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domingo, 3 de noviembre de 2013

Puente de Todos los Santos: Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Justo


 En este puente de Todos los Santos, como muchos de vosotros, he estado en algún que otro cementerio visitando a los míos.

Pero en lo que se refiere al blog, en uno de ellos, en la Sacramental de San Justo, he tomado algunas fotografías del Panteón de Hombres Ilustres al que todavía no le habíamos dedicado propiamente una entrada. Qué mejor época que éstos primeros días de noviembre para hacérsela.



La Asociación de Escritores y Artistas, fundada durante el reinado de Alfonso XIII, creó por iniciativa de D. Gaspar Nuñez de Arce, el Panteón de Hombres Ilustres en el año 1902. Está en el Patio de Santa Gertrudis, en la tercera sección.

En este Panteón hay diez sepulturas ocupadas por escritores y actores.
En la primera está Blanca de los Ríos (Sevilla 1862- Madrid1956) Novelista academicista. En la segunda está Carlos Latorre, actor. En la tercera Manuel Bretón de los Herreros (Quel 1796 - Madrid 1873): poeta muy fecundo, escritor de teatro y director de la Biblioteca Nacional en 1847 así como secretario de la Academia Española. En la tercera también está el escritor Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, menos conocidos.



En la cuarta está Mariano José de Larra (Madrid 1809- 1813). De sobra conocido también por su seudónimo Fígaro y por su producción literaria. Ya sabemos también que se suicidó a raíz de que Dolores Armijo diera por terminada su relación. Primero se le enterró en el cementerio de Fuencarral y en 1902 se trasladan aquí sus restos.

También aquí está el escritor Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). Personalidad muy interesante en el Madrid de antes a la guerra civil. Ingenioso y brillante en sus conferencias, presidente de la tertulia literaria de el Café del Pombo. Inventor de la gregeria: fusión del humorismo y la metáfora, según él mismo.



En la quinta lápida está José Espronceda (Almendralejo de los Barros 1808- Madrid 1842).Poeta también de sobra conocido murió a causa de una cabalgada fatal. Tenía relaciones con una señorita llamada Doña Bernarda de Beruete a la que un día de mayo fue a ver a Aranjuez donde residía en verano. Pero tuvo que volver a Madrid para tomar parte de una votación del Congreso pues también era diputado esparterista. Dicen que la cabalgada bajo el sol le puso enfermo y murió poco después. Le enterraron en el cementerio de San Nicolás donde dicen que durante años no faltó una corona de Bernarda que no se casó jamás... En el año 1902 le trasladaron a este Panteón.
 

En la sexta lápida está Eduardo Rosales (Madrid 1836-1873). Un pintor con muchísimo talento que también murió jóven.

En la séptima está Gaspar Nuñez de Arce. Escritor y político, fue Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas. También está aquí Manuel de Palacio, poeta y Juan Eugenio Hartzenbusch, escritor romántico muy prolífico conocido entre otros por su drama Los amantes de Teruel. También fue director de la Biblioteca Nacional.

En la octava lápida está Antonio Vico (Jerez de la Frontera 1840-Madrid 1902) actor que tuvo grandes exitos en la compañía del Teatro Español de Madrid. Murió en Cuba pero se le trasladó aquí en 1907. También aquí está Rafael Calvo (Sevida 1942-Cádiz 1888). También actor, en Madrid hay una calle que lleva su nombre porque vivió en ella.


En la novela lápida está Joaquín Arjona, también actor y profesor del Conservatorio de Madrid.

En la décima: Fernando Ossorio, autor y sobre todo actor también que murió jóven. Además está Antonio Guzmán, actor cómico, y Jerónima Llorente, actriz muy conocida del siglo XIX. Se les trasladó a este Panteón en 1934.
 

 Tambien cerca, tenemos las tumbas de más escritores famosos. Como las de los Hermanos Alvarez Quintero, creadores del teatro costumbrista andaluz y académicos de la Real Academia Española: creadores de comedias, sainetes y obras diversas con diálogos agudos.


 


Muy cerca también tenemos la tumba del poeta Ramón de Campoamor.
 

En otro Patio, en el de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el tercero exactamente, en un nicho con una lápida bastante sencilla de marmol está el poeta Manuel Altolaguirre. Poeta intimista y director de revistas tan conocidas como Litoral (1927-29) y Caballo Verde para la poetisa (1936). Emigró tras la guerra civil a México.

No sé ve ya muy bien pero dice el epitafio:

MANUEL ALTOLAGUIRRE BOLIN
POETA
MCMV-MCMLIX
QUE MI ALMA NO PRECISA SEPULTURA
NI EL TIEMPO QUIERE LIMITACIONES
HORAS Y MUROS PARA MI ACABARON

miércoles, 8 de mayo de 2013

Placas de escritores en Madrid: Miguel Hernández y Lorca


Hoy toca una entrada sobre el rastro de los importantes escritores por Madrid y su recuerdo. O lo que es lo mismo sus placas en la pared. Que yo creo que ya hace tiempo que no tocamos este tema.

Me gusta mucho cuando voy andando por Madrid y tropiezo con algunos de éstos recordatorios y no lo conocía. Cómo es el caso de las placas que os traigo hoy. Treinta años viviendo aquí y todavía puedo ir de viajera, lo que me entusiasma.

Habré pasado mil veces por delante de la fachada de este primer edificio de esta entrada. Porque queda cerca del autobús que lleva a mi barrio, en calle Conde de Peñalver, y nunca me había fijado en esa placa que dice que Miguel Hernandez estuvo aquí e incluso también en este lugar compuso Las Nanas de la Cebolla. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?

El edificio es bonito e imponente, señorial y muy antiguo. Claro me ha entrado la curiosidad sobre la historia de por qué recaló aquí el pobre Miguel Hernández y qué bien, porque buscando en internet lo he encontrado y os lo puedo copiar a continuación:

El poeta de Orihuela sería trasladado desde la cárcel de Toreno, cerca de la Universidad de San Bernardo, hasta el barrio de Salamanca, concretamente a la cárcel de Torrijos, liberal fusilado en el siglo XIX por los absolutistas. La prisión es hoy un caserón de ladrillo y fachada neomudéjar, situado en la calle del Conde de Peñalver, que alberga un asilo de 112 ancianos regido por Hermanas de la Caridad. Fue edificado según un proyecto del arquitecto Zabala entre 1910 y 1914, como sede de la fundación Fausta Elorz, madrileña inmensamente rica con familia en Navarra y aficiones filantrópicas.

"Al comienzo de la Guerra Civil, el edificio fue incautado y al finalizar la contienda, tras ser destinado a cárcel de hombres hasta mediados los años cuarenta, se hizo cargo de él Auxilio Social [organización franquista de beneficencia] durante una década, para volver a su función primigenia a partir de entonces", explica Luis Sánchez, que colabora con la gerencia del establecimiento. "Todos los documentos de aquella etapa se los llevaron cuando Auxilio Social abandonó el edificio", explica.

La monja hoy más veterana llegó a la fundación hace 50 años, por lo cual no conoció la etapa entre 1939 y 1941 en la que un Miguel Hernández condenado a muerte y angustiado por la suerte de su esposa Josefina Manresa y su segundo hijo escribiera en la cuarta galería un conmovedor poema contra el hambre y la pena.

Una placa de la Sociedad General de Autores sobre el muro neomudéjar en marzo de 1985 así lo asegura. Pero la placa no dice que las Nanas de la cebolla fueron escritas por un hombre moribundo de enfermedad y de pena, que pasó los penúltimos días de su vida allí encarcelado.


 






Y a un paseíto del lugar anterior encontrarmos trastros de otro gran poeta. En este caso de Lorca. De esta placa me habló una amiga, así que ya iba avisada de que me la iba a encontrar, aunque no sé por qué tampoco me había fijado en ella con lo céntrica que está.

En el número 96 de la calle Alcalá, ya en pleno Goya, vivió durante una temporada Federico García Lorca cuando estuvo en Madrid. Parece ser (por lo que he leído por aquí y por allí) que vivió concretamente en la planta séptima de este edificio con vistas a la calle Narvaez, casi estrenó el edificio. No eligió nada mal.

Es un edificio bien chulo en la confluencia entre las calles Alcalá, Narváez y Felipe II, construido tres años antes. Él también vivió allí tres años entre 1933 y 1936. Allí compuso Llanto por Ignacio Sánchez Mejía, el amigo torero muerto en el ruedo. También escribió La Casa de Bernarda Alba, que concluyó en los primeros meses de 1936. Y ya había obtenido éxito en el Teatro Español con su obra Yerma. 

De éste mismo edificio se iría Lorca a Granada y ya nunca volvió.

Ahora el edificio está pintado de verde y sigue siendo un edificio precioso con su chaflán. En él está otra sucursal de La casa del libro. Ya hablamos en otra entrada de la coincidiencia que existe con algunos lugares donde han residido escritores y tiendas de libros. ¿Casualidad? Sí seguramente, pero no deja de ser curioso.


Para terminar os dejo el link con el que podéis acceder a las otras entradas de Placas de escritores en Madrid que hay en este blog, por si os apetece seguir recorriendo esta ciudad de su mano:




martes, 23 de abril de 2013

La Casa de Cervantes en Madrid donde murió


Hoy, día 23 de Abril se celebra en todo el mundo, el día internacional del libro.

El Origen del día del libro se remonta a 1930. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes y Shakespeare. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.

He pensado que en vez de hablar de ningún libro en concreto, de los que aquí estamos hablando día sí, día también, nosotros vamos a hablar de Cervantes a quién también se recuerda mucho hoy leyendo el Quijote en diversos foros, entre ellos el Círculo de Bellas Artes.

En nuestro caso la protagonista de hoy, 23 de abril de 2013, va a ser su casa.

Ya sabéis que en este blog tenemos una etiqueta dedicada a las Casas de los Escritores, y ya llevamos unas cuántas casas en nómina, que podéis consultar en:

Hoy vamos a recordar la casa de Cervantes en Madrid donde murió (porque parece ser que vivió en alguna más de esta ciudad). Pero en este caso nos referimos  a la casa de la calle Cervantes, número 2, en el Barrio de las Letras. Calle donde también está la casa de Lope de Vega, que cómo recordareis no se puede decir que fueran muy amigos. Antiguamente en vez de calle Cervantes se llamaba calle Francos.

Aunque si somos precisos tenemos que decir que no es exactamente esa casa que ahora hay en el núm. 2 de la calle Cervantes la casa donde murió, sino que es otra casa que se levantó en el solar donde estaba. Leemos en la Wikipedia que:

"Murió Cervantes en esta última casa de la calle del León esquina con Francos, en la manzana 228. En el año 1833, el propietario del inmueble, don Luis Franco, quiso derribar la casa que estaba muy ruinosa, para edificar una de nueva planta. El 23 de abril de ese mismo año, en el momento en que se procedía al derribo de la casa en cuestión, Ramón de Mesonero Romanos escribió en el único periódico literario de la época un articulillo en memoria del escritor y sobre el suceso del derribo. Dicho artículo llamó la atención del rey Fernando VII quien propuso que se suspendieran las obras para que el Estado comprase el inmueble. Pero el propietario no cedió de ninguna manera y el derribo se llevó a cabo. Una vez terminada la nueva construcción, cuya entrada ya no estaría por la calle del León sino por la de Francos, se puso en la fachada un relieve con el busto de Cervantes y una inscripción rememorando su estancia y muerte en aquel lugar. Así mismo, se cambió el nombre de la calle de Francos por el de calle de Cervantes, y así prevalece en la actualidad."




miércoles, 18 de julio de 2012

Placas de escritores a lo largo de la Gran Vía



Hace mucho tiempo que no nos fijamos en las placas de los escritores con las que vamos tropezando al pasear por Madrid. 

Tenemos cuatro entradas en este blog de las otras veces que hemos hablado de este tema. Os dejo el vínculo por si queréis repasarlas:

Hoy nos vamos a parar en algunos puntos de la Gran Vía.

A la altura del Círculo de Bellas Artes, en la acera de enfrente, tenemos la Iglesia de San José donde fue ordenado sacerdote D. Félix Lope de Vega. Esta Iglesia se salvó de puro milagro del derrumbamiento cuando contruyeron la Gran Vía. En la casa que estaba justo al lado fue donde Alfonso XII clavó la piqueta en 1910 del comienzo de las obras.

La Virgen que se ve en la fachada es la Virgen del Carmen.







Un poco más adelante de la Gran Vía, camino de la Puerta del Sol, nos encontramos otra placa que nos habla del "Café de Fornos" lugar de tertulias de intelectuales, políticos y toreros. Dicen que por allí pasó hasta la famosa Mata-Hari.

Y aunque aún no existía la Gran Vía, ni lo derrumbaron para crearlas, éste no sobrevivió.

Antonio Velázquez Zazo en su libro El Madrid del Fornos, escribe en 1945: “Ya se había cerrado el café de Fornos. Se cerró cuando la Exposición de la Infancia, en el Retiro; cuando el homenaje a Ricardo de la Vega, en el Teatro de Apolo, con motivo de la Fiesta del sainete; cuando la inauguración del Puente de la Princesa; cuando llegó el tranvía a la Ciudad Lineal…” “Se cerró Fornos cuando se quemó el Teatro de la Zarzuela, (…) y tembló la tierra de Madrid, pués entonces se produjo un terremoto.”

Ahora donde un día estuvo el emblemático Café de Fornos hay un Starbucks, uno de esos cafés que proliferan en las esquinas, donde es bien caro el café y tertulias... tertulias... al nivel de su antecesor me temo que no hay. Pero bueno... es un café.










En la calle del Clavel de Madrid, semiesquina con la calle de la Reina, también muy cerca de la Gran Vía sobre la fachada de un edificio levantado poco antes de la Guerra Civil, el Ayuntamiento madrileño colocó una placa metálica en la cual se informa de que en aquel lugar vivió Víctor Hugo.

Se trataba del palacio Masserano, lugar donde vivó Víctor Hugo siendo niño, palacio que fue requisado por José Bonaparte en beneficio de su general más querido, Léopold Hugo, al que había hecho Conde de Sigüenza. Más tarde albergó la famosa fonda Geneys, de moda en los años 30 del siglo pasado, y posteriormente fue sede de "El Heraldo de Madrid".

Las obras de Víctor Hugo están llenas de recuerdos de esa España que conoció cuando era un niño.

El Palacio Masserano también cayó con la construcción de la Gran Vía.



miércoles, 6 de junio de 2012

La casa de Vicente Aleixandre, una lástima ese abandono...





 "En mayo de 1927, Vicente Aleixandre se trasladaba en compañía de sus padres, Elvira y Cirilo y de su hermana Conchita, a un chalé de dos plantas con jardín, sito en la calle de Wellingtonia, en un antiguo extrarradio de Madrid, al final de la avenida de la Reina Victoria. La nueva casa se hallaba en el parque urbanizado por la Compañía Urbanizadora Metropolitana entre 1920 y 1925 que fundaron los hermanos Otamendi y Juan Carlos Mendoza. Según rezaba la propaganda de la Compañía se propusieron «crear un parque urbanizado con hoteles modestos, rodeados de jardines y huertas, donde la clase media, al terminar sus ocupaciones, gozara del reposo y tranquilidad del hogar». De esta casa hará nuestro joven poeta su residencia definitiva hasta el mismo año de su muerte en 1984..."
 Alejandro Sanz
Presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre
«
La calle de la poesía»
(2010)


 Ya sabéis que en este blog tenemos una sección dedicada a las casas de los escritores:

Ya hemos hablado de las casas de Blas de Otero, de Unamuno, de Miguel Hernández, de Neruda, de Lorca... Pues bien hoy le toca a una que está en Madrid y que es la de las fotos de esta entrada.

Ultimamente he pasado varias veces por delante de esta casa. Es la que habitaba Vicente Aleixandre en el Parque Metropolitano de Madrid, una zona de chalets muy tranquila, muy cerca de la Ciudad Universitaria. 

Está en el núm. 3 de la calle que ahora lleva su nombre "Vicente Aleixandre" pero que de toda la vida se conoció como la calle Velintonia. Una casa ahora cerrada y abandonada. Qué lástima. Con la cantidad de poetas y escritores que la visitaron durante años. 

Os copio un artículo relacionado con ésto de Antonio Colinas. Y os dejo con el vínculo que lleva a la página de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, donde hablan del deterioro de esta casa y de sus infructuosos intentos para que la Administración junto con sus herederos llegue a un acuerdo, la haga resurgir y pueda volver a tener la importancia en la vida cultural de Madrid, que tuvo un día. 




http://www.vicentealeixandre.es/textos.html


Antonio Colinas
«Salvar Velintonia 3»
La Gaceta de Salamanca
(2009)
Siempre entramos en la festividad de San Juan de la Cruz, el día 14, con la poesía cerca. Este día recibimos en Fontiveros al nuevo juglar, el poeta salmantino José Luis Puerto, una de las voces más decantadas y hondas de la poesía española actual, continuadora de la de nombres cimeros, como Claudio Rodríguez o Valente. Una voz, por otra parte, original, muy de Puerto. Pero el día anterior llegábamos de Madrid, de recordar el abandono de la casa del premio Nobel Vicente Aleixandre, uno de los asuntos más lamentables de la cultura española de los últimos años, en el que ha faltado una absoluta voluntad política por parte de todos, pero también intelectual. Los hechos son tercos y conviene recordarlos.

No existe ningún otro lugar en el mundo en el que la casa de un poeta Premio Nobel haya sido sometida a tal grado de incomprensión; hecho quizá unido al desconocimiento en que ha caído su obra. Mal sintoniza, en verdad, la poesía cosmovisionaria de Aleixandre, su riqueza y fulgor, con las poéticas del simplismo, lo plano y lo hueco. Y volvemos a insistir en el extraordinario valor simbólico que posee la casa. Por ella pasaron no menos de cinco generaciones de poetas, desde la del 27 (con Lorca, Cernuda o Neruda), la del 36 (con Miguel Hernández entre los mejor acogidos), la de la inmediata posguerra (Montale, Quasimodo), la de los 50 (Claudio Rodríguez, Brines), y la de los Novísimos. Este sentido de acogida radicaba en el carácter liberal de Aleixandre, en su fidelidad a la amistad y, sobre todo, como ya señaló en su día Cernuda, en el don que este poeta poseía para resolver problemas, aunar voluntades y activar el diálogo.

Valor simbólico de la casa, ideal para hacer en ella un museo del propio Aleixandre o un centro dedicado a la poesía española de posguerra, que él tanto siguió y apoyó. Como ya he dicho, la voluntad política e institucional falta absolutamente y la amenaza viene de que la casa no sólo puede ser vendida, sino que puede ser derribada, pues (sorprendentemente) estando protegido por ley el hermoso cedro del jardín no lo está el edificio. Quizá el protegerlo sería el primer paso que habría que dar. El segundo que, en tiempos de obras y gastos inconmensurables, no constituiría un problema si Gobierno, Comunidad, Ayuntamiento y herederos se pusieran de acuerdo. Pero este acuerdo no se ha dado nunca.

Así que, bajo la batalladora iniciativa de Alejandro Sanz, se abrió la casa abandonada a un grupo de poetas y músicos para recordar al maestro. No fue un acto contra nadie sino una sencilla toma de conciencia, un recordatorio, una muestra de fidelidad y de afecto hacia una persona, humanísima, que coronó su obra con el reconocimiento universal. Paradójicamente, mientras la casa de la calle Velintonia 3 se abandona, la casa de verano del poeta en Miraflores de la Sierra («Vistalegre») se respeta y enriquece con el esmero que ha puesto en ella su nuevo propietario, el escultor Miguel Rius. Y el Ayuntamiento del pueblo tiene en marcha un Centro de recuerdo para el poeta. Dos grandes y loables ejemplos de cómo se deben hacer las cosas: con voluntad y amor. Simplemente lo que en Velintonia con la placa de la calle aún vergonzosamente machacada!) falta.





viernes, 20 de enero de 2012

El paso de los escritores por Madrid: Las casas y las librerías... ¿Casualidad?





Ya sabéis, a estas alturas no os descubro nada, cuánto me gusta al ir caminando por Madrid, tropezar con algúna fachada o algún rincón donde haya huellas de escritores.

Hoy os traigo algunas de esas placas.

La de arriba es la de la casa donde murió José Zorrilla. Está en Alonso Martinez, según bajas por la calle Santa Bárbara, dirección Gran Vía, te cruzas con la calle Santa Teresa y ahí mismo en la casa que ocupa el núm. 1 está la placa. Curiosamente debajo, compartiendo espacio con el Café Bulevar, está una librería a la que yo tenía que ir algunas veces cuando estaba estudiando Psicología, la librería Paradox, especializada en libros de humanidades. Así que cómo no pensar en cuánto sabrán las paredes de esa casa, que han compartido a Zorrilla en tiempos, con esta librería ahora.




Esta foto de encima del párrafo, ya os la traje al blog, cuando el aniversario del nacimiento de Miguel Mihura. La casa donde nació Miguel Mihura, está en la calle Libertad, en pleno barrio de Chueca. Muy cerca del Café Libertad 8, un lugar que me gusta mucho, donde tantas veces hemos ido a escuchar lecturas, a hacerlas nosotros mismos, o a escuchar a cantautores. ¿Habéis leído la placa ? Está bien ¿eh?




Esta placa que pusieron con ocasión del centenario del nacimiento de León Felipe está en una casa, en pleno barrio de las Letras, en la misma calle Huertas donde hemos ido mil veces a tomarnos algo. Qué acierto hacerla peatonal... Está situada en una casa de la acera de la derecha según subes hacia la Plaza de Santa Ana.





Y por último la de Pío Baroja, que descubrí casi por casualidad en pleno centro de Madrid. Muy, muy cerquita de la puerta del Sol. Enfrente de la entrada donde ponen el Cortilandia del Corte Ingles, hay una Casa del Libro que hace esquina. Pues ahí en esa fachada de la callecita de La Misericordia, núm. 2, entre las ventanas de la librería La casa del Libro, está la placa que tenéis encima. Ahí mismo vivió Pío Baroja, a dos pasos del Monasterio de las Descalzas, muy cerca de la galería de exposiciones de Caja Madrid donde siempre hay exposiciones gratuitas que suelen estar bien, al ladito de Cortilanda... Ménudo sitio...

¿Es una casualidad que varias casas donde han nacido o vivido escritores ahora estén ocupadas por librerías?

La verdad es que da qué pensar...

jueves, 15 de diciembre de 2011

Un rincón literario en Madrid en el Barrio de las Letras



En el barrio de las Letras de Madrid hay un rincón que cada esquina guarda memoria de un pasado esplendoroso de literatos o literatura.

Me estoy refiriendo al cruce de calles de la Plaza del Ángel con la calle de San Sebastián y con la calle Huertas.

Cuando vayais caminando tranquilamente por esa zona, deteneros justo allí, en ese cruce, y subir la mirada para fijaros en la parte superior de esas esquinas, cada una de ellas tiene su seña de identidad literaria.

En el comienzo de la calle de San Sebastián, perpendicular al principio de la calle Huertas, hay una placa que nos dice que allí estaba la Fonda de San Sebastián donde "se reunían en tiempos de Carlos III los principales literatos de la época" ( la foto superior de esta entrada).

Sin moveros, os dais la vuelta, y en esa misma calle, justo enfrente está la Iglesia donde está enterrado Lope de Vega.

Y también sin moveros de esa esquina pero al otro lado, ya en lo que sería la Plaza del Ángel, hay otra placa que dice que en esa plazuela vivió y murió Francisco de Rojas Zorrilla.






miércoles, 21 de julio de 2010

Miguel Mihura, hoy hace años que nació...



Hoy hace años que nació Miguel Mihura, unos cuántos años... ya veis por la placa que nació allá por 1905. 

Esta foto la hice uno de esos días que me dedicó a ir por Madrid, redescubriéndo la ciudad, visitando exposiciones, yendo a lecturas... en fín ya sabéis. Esta tomada en la calle Libertad, en el barrio de Chueca. Sí a pocos pasos del Libertad 8 donde hemos ido a tantos conciertos y recitales poéticos.

Ya ves también en esa calle nació Miguel Mihura. Me gustó mucho la placa y no lo pude evitar.. Me la llevé. Y como pensé aquel día, pienso también hoy: 

- Cualquier día de éstos tendría que releer o leer alguna de sus novelas...Me lo tengo que proponer.

¿Cual me recomendais?