larra de esta ciudad y que por lo que se deduce amaba y detestaba casi por igual.

Todos los que hablaban de él en el documental (alguno que otro subrayaba su pequeña estatura y el esmero que ponía en vestirse) incidían en que Larra fue el primer periodista moderno de este país. Lo triste es que se rindió demasiado pronto a la desesperanza. Cuando murió solo tenía 28 años.

Os aconsejo, si os interesa este tema, que no os perdais este documental. Es largo, pero muy instructivo e interesante.



Lugar y fecha
Biblioteca Nacional de España. Madrid
17.12.09 - 14.02.10