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lunes, 26 de diciembre de 2011

"Niños feroces" de Lorenzo Silva


"Mi profesor lo llama El Pánico. Así, con mayúsculas. También lo llama El Frío en la Nuca. Con mayúsculas también. Dice que junto a la papelera (ésto, admite, se lo tomó a Robert Graves, que lo escribió en Adiós a todo eso, otro libro sazonado de términos castrenses, por cierto) es el mejor y más imprescindible amigo del escritor.
-No dejes de sentirlo, Lázaro -me dice, recalcando mi nombre-. No dejó de sentirlo nunca Kafka, así nos consta, ni ninguno de los grandes. El día que no te cale los huesos. El Pánico ni sientas El Frío en la Nuca, el día que no temas que lo que estás escribiendo, puede ser una gilipollez con la que vas a cosechar el más ominoso de los fracasos, ese día funesto en que tu vanidad derrote a tu juicio, estarás acabado como novelista..."

El último libro que he leído ha sido "Niños feroces" de Lorenzo Silva. A él pertenecen estos dos párrafos que encabezan la entrada.

Me ha gustado mucho. Claro que cómo no va a gustarme leer una novela en la que una pasa páginas y páginas admirando una elaborada técnica en la escritura. A mí me parece que Lorenzo Silva es un buen escritor.

Esta novela se podría decir que tiene por tema la creación literaria. La creación literaria y el absurdo de las guerras. Los dos temas están profundamente enlazados gracias a un argumento con el que Lorenzo Silva ha buscado la mejor forma de hacerlo.

El argumento que ha utilizado Silva para abordar estos temas es el de un profesor de un taller de creación literaria que le regala una historia a uno de sus alumnos, porque éste último está convencido de que no puede escribir más allá de las quince o veinte páginas que ocuparían un relato. Claro ya comprendereis que con esta premisa para mí ya era un placer comenzar la lectura de ésta novela.

Así lo cuenta el propio autor: "Es joven en una España en crisis, en la que los de su edad lo tienen complicado y cree que su mente se ha conformado con este mundo disperso y fragmentario dominado por la inmediatez de teewts, posts o Facebook".

La historia que le regala Lázaro al otro Lázaro, los dos se llaman igual, es la de un jóven con ideales comunistas, voluntario de la División Azul en Rusia, y combatiente de las Waffen-SS en la defensa de Berlín.

La historia va entrelazando el pasado con el presente, vivimos la Segunda Guerra Mundial mientras el personaje de la novela que escribe el segundo Lázaro la vive, y en el presente tocamos la guerra de Afganistan, de Libia, el asesinato de Bin Laden y las protestas de Sol por el 15M. En todas estas guerras han sido los jóvenes con ideales los que han luchado, los que han perdido.

Mientras tanto, el Lázaro maestro va enseñando a su discípulo como se va tejiendo una novela. Como uno se tiene que documentar para construir los personajes. Y entonces le va preparando viajes a los escenarios de la guerra, le concierta entrevistas con jóvenes que ahora están en otras guerras, le pasa películas... Vamos menudo lujo...


El propio Lorenzo Silva en una entrevista cuando habla del protagonista de la novela que está escribiendo el Lázaro jóven, dice que su identidad surgió cuando encontró en el ABC la esquela de un español que había terminado en el cuerpo de élite alemán. A ese descubrimiento le siguieron tres años de investigaciones, documentación y escritura. Los acontecimientos y batallas que se relatan en la obra han sucedido en la realidad, según Silva: "Busqué relatos singulares que no están en los libros de Historia. Son historias cotidianas de los pobres desgraciados que van a las guerras".



La verdad es que para alguien como yo, que escribe, es todo un manual de cómo se escribe una novela... Claro ahora hace falta ponerse... ¿Dónde podría encontrar yo a un "Lázaro" cómo el de esta novela que me vaya dirigiendo...?

Es una novela que me ha gustado mucho. No tanto por todos esos párrafos que hablan de guerras, sino sobre todo, como os contaba, por todo lo que enseña sobre creación literaria. Mucho. 
Una vez, vino Lorenzo Silva a nuestro taller de creación literaria a darnos una pequeña conferencia sobre el proceso de novelar. Teníais que haberle visto cómo lo hacía. No leía nada, toda su explicación, concisa pero compleja, la llevaba perfectamente estructurada y ordenada en su cabeza. Le veías contarte todo el proceso de escritura y decías pero ¿Cómo consigue dar esta conferencia sin leer nada? Una maravilla. Así que no me extraña que luego escriba las novelas que escribe. Recuerdo que aquel día decía que él tiene toda la novela entera en su cabeza antes de escribirla. Que en aquel entonces se fue a dar un paseo por el Retiro y cuando volvió ya sabía perfectamente cómo la iba a estructurar, cómo empezaría, como iba a terminar... Bueno, decía cada cosa...  Y además por supuesto fue muy amable, y vino completamente gratis a un Centro Cultural que muy en el centro de Madrid la verdad es que no pillaba... Muy majo, la verdad.

Pero bueno que me voy a tiempos remotos. Y yo solo os quería decir que ésta última novela suya (yo me paso la vida esperando a la próxima de "Bevilacqua y Chamorro") tampoco me ha decepcionado, todo lo contrario. Me parece una clase magistral de creación literaria hecha ficción.


Un vídeo sobre el libro de Lorenzo Silva

http://www.fantasymundo.com/fantasymundotv.php?video=349



viernes, 18 de noviembre de 2011

"Contigo aprendí" de Silvia Grijalba




El último libro que he terminado de leer ha sido “Contigo aprendí” de Silvia Grijalba.

El argumento: Cuando José regresó a España, buscando a la mujer más hermosa de la comarca, nadie tuvo ninguna duda; la elegida sería María Luisa. Y cuando Fernando, su auténtico amor, después de años de promesas sin cumplir se casó con otra, de nuevo nadie tuvo dudas; María Luisa aceptaría a José y se iría con él a vivir a Cuba. Pero su antiguo amor, Fernando, reaparece y entonces…

Ya  veis que el tema es el amor. Es una novela romántica, amores y desamores.

Está ambientada en los años 30 en el norte de España. Pero después cambia el escenario y se desdobla en Cuba y Nueva York.
Hay personajes inventados, los protagonistas, que están bien perfilados y hay otros más universales como Fred Astaire o Dorothy Parker que ayudan a concretar la ambientación y la cronología.
Lo que pasa es que a mí no me ha encantado, la verdad. Reconozco que está bien escrita, la prosa es sencilla, correcta, sin ningún tipo de alarde literario, pero atrapa, es entretenida, al menos a mí me lo parecía mientras iba leyendo la novela. Y eso siempre es importante y hay que valorarlo. Es un logro de la autora, por supuesto, escribir una novela ágil y amena, que te atrapa y quieres continuar leyendo para saber que va a ocurrir con esos protagonistas.
Sin embargo para mi gusto “literario”, si es que eso existe, no es una prosa rica, ni elaborada. Es sencilla y correcta, sin más. Pero no encuentras ningún tipo de imagen o figura literaria que enriquezca la narración. No juega con el lenguaje, como tampoco juega con el tiempo, es una cronología lineal.

No sé, supongo que tiene que ver con que la autora es periodista. Yo creo.

Pero todo depende de lo que uno busque al iniciar una novela. Si quieres una novela romántica y entretenida, pues perfecta esta historia. Si buscas algo más elaborado desde el punto de vista literario, yo creo que hay otras novelas que habría que leer antes de ésta. Por eso me extraña que le hayan dado el premio de novela Fernando Lara 2011, aunque también es verdad que habría que ver qué otras obras se presentaron… Y desde luego es cierto muchas veces que el que una obra esté premiada tampoco es determinante de que te vaya a gustar o te parezca a la altura. Muchas veces vienen avaladas por tanta publicidad que ya uno no sabe si se debe fíar…La verdad es que yo siempre prefiero que alguien me la recomiende, alguien en cuyo gusto literario yo confíe, claro.
Pero bueno esas son otras cuestiones... "Contigo aprendí"es una novela romántica, agradable, bien estructurada, bien escrita, correcta, de prosa sencilla y bastante entretenida. Pero… ni el tema ni la forma de estar escrita a mí me ha llenado del todo... supongo que será cuestión de gustos.


Silvia Grijalba nació en Madrid en 1967. Es novelista, periodista y letrista de canciones. Publicó su primera novela, "Alivio rápido", en 2001, le siguió "Atrapada en el limbo", en 2005. Ha sido redactora de la sección de cultura, columnista y reportera en el diario El Mundo desde la fundación del periódico, en el que todavía sigue colaborando.
También ha publicado los ensayos "Dios Salve a la Movida" y "Palabra de Rock" y una biografía sobre "Depeche Mode". Sus obras se han traducido al italiano y al alemán.
Ha colaborado en revistas como Rolling Stone, Vogue, Marie Claire, el periódico The Guardian, Glamour y Yo Dona y en programas de radio y televisión como Las Noches Blancas, Dragolandia y D Calle.
Dirige el festival de spoken word Palabra y Música y el ciclo anual Poesía del Rock.

Obras
  • Contigo aprendí (2011)  
  • Palabra de Rock (2008) 
  • Dios salve a la Movida (2006)
  • Atrapada en el limbo (2005)  
  • Alivio rápido (2001)

Contigo aprendí
Silvia Grijalba (Editorial Planeta)
Premio Fernando Lara 2011
298 Páginas – 20,50 €




domingo, 30 de octubre de 2011

"El violonchelista de Sarajevo" de Steven Galloway




Yo no sabía que el Adagio de Albinoni no era de Albinoni, sino que es de un musicólogo italiano llamado Giazotto que lo compuso en 1945 a partir de un manuscrito de Albinoni que encontró en la s ruinas de  la Biblioteca de Dresde poco después de la Segunda Guerra mundial.

Y yo toda la vida pensando que el Adagio de Albinoni, era de Albinoni...

Cómo tampoco sabía que existió en el cerco de Sarajevo un violonchelista que durante 22 días (uno por cada muerto estaba homenajeando) salió jugándose la vida a tocar el Adagio de Albinoni al filo del crater donde el día anterior había caído una bomba matando a veintitantas personas, y muchas más fueron heridas, mientras estaban haciendo cola para comprar el pan.

Solo porque he aprendido estas dos cosas ya me ha merecido la pena leer "El violonchelista de Sarajevo".

Y éste también es el comienzo de la novela: cómo el violonchelista vee cae el obús y matar a todas esas personas, cómo inmediatamente resuelve a partir de ese día salir los 22 siguientes a tocar el "Adagio de Albinoni" para ellos. Esto fue verdad y éste hecho es del que parte esta novela tan emotiva. 

Pero el violonchelista no es el único protagonista, hay otros tres: Dragan, que intenta reunir el valor suficiente para cruzar un puente sobre el que tiran los francotiradores... Flecha, una francotiradora, que tiene que cuidar de la vida del violonchelista. Y por último Kenan, un pobre hombre, casado y con hijos que tiene que ir cada tres o cuatro días a una destilería, el único sitio del que se obtiene agua potable en la ciudad,  cargado con un montón de garrafas vacías, salvando trampas mortales, para traer agua para su familia y para una odiosa vecina a la cual no sabe ni por qué la soporta, ni ayuda.

 Estos son los cuatro personajes. Y el lugar es el cerco de Sarajevo, una ciudad sitiada por francotiradores que disparan a cualquier civil que salga a la calle. Una ciudad sitiada por la guerras, la falta de alimentos, agua o electricidad.

Hay que reconocer que el tema no solo es de lo más actual, apenas han pasado veinte años desde la guerra, sino que además está contado de forma sencilla, sin adornos, sin descripciones ni apenas diálogos.  Sigue la técnica del multiperspectivismo. Esta contado de forma directa y reflexiva por los tres personajes, ahondando en sus sentimientos y sus sensaciones, mientras lo están viviendo. Por momentos somos nosotros los que decidimos sí cruzamos o no la calle, si nos arriesgamos a que nos disparen, si corremos a buscar al que ya está herido, con el riesgo de que nos disparen también, o si decidimos quedarnos a ver cómo enseguida vienen y lo retiran ante nuestros ojos... como si no hubiera apenas pasado nada. Es nuestra ciudad, es nuestra vida ¿Por qué hemos llegado a ésto? se preguntan los protagonistas.

Es increíble, la verdad, lo que pasó en Sarajevo. Pero la novela, cruda y terrible, creo que consigue reflejar muy bien lo desolador, lo peligroso y lo triste que debió ser vivir aquello. El autor consigue con esa forma de contarlo, meterte dentro de esos personajes y conmoverte, sentir la agonía que debieron vivir los que tenían que sobrevivir cada día durante esos años sin saber cuánto duraría aquello...

No sé si es que yo ya estaba sensibilizada por el hecho de haber estado unos días antes allí. Supongo que también. Pero sea por eso o no, a mí me ha gustado leer sobre ello. Aunque reconozco que no es una lectura agradable, creo que es necesaria.

     



"Y así, hoy, como todos los días en la memoria reciente, el violonchelista se sienta junto a la ventana de su apartamento, en la segunda planta del edificio, y toca hasta que siente que la esperanza regresa. Raramente toca el Adagio. La mayoría de los días consigue sentir que la música le rejuvenece con la misma facilidad como si estuviese repostando gasolina con el coche. Pero otros no ocurre lo mismo. Si, tras varias horas, ve que la esperanza no regresa, hace una pausa para recomponerse, y luego él y su violonchelo rescatan pacientes el Adagio de Albinoni del arrasado museo de Dresden y lo trasladan a las calles de Sarajevo, horadadas por el mortero e infestadas de francotiradores. Para cuando las últimas notas se desvanecen, su esperanza está ya restablecida, pero cada vez le resulta más arduo recurrir al Adagio, aunque se vea obligado a hacerlo, porque sabe que su efecto es finito. Sólo queda una cantidad concreta de adagios en él, y no comentará la imprudencia de malgastar esta valiosa moneda de cambio."

 

El violonchelista de Sarajevo

Steven Galloway

Título original: The Cellist of Sarajevo
Editorial: El Aleph
Año publicación: 2008



 Estos son mis pies en Sarajevo, ante "La rosa de Sarajevo". Un homenaje a los que murieron sobre el asfalto con manchas rojas. Os copio como lo cuentan ellos: "La rosa de Sarajevo es un recuerdo, una cicatriz en el hormigón de las calles de Sarajevo como recuerdo de allí donde murió un civil por el disparo de un mortero. Los disparos de mortero al estallar contra el suelo crean un inusual patrón floral en la mayoría de las ocasiones, Sarajevo aguantó un asedio durante mucho tiempo y fue acribillada por miles de estos disparos.".


viernes, 14 de octubre de 2011

El inventor de historias de Marta Rivera de la Cruz




Ya he terminado "El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz. Y la verdad es que como siempre que leo un libro de esta autora he estado de lo más entretenida leyéndolo.

Cuenta la historia de Linus Daff que tiene un curioso oficio: inventor de historias. Se gana la vida cambiando el pasado de los que vienen a pedirle ayuda. 

Está ambientada en la época victoriana. Y va cambiando de escenario: Londres, Nueva York, La Habana, hasta un pueblecito gallego.

Es una novela entretenida, amena, positiva. 

Tiene personajes muy curiosos, desde Linus Daff que es el protagonista, que hace de la mentira  un negocio y su profesión. Se le da tan bien inventar historias que enseguida se corre la voz, y se va haciendo un nombre propio en el peculiar negocio. Pero es un personaje con buen fondo, que miente siempre en beneficio de los demás, no para beneficio propio, y se lo toma como algo absolutamente profesional dedicándole muchísimo tiempo y esfuerzos para que no quede ningún cabo suelto y sus clientes pues vivir con su nuevo pasado sin ningún problema. En contraste también tenemos el personaje de Pedro Almeiras, un caballero que no es capaz de mentir nunca, ni siquiera para salvar sus propios asuntos, su amor. No sabe mentir. Y hasta el final del libro no sabremos por qué. Estos personajes son los principales, los de alguna forma antagónicos, aunque buenos amigos. Pero por supuesto hay más, todos igualmente interesantes: Una cubana de la que se enamoran los dos, un indiano que quiere dejar su legado para hacer una escuela, un irlandés inculto que hereda una gran cantidad de dinero con un condición...

Me gustan estos personajes, son nobles, se les coge cariño.

Y la obra está toda salpicada de referentes históricos muy curiosos que ayudan a la historia a situarse en un determinado contexto tanto temporal como espacial. Tenemos desde Jack el Destripador hasta el hundimiento del Titanic. Dice la autora en una entrevista que había leído una noticia en prensa de que se habían encontrado entre los restos del Titanic  la maleta de un hombre cuya documentación del interior iba a nombre de un tal Irwin Howart, supuestamente un caballero con dinero y bastante cultivado  pues había libros, partituras, y otros objetos que así lo demostraban. Pero paradógicamente esa persona no estaba en la lista de los pasajeros del Titanic. Marta Rivera de la Cruz recoge esta noticia y la lleva hasta su novela...

"El inventor de historias" no es una novela nueva de la autora. Pero ha sido reeditada. 
Yo he disfrutado con su lectura. Aunque es una historia sencilla (como todas las de Marta Rivera de la Cruz)  al menos yo, no la pude dejar hasta que la terminé. Es una novela que tiene un ritmo pausado, van ocurriendo situaciones encadenadas que le tienen al protagonista muy entretenido y a tí también. Vamos saltando de historia en historia, como si fuera una sucesión de relatos. Es una lectura agradable, amena.Y además ahora está editada en bolsillo, así que ya veis, todo ventajas.

En estos días la autora acaba de sacar una nueva novela "La vida después" que estoy deseando leer, la verdad. Pero un poco más adelante, mientras voy a ir leyendo otros libros que ya esperan en casa su turno y que ya os iré contando...


El inventor de historias
Marta Rivera de la Cruz
Editorial Booket
1ª edición en bolsillo, junio de 2011
Género: Novela / Aventuras
368 páginas
ISBN: 9788408102830



miércoles, 21 de septiembre de 2011

"El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz




-Señor Daff... Señor Daff, véngase usted conmigo.
-¿Cómo dice?
-Acompáñeme a América en el Titanic. Yo pagaría para usted un pasaje de lujo y compraría otro en tercera clase para mí. Usted se haría cargo de mis pertenencias hasta llegar a Nueva York. Allí volveríamos a encontrarnos, y entonces yo ya sería Irwin Howard.
-¿Y qué pasa conmigo? ¿Tomo otro barco de vuelta a casa? Vamos O`Brien...
- Usted no tendría por qué regresar a Inglaterra. Podría quedarse en Nueva York trabajando para mí -Linus Daff escuchaba boquiabierto las palabras de O`Brien-. Sabe perfectamente que el dinero no es ningún problema. Y también que no me vendría mal contar con su ayuda para hacerme un hueco en la sociedad de Nueva York. Usted ha inventdo una historia condenadamente buena pero... ¿y si tuviera dificultades? Yo no sería capaz de discurrir otras historias ni de defenderme con más mentiras. Todos estos días de trabajo podrían irse al cuerno. 
Linus Daff intenta reponerse de la sorpresa que había provocado en él la proposición inesperada.
-Vén gase conmigo -ahora el tono de O^Brien era casi de súplica- sé que voy a necesitar que me ayude. Dígame lo que quiere cobrar, le pagaría tanto como usted me pidiera... Le gusta mucho Nueva York, me lo dijo una vez... Y yo no le molestaría, palabra, a mí me basta con tenerle cerca por si aparecen problemas. Yo pagaría sus gastos y usted, a hacer su vida.
...
Unas semanas después, en el puerto inglés de Southampton, Linus Daff y Patric O`Brien tomaban un barco gigantesco con destino a Nueva York...

Págs. 107 y 108 de El inventor de historias
Marta Rivera de la Cruz


Siempre que leo un libro de Marta Rivera de la Cruz es como mecerse y dejarse llevar por una historia plácida que voy disfrutando poco a poco... poco a poco.

Ahora estoy con ésta. 

Disfrutando.


miércoles, 31 de agosto de 2011

"Cuando Dios era un conejo" de Sarah Winman



Terminé de leer "Cuando Dios era un conejo" (Qué buen título ¿verdad?) y la verdad es que lo he disfrutado mucho. Lo he leído muy deprisa, pero a partir de medio libro ya estaba anticipando todo el rato la pena que me iba dar que se terminara.

Es de esas novelas que te transportan inmediatamente a otro lugar, a otras vidas, a un mundo en el que se está muy bien.

Una historia tierna y sentimental. Contada de forma sencilla, natural, entrañable.

La novela se divide en dos partes que se diferencian mucho. La primera parte me dijo mi librero favorito (http://www.lalibreriadejavier.com/) que se parecía a "Tomates verdes fritos" y es cierto. Tiene ese aire, ese modo de discurrir entrañable, esos episodios duros suavizados por la forma de contar de una niña de siete u ocho años. Esa primera parte transcurre desde el nacimiento de Elly en 1968 hasta que tiene unos trece años. Después hay un salto en el tiempo porque en la segunda aparte Elly ya tiene veintisiete años, vive entre Londres y Nueva York, y dura hasta la actualidad.

La narradora es ella, Elly, está contado siempre en primera persona. Pero a su alrededor hay un montón de personajes entrañables y a veces disparatados. Unos padres que quieren mucho a sus hijos pero un poco despistados con lo que hacen o dejan de hacer. Un hermano Joe, fundamental en su vida. Una amiga, una única amiga llamada Jenny Penny que tiene una madre loca por los funerales y que va teniendo novio tras novio. Una tía Nancy, actriz, siempre presente. Y un conejo, un conejo llamado Dios. Estos son los fundamentales, pero hay muchos más personajes. Todos ellos especiales por alguna u otra razón y que van salpicando la historia de diversas anécdotas más alegres o más tristes.


La historia se desarrolla entre Cornualles y Nueva York.


El tema de la novela es el amor. El amor entre hermanos, el amor entre amigos, el amor de pareja, el desamor, los sentimientos entre las personas. Pero de pasada toca otros temas como la homosexualidad, el abuso sexual, la violencia, el secuestro... Pero todo contado de forma muy sutil, tanto que a veces casi ni te das cuenta de lo que te acaban de contar, y tienes que releerlo para darte bien cuenta.

 Pasan muchas cosas en esta novela, es muy entretenida. Y son sucesos de todo tipo, tiernos, entrañables, locos, desgarradores, duros... Un contínuo de sucesos, tal y como es la vida.

A mí me ha gustado mucho, muy recomendable. No es una historia complicada, ni sesuda, es una historia entretenida, sencilla, tierna en la que no es díficil entrar. Que ya es bastante.

La autora de Cuando Dios era un conejo es la escritora británica Sarah Winman, quien estudió arte dramático y ha actuado en teatro, cine y televisión. “Cuando Dios era un conejo” es su primera novela, aclamada por la crítica y el público y traducida a numerosos idiomas. En la actualidad vive en Londres.

miércoles, 24 de agosto de 2011

"La tienda de palabras" de Jesús Marchamalo



- El otro día cuando se fue, dejó aplazada una serie de palabras que tal vez le interese ver, ¿recuerda?
- ¿Cuales, disculpe?
- Palabras singulares. Aquellas que no tienen masculino o femenino.
- Ah, sí.
- Mírelas.
- Es verdad.
- Hay más: soprano, manifero... Y mire, sin masculino.
DENTISTA
" También aquí tiene un montón donde elegir: GUIA, SOLISTA, SINVERGUENZA, ARTISTA, PATRIOTA... Ninguna se puede formular en masculino, sino por medio del artículo. Y luego hay unas muy divertidas que cambian de significado dependiendo de quién y cómo las use...
- ¿Ah sí?
- A ver dónde las tenía -buscó entre las carpetas que había cogido de la estantería. Mire, aquí hay algunas: ¡FUEGO! No es lo mismo si quién lo dice es un bombero o un militar; VICTORIA nunca significará lo mismo para los vencedeores que para los cencidos. De hecho la palabra VICTORIA lleva siempre aparejada la DERROTA; ¿QUE TIENE USTED? Depende de si el que lo pregunta es un médico, o el empleado del banco que va a concedernos un crédito.
- Arenas movedizas.
- Exacto.
...
Págs. 198 y 199.
La tienda de palabras
Jesús Marchamalo

Ya os he hablado en alguna que otra entrada de este libro copiandoos algún fragmento. Me refiero a "La tienda de palabras" de Jesús Marchamalo.

No es propiamente una novela. O mejor dicho como novela no es cómo sobresale, puesto que la trama es flojilla. Sin embargo está muy bien y me ha gustado mucho por el amor a las palabras que encierra.

El argumento comienza cuando el narrador protagonista (Carlos) recibe en su buzón un papel que contiene la definición de la palabra "murciflar" y lo invita a reclamar un obsequio en una tienda. Al acudir a la dirección señalada, descubre que se trata de la tienda donde Matías Orgaz vende palabras.
La trama es bastante sencilla, se hilvanan unos sucesos y por supuesto hay un conflicto: una conspiración para hacer desaparecer palabras importantes para la humanidad. Pero  eso es lo menos importante de la historia. Lo que te atrapa y te entretiene es que el propietario de la tienda enseña al protagonista todo lo que tienen las palabras de interés, de entretenimiento, de lúdico, que es mucho.

Ese es el principal propósito del autor: rendir homenaje al lenguaje. Ese es el tema: el modo en cómo escribimos las palabras, la ortografía, la fonética, los juegos de palabras que influyen sobre la semántica casi sin que te des cuenta.

Es una novela con pocos personajes, y entre ellos realmente solo hay dos importantes:  Carlos, el comprador, y Orgaz, el vendedor que vende palabras raras, reversibles, adecuadas para describir cosas que hasta ahora no tenían nombre, en desuso, inútiles pero bellas o simplemente… palabras. Matías se convierte en el guía de Carlos en un viaje por el mundo de lo escrito, jugando con las palabras...

Y ello haciendo referencia  a autores tan importantes como Umberto Eco, a los Ejercicios de estilo de Queneau, a Cortazar, a Cabrera Infante, Miguel de Unamuno, Rafael Alberti, Virgilio Piñera, Augusto Monterroso, o a Lewis Carroll… Y gracias a él descubrimos los palíndromos,  las jitanjáforas, la polisemia, juegos de palabras, el calambur, los anagramas, los acrósticos, las aliteraciones, la poesía visual...

También hay que destacar en el libro la inmensa lista final de autores, publicaciones y ediciones que Marchamalo escribe, esclareciendo algún punto que otro sobre autorías o anonimatos.

Y al final hay un conjunto de propuestas pedagógicas. Muy interesantes.
Por todo ésto es un libro muy completo. Apto para todas las edades, pero sobre todo para los amantes de las palabras, para los que disfrutan jugando con ellas y aprendiendo, tengan la edad que tengan.

A mí me ha gustado mucho, me ha entretenido y me ha parecido muy interesante. Pero claro siempre y cuando te guste este mundo que envuelve al lenguaje.


 Os dejo para terminar con otro ejemplo de los que se dan en el libro...


El dulce lamentar de dos pastores
El dulce lamen tarde dos pastores 

Y mi voz que madura
Y mi bosque madura
Y mi voz quemadura
Y mi voz quema, dura



miércoles, 10 de agosto de 2011

"Tocar los libros" de Jesús Marchamalo




 "...como en los estratos geológicos de un yacimiento arqueológico, los libros permiten ir desenterrando los restos de todos nuestros particulares naufragios". Jesús Marchamalo

El libro del que os quería hablar hoy es uno muy pequeño, apenas 80 páginas si incluímos el prólogo de Luis Mateo Díez, pero no tiene desperdicio alguno.

Si os gustan los libros, los libros como objeto, si os gusta acariciarlos de vez en cuando tomándolos de nuevo en vuestras manos, si tenéis problemas para almacenarlos, si os duele desprenderos de ellos, si os da pena escribirlos o no, dejais vuestra huella en ellos, en fin, si además de leer os gustan los libros, os gustará este libro.

Porque habla de todo eso: De contar los libros que uno tiene, de la forma de ordenarlos, de ponerle anotaciones, de los ex-libris, de las dedicatorias, de reubicarlos, de dónde nos gusta leer... Porque al ir leyéndolo te das cuenta de que tal y como uno mismo tiene sus manías para con ellos, así las tienen los demás, incluídos importantes escritores.

Faulkner, Cortázar, Lampedusa, Borges, Octavio Paz, Auster, Salinas... muchos autores desfilan por estas pocas páginas, cada uno con sus manías y sus debilidades para con los libros. Si tienen algunos de dudosa clasificación, si tienen otros que a pesar de haberlos leído ya no se acuerdan de qué iban, de la cantidad de libros tan enorme que se acumula, de si deciden terminar o no de leer un libro aunque ya lo esté sufriendo... ¿No nos pasa eso a todos los que leemos?

"Si alguna vez se han deshecho de una caja de libros, sabrán de lo que estoy hablando. Uno puede sacar de casa prácticamente cualquier cosa sin que su estima social se vea mínimamente mermada: se pueden cambiar los muebles de la cocina, las butacas estilo Imperio del salón, el tresillo, la cómoda isabelina de la abuela Maximina, cualquier cosa, menos los libros."

El libro tiene cuatro partes: El orden y el concierto, Cómo deshacerse de quinientos libros, Un libro cada treinta segundos y Libros esguardamillados.

Un libro muy ameno y entretenido que se lee en un suspiro no tanto porque es pequeño de páginas sino porque está lleno de anécdotas relacionadas con los libros, los escritores y los lectores.

Un libro que comenzó siendo una conferencia y que luego ha tenido su particular y diferente historia que también se cuenta en él.


En fin... que a mí me ha encantado porque habla de lo que nos suele pasar a todos a quiénes nos gusta leer, y nos gustan los libros, nos gusta cuidarlos, guardarlos, atesorarlos, acariciarlos... verlos ahí, donde sabemos qué están.

"Hay libros indispensables que nos obligan a poseerlos, a conservarlos para hojearlos de vez en cuando, tocarlos, apretarlos bajo el brazo. Libros de los que es imposible desprenderse porque contienen fragmentos del mapa del tesoro."


jueves, 4 de agosto de 2011

"La mina soy yo..." Ray Bradbury "Zen el arte de escribir"




Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. La mina soy yo.

Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos.



Zen en el arte de escribir
Ray Bradbury

miércoles, 3 de agosto de 2011

"Póquer de ases" de Manuel Vicent



"Lo imaginaba adolescente en los topes del tranvía bajando hacia las playas de Argel, dispuesto a pegarse un baño junto con otros muchachos ára­bes, todos hermanados por la misma luz, por la misma pobreza. Pegarse un baño, en el argot del francés de Argelia, es una expresión que incluye lo que ese acto tiene de combate al abrazarse al agua, dejando que sea el mar el que te azote. Aprendió la libertad de la miseria. Todos eran pobres en aquella arena deslumbrada de Argel, entre barcas con pantoques color naranja, el adolescente Albert Camus y sus amigos árabes en cuyos cuerpos desnudos res­balaba el mismo sol mojado. La dicha aún tenía sentido: empezaba y terminaba en la piel..."




¿A qué apetece seguir leyendo? Pues es el comienzo del libro del que os quería hablar hoy.

Tengo otra vez atasco con las reseñas de libros que he leído. Os debo algunas. Así que vamos a por otra.

Os quería hablar del libro "Póquer de ases" de Manuel Vicent.

Cómo podéis imaginar por el comienzo que os he copiado, es un libro en el que el autor hace un retrato tanto literario como psicológico de 31 personajes de la literatura de siglo XX: Camus, Miller, Becket, Cortazar, Greene, Casares, Joyce, Faulkner, Lampedusa, Céline, Parker, Conrad, Woolf, Scott Fizgerald, Thomas, Capote, Pessoa, Pla, Williams, Rilke, Proust, Gide, Kafka, Stein, Hesse, Baroja, Hemingway, Benet, Borges, Azcona, y Mann.

Provienen de pequeños artículos o "daguerrotipos", nombre de la sección del suplemento Babelia en la que han ido apareciendo la mayoría de los textos. Son apenas tres hojas para cada personaje pero escritas con esa prosa poética de Vicent, esa forma de contar las historias que te las hace tan agradables casi entrañables y querrías que no acabaran.

A mí me ha gustado mucho. Me encanta como escribe Manuel Vicent, como cuenta las historias salpicándolas de anécdotas, diciendo las cosas claras pero al mismo tiempo de forma tan amena, cercana, afectiva. Os dejo con un ejemplo donde habla de Rafael Azcona:

"Nunca contó un chiste, pero no decía nada que no fuera sorprendente y divertido. Nadie veía lo que él veía. Azcona tenía el don de convertir lo cotidiano en surrealista y por muy extraña que fuera su salida, al final llegabas a la conclusión de que tenía razón y que te acababa de mostrar el revés del espejo. Antes de volver a casa a pie o en autobús, en la sobremesa con los amigos, había desmitificado el amor, la patria, Dios, la iglesia, la política, el dinero, el ejército, los banqueros, los obispos, todo con ejemplos y datos concretos, inapelables, sin retórica alguna, sólo con la ayuda de un par de orujos".

Y en otros de forma tan poética, como en éste sobre Rilke:
"Lo suyo era rozarse con las amantes como con las alas de los ángeles. Buscaba una mujer que fuera guardiana de su soledad. Por lo demás el poeta solo necesitaba silencio. Clara le dió el silencio y la lejanía..."



Las páginas que hablan de Benet me gustaron especialmente, donde alude claro a su relación con su amigo Martín Santos:
"Sabían que un día romperían a escribir y en este sentido se vigilaban mutuamente como corredores antes de sonar el disparo de salida".

Hay muchas notas autobiográficas en el libro porque ha conocido a algunos de los autores de los que habla y con otros al menos ha coincidido alguna vez. Y desde luego por todos siente admiración.

Es un libro que se lee muy rápido, no solo porque sea corto, sino por lo ameno y entretenido que es.

Está salpicado de caricaturas de los escritores que preceden a su texto. Estas ilustraciones están a cargo del ilustrador Fernando Vicente. Os he puesto algunas. Están bien ¿verdad?

Y lo mejor de este libro es que puedes aprender. Me gustan los libros en los que además del placer de la lectura está el de enseñarte, sobre todo si es literatura.

Está editado por Alfaguara, pero ya lo tenéis en bolsillo, mucho más económico.

Yo desde luego lo pienso releer, a la menor oportunidad.




lunes, 1 de agosto de 2011

Estoy leyendo este libro... Me gusta... La tienda de palabras de Marchamalo


¿USTED NO NADA NADA?

ES QUE NO TRAJE TRAJE


-Suena a juego infantil...
-Lo es, una broma inocente. Son palabras con doble personalidad, unas veces significan una cosa, y otras veces otra. Hay centenares: CURA, por ejemplo, es una manera de recuperar la salud, pero también es un sacerdote; CASTA significa linaje, y mujer que se abstiene de la sexualidad; PURO es un tipo de cigarro, y algo sin mezclar; GUÍA puede ser un libro, pero también un líder; por CAPITAL se entiende patrimonio, pero al tiempo es la cabeza administrativa de una región; CABO es un grado militar, y un accidente geográfico; hay FUENTES ornamentales y FUENTES de problemas. Algunas palabras tienen tantos sentidos, escribió un poeta, que vale la pena haber vivido solo para conocerlos -hizo una pausa, valorativa, y prosiguió- Imagine un cuchillo: sobre la mesa es un mero instrumento de cocina; en una panoplia, una pieza de museo, pero clavado en el cuerpo del delito se convierte en el arma homicida... Ocurre lo mismo con las palabras, cambian de significado en virtud de dónde estén colocadas, de su contexto. De alguna manera contienen en sí mismas el germen del juego. Utilizadas con ingenio sirven para construir frases realmente vistosas. Y muy económicas, claro, la misma palabra sirve para todo. Se amortiza enseguida.


EL CABO PRENDIÓ UN CABO EN EL CABO


...

Págs. 50 y 51 de La tienda de Palabras
Jesús Marchamalo

miércoles, 27 de julio de 2011

"La llama" de Arturo Barea


El último libro que he terminado de leer ha sido la tercera parte de "La forja de un rebelde" de Arturo Barea, el que se titula "La llama".

En este libro, que termina con la saga, Barea nos habla de los años de la guerra civil española. Sobre todo del sitio de Madrid. Ahora que uno pasea tan bien por la Gran Vía madrileña atestada de coches y peatones la verdad es que cuesta pensar que durante mucho tiempo, muchos meses, el frente de batalla del asedio de Madrid estaba a muy pocos kilómetros y cada dos por tres estaba siendo bombardeada. De hecho se la conoció como "Avenida de los obuses".

Arturo Barea nos cuenta en primera persona como fueron aquellos años, y mientras lo hace vas viendo como la decepción se va apoderando de él, y mientras se va derrumbando España dividida en dos posturas irreconciliables, también lo va haciendo él a la vista de tanta violencia:

"Le hablé de la guerra, repugnante, porque enfrentaba a hombres de la misma sangre unos contra otros, en una guerra de dos Caínes. Una guerra en la cual sacerdotes eran fusilados en las afueras de Madrid, y sacerdotes daban su bendición al fusilamiento de pobres labradores (...) Millones como yo, que amaban a sus gentes y a su pueblo, estaban destruyecto o ayudando a destruir, aquel pueblo y aquellas gentes tan suyas. Y lo peor es que ninguno de nosotros tenía el derecho de permanecer neutral..."

Comienza la narración cuando nos cuenta el autor que se ha comprado una casa en un pueblecito de Toledo, en Novés. Allí es donde se ve inmerso a pequeña escala en el conflicto que se está viviendo en toda España. Las contradicciones de la República, con buenas intenciones, pero que no llegaba a todos. Y en la sombra los más poderosos conspirando para que hubiera un golpe de Estado. Barea en ese pueblo está entre los unos y los otros, pero consigue organizar un mitin, subrayándose su postura de izquierdas.

La verdad es que vas leyendo y se puede percibir muy bien el momento que estaba atravesando España, como si hirviera, a punto de estallar. Las izquierdas estaban divididas y por otro lado la derecha junto con la Iglesia se preparaba para levantarse.

Arturo Barea, pertenecía a la UGT, y trabajaba en el edificio de la Telefónica como censor de la prensa. Me ha gustado mucho saber de forma tan concisa lo que se hacía en la Oficina de Prensa que había allí establecida. A propósito de ésto Ignacio Martinez de Pisón tiene un artículo donde habla de ello, un artículo titulado "Un ejercito de poetas" del que os copio un par de párrafos porque habla de este libro de Arturo Barea:

"Parece ser que toda la documentación de la Oficina de Prensa Extranjera acabó perdiéndose. Sé de algún investigador que ha tratado infructuosamente de localizarla en diferentes archivos, y es una lástima porque la información allí contenida sería de gran utilidad para los historiadores que tratan de reconstruir la experiencia de los corresponsales extranjeros durante la Guerra Civil. La Oficina de Prensa Extranjera era el negociado oficial por el que todo periodista o escritor extranjero estaba obligado a pasar. Allí conseguía la pertinente acreditación y solicitaba todo aquello que pudiera necesitar para su trabajo: guías, intérpretes, autorizaciones, pases para el frente, entrevistas con personalidades republicanas...
Sin esa documentación, el historiador debe recurrir a otras fuentes vinculadas a la Oficina, y entre ellas destacan los libros autobiográficos de Constancia de la Mora y Arturo Barea. «Connie» de la Mora, que empezó a trabajar en la Oficina a comienzos de 1937 y no tardó en dirigirla, recuerda en Doble esplendor la atmósfera que se respiraba en aquellas dependencias, una atmósfera en la que la entrega y la fe de los colaboradores trataban de compensar la improvisación generalizada y la precariedad de medios. Pero la sección del libro consagrada a la guerra está llena de calculados silencios, y de todo lo que cuenta sobre esa etapa lo más interesante es su descripción del funcionamiento mismo de la Oficina, que ejercía a la vez labores de propaganda y de censura..."


En "La llama" desde esa posición privilegiada en plena Gran Vía que tenía el trabajo de Arturo Barea, nos va narrando al principio los primeros días de guerra en Madrid, cuando aún nadie era muy consciente de lo que estaba pasando y todavía la gente sale a comer el domingo al campo (como él y su amiga), o a la verbena... Sin embargo, poco a poco con tantos tiroteos en las calles o los bombardeos que comienzan no les queda más remedio que hacerse a la idea. Y comienza el desastre del asedio.

Aunque políticamente ya lo era. La Republica dividida, sus Ministerios totalmente ineficaces, los milicianos descontrolados. El pueblo quiere luchar por mantener la República pero los de arriba les decepcionan. También habla Barea de la "no intervención" de los países europeos.

"Nuestras órdenes eran más que simples: ¡teníamos que suprimir todo lo que no indicara una victoria del Gobierno republicano! (...) Pero cuando me enfrenté con los periodistas, me encorajinó la seguridad cínica con que daban nuestra derrota por cierta..."

A mí, claro lo que me gusta también de este libro, es cuando desde su puesto en la Oficina de Prensa Extranjera Barea habla de conocidos escritores. Os dejo con otro párrafo del artículo de Martinez de Pisón donde también alude a ésto:

"Por su parte, Arturo Barea (que acabaría detestando a Connie por su dogmatismo comunista) quedó al frente de la Oficina de Prensa Extranjera madrileña cuando, en noviembre de 1936, el Gobierno republicano se trasladó a Valencia, y en La llama, tercer volumen de La forja de un rebelde, nos dejó un pormenorizado relato de sus experiencias de la época. Por sus páginas desfilan los nombres de algunos corresponsales extranjeros. Aparece Ernest Hemingway presentándole a la que sería su tercera mujer, Martha Gellhorn: «Ésta es Martita. Tratadla bien, que escribe para Collier's. Una tirada de un millón...». Aparece John Dos Passos, «que hablaba de nuestros campesinos con una comprensión gentil y profunda». Aparece Josephine Herbst, que sería una espectadora privilegiada de la ruptura de la antigua amistad entre Hemingway y Dos Passos."
(Ignacio Martinez de Pisón "Un ejercito de poetas")

Y lo que se ve muy bien es la vida cotidiana durante la guerra, muy bien te puedes hacer una idea con las descripciones que se hacen en el libro. La violencia en las calles, la brutalidad de los bombardeos, los caídos en plena Gran Vía al cruzar la calle, el hambre que estaban pasando los madrileños, en intenso contraste con las visitas de las damas de la alta sociedad inglesa que venían de turismo. Eso es lo que más me gustaba del libro, lo bien que refleja cómo era la vida cotidiana en tiempo de guerra.

"Un día en mi desesperación, llevé conmigo a María para investigar el daño que había un solo avión Junker volando bajito sobre las casuchas de Vallecas en la tarde del 20 de enero y dejando caer un solo rosario de bombas..."

"...a las dos y cuarto de la madrugada me enfrenté con el micrófono en la cueva forrada de mantas y describí la trinchera de Carabanchel en la que nuestros hombres se habían instalado desalojando a la guardia civil de ella. Describí los refugios apestados a través de los cuales me había llevado Ángel, la carroña podrida del burro encajada por fuerza entre los sacos destripados, las ratas, los piojos, y la gente que allí vivían y luchaban..."

"...la muchacha que se asomaba a la portería de piedra e invitaba a las gentes a refugiarse allí porque su abuelito había hecho lo mismo hasta que una granada lo había matado..."

Es autobiográfico como los otros dos libros. El estilo del escritor es realista, objetivo, sin alardes ni adornos literarios de ningún tipo. Entonces tiene un valor testimonial. Claro, puesto que es una autobiografía, tiene unos condicionantes subjetivos que no se pueden evitar. Pero la intención clara de Arturo Barea al escribirlos era contarlo de la forma más realista y fiel posible y yo creo que en buena parte sí que está muy conseguido a juzgar por todos los datos que aporta.

Confieso que ya tenía ganas de terminar la saga, y este libro en particular. Ya estaba un poco cansada de tanta guerra en las últimas páginas. Pero reconozco que para quién quiera profundizar en este período de nuestra historia, es un libro muy recomendable, un testimonio de primera mano de aquellos años.

Porque aunque sí es cierto que estaba ya deseando terminármelo, yo estoy contenta de haberme leído los tres libros. Creo que he aprendido muchas cosas que no sabía. Me ha gustado mucho saber de aquel Madrid, cómo vivían, o más bien cómo a duras penas sobrevivían. Debió de ser horrible. Es muy curioso, y más que curioso tremendo, el contraste con otras ciudades, que se ve claramente cuando el autor viaja a Valencia a donde se había trasladado el Gobierno Republicano, era como si de pronto allí ya no hubiera guerra...

En fin, que si os interesa este tema, ya sabéis...

Perdonadme por la extensión de la entrada, pero es que no podía parar de escribir... 

lunes, 18 de julio de 2011

"Retrato de un hombre inmaduro" de Luis Landero




Se me había quedado atrás ésta entrada que había medio hecho en su día del libro "Retrato de un hombre inmaduro" de Luis Landero.

He pensado que ya que estaba medio hecha se merecía su lugar, aunque después de este libro me haya leído dos o tres, o cuatro casi, no la iba a dejar sin colgar ¿no? Pobrecilla...

Así que aquí os la dejo.


Se trata de una reseña sobre la última novela de Luis Landero (Alburquerque, 1948).

El argumento cuenta la historia de un hombre de 65 años que en una noche de hospital (quizá la última de su vida) evoca vivencias personales y le cuenta a alguien —según parece, a una mujer— los acontecimientos más importantes de su vida, los que merecen reflexión.

Por tanto la historia no está contada de modo lineal, ya que su memoria da muchos saltos en el tiempo y elude sucesos menos relevantes o los pasa con una breve alusión. Y por tanto el paso de un suceso a otro es aleatorio según le dice la memoria, pero al lector el autor se los divide en espacios en blanco para facilitarle la lectura.

Está dividida la historia en siete capítulos sin título ni numeración alguna, dividido en esas escenas que ya os he comentado donde se van recogiendo los distintos recuerdos.

A mí de esta historia sobre todo me gusta la forma en que es es contada. El protagonista está claro que es un antihéroe, un ser inseguro, inmaduro, desorientado... (de ahí el título), que se intuye no va a terminar muy bien... Ha sido botones, periodista en una revista de su barrio madrileño de Chamberí y tendero con una papelería, habiendo querido ser pastor (“sin nada que guardar”, pág. 152)... De todo.

Pero tiene muchas dosis de humor, y de vez en cuando te sorprende la historia con escenas que te dejan perplejo por su surrealismo y su originalidad. Por ejemplo la historia del minusvalido que busca a alguien para que le lleve a la manifestación ¡cómo te sorprende luego...!

Sí, tengo que destacar que tiene una riqueza de personajes dignos todos de ser protagonistas. Porque junto a nuestro protagonista antihéroe, tenemos a varios que son para nota, como la del nómada con vocación de sedentario en contraste con el fontanero impostor que cambiaba de barrio pero sin llevar herramientas. Solo por citar alguno más.

“A mí lo que me parece interesante es el mundo, el asistir gratis al espectáculo de los demás.”

Yo creo que lo mejor de esta novela es ese ritmo con que va fluyendo, sucediéndose los recuerdos según van saliendo de la mente de su protagonista, un poco sin orden ni concierto. Pero eso le da a la lectura una agilidad que la hace muy entretenida.

Por otro lado de fondo está tocando temas tan importantes como el dinero, el tiempo, la vida, la muerte... las contradicciones y la conciencia. Una conciencia llena de contrastes que podría ser la que tenemos cada uno de nosotros habitualmente dándonos toquecitos de atención desde dentro. Y sobre todo, ya he dicho, el paso del tiempo y la pregunta interior y machacona de si lo hemos aprovechado bien. Claro con ese tema de fondo cómo no me iba a gustar a mí, que es una de mis principales obsesiones.

Está contado en primera persona, lo cual te hace que te puedas sentir muy identificado con la historia.

A mí me gustó, la verdad. Hombre no es que sea inolvidable, de hecho en algunos momentos yo le hubiera quitado digresiones al texto, creo que está un pelín inflado de ellas, claro es mi opinión. E incluso la del protagonista en varias ocasiones:

“Bueno, supongo que porque así es mi vida, porque voy y vengo y no sustancio nada” ... Ya he vuelto a perder el hilo de la historia”,  “Bueno, si es que esto es una historia” . “¿Por dónde seguir en esta aldea en ruinas que es la memoria al cabo de los años?”

Pero está entretenida y sobre todo es que me gusta mucho cómo escribe Luis Landero. Ese tono coloquial y sin embargo depurado que tiene. Esa forma de escribir que pronto ves tan cuidada. Esa forma tan fluida de mezclar todos los estilos, el directo con el indirecto, la prosa con los diálogos... la narración con la reflexión.

 En fin... que en cuanto tenga oportunidad me leeré alguna que otra obra suya que me llama la atención.





Luis Landero, que se dio a conocer hace veinte años con el Premio Nacional de Narrativa y de la Crítica que le supuso su novela Juegos de la edad tardía, a partir de cuya publicación se situó en el panorama literario actual, ha escrito también Caballeros de fortuna, El Guitarrista y Entre líneas: el cuento o la vida, entre otras obras. Ésta es la última "Retrato de un hombre inmaduro".

miércoles, 13 de julio de 2011

"Una ola con sabor a pez" de Nuria Riera Carrillo


 

 Un libro para leer sin buscar la gran historia... solo hay que ir dejándose llevar por él, sumergirse despacito  en sus pocas páginas como si te metieras en el mar y mientras te acunan las olas que alguien comenzara a contarte esta historia... Un mar con un faro al fondo pintado de rayas, con pulpos que comienzan hablando, con niñas que se llaman Isla. 

Un libro para leer con los sentidos abiertos de par en par, UN CUENTO. Eso es sobre todo, un cuento para adultos que quieren que les hablen de sentimientos, de la vida cotidiana, de personajes sencillos, de lo fácil que es caer y lo dificil que puede ser levantarse otra vez... pero no imposible.

Todo ello contado de una forma bastante original. Solo hace falta echar un vistazo al índice:
A de Antídoto
B de Babel
C de Caos
D de díscola...
...
R de Requetebien.

El argumento cuenta la historia de una mujer de 34 años, Mamen, que se ha caído al mar pero es rescatada a tiempo por una familia que vive en un faro y la ayudará a restablecerse y recordar... ¿Porque realmente se cayó al mar?

El tema es la soledad.

Pero los personajes me gustan tanto... Vale no hay un malo. Pero no hay un personaje malo porque la mala es la vida. La vida que te zarandea, que te pone la existencia patas arriba, que te maltrata. Por eso el resto de los personajes son de esos que te gustaría que fueran de carne y hueso, esos que un día  te gustaría conocer en cualquier esquina y conversar con ellos. 

Y la forma de contar la historia, la forma de contar la historia es tierna y tiene humor. Es original y profunda. Se alterna la prosa con los diálogos, diálogos de nota, sobre todo los que tiene con la niña Isla, con Pedacito como la llama Mamen.

Y para terminar, al ir leyendo de vez en cuando tropiezas con algunas frases como éstas que  no puedo evitar copiaros aquí:

Recupero el móvil de mi bolsillo y lo observo. Está sin batería, mudo. Solo hace falta que apriete un botón para saber cuánta gente hay en el mundo que quiere saber de mí. Pero lo que yo querría saber ahora es de cuánta gente quiero yo saber. ¿Dónde está el botón para eso? (pag. 57)

En los miedos más profundos hallamos nuestro ser más honesto, nuestra parte más temerosa, pero también la más fuerte; no puede ser de otro modo, puesto que lleva combatiendo con nuestros terrores toda nuestra vida y aún nos mantiene en pie... (pág. 118)

Espero que seas adoptada. Ser adoptada significa que había una lista larguísima de gente que te quería incluso antes de que nacieras...

Un cuento (la primera novela de esta autora) para lectores sensibles.

Una ola con sabor a pez
Nuria Riera Carrillo
Editorial Bartleby
161 págs.

miércoles, 8 de junio de 2011

La ruta (La forja de un rebelde) de Arturo Barea



Tengo muy atrasados los comentarios de los libros que leo. El tiempo que no da más de sí... Porque primero hay que vivir para luego contar ¿no?.

Pero bueno, voy a ver si pongo un poco de orden.

El primero del que os quería hablar porque para mí su lectura está ya más lejana en el tiempo es el segundo libro de la trilogía "La forja de un rebelde":


La ruta de Arturo Barea.

El argumento cuenta la experiencia de Arturo Barea en la guerra de Marruecos donde estuvo destinado como sargento.

No recuerdo haber estudiado en historia esa guerra. Yo creo que mucho no debimos dar sobre ella, porque yo tenía una laguna inmensa de conocimientos sobre este tema. Así que la verdad es que me gustó mucho leer esta parte de nuestra historia tan desconocida para mí. 

Como en el primer libro está contado en primera persona, y es muy enriquecedora la visión y la forma de contar del autor.

La guerra de Marruecos se nos muestra desde el juicio del autor como el colmo de la corrupción, es increíble como se enriquecían unos pocos mientras como guerra era de lo más estéril y suponía desastre tras desastre en la economía de España.


En la vida civil se miden las dificultades y se lanza uno contra ellas, o se soslayan. Si se fracasa, mala suerte. Si se triunfa, mérito de uno. Si no se decide uno a luchar, se queda donde está y no pasa nada. Pero en el ejército es distinto: le colocan a uno frente a las dificultades y no hay más remedio que acatarlas; si se fracasa, le castigan a uno; si se triunfa, se ha cumplido con el deber.

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Durante los primeros veinticinco años de este siglo Marruecos no fue más que un campo de batalla, un burdel y una taberna inmensos.

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En el pueblo de al lado, al que le tocaba ser soldado era al hijo del cacique, y en mi pueblo, yo. Debíamos haber sorteado a ver cuál iba, pero como yo soy sordo, el hijo del cacique tenía que ir de todas maneras. Así que vino el médico y dijo qe yo no era sordo y que el hijo del cacique estaba tísico. Y aquí me trajeron. Y aquí, pues, me hicieron sanitario, porque como soy sordo... pues, usted comprende.

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El español tiene una adaptabilidad peculiar. Puede adoptar todas las características del mundo que le rodea y sin embargo mantener su personalidad intacta. La consecuencia es que a la larga absorbe el pueblo que ha invadido.

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Es terroríficamente fácil para un hombre el caer en estado de bestialidad.

(...)

- ¿Sabes?, la bestialidad es seguramente la cosa más contagiosa que existe.

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La taberna tenía para mí la misma atracción que un manicomio para una persona que normal en su primera visita: repulsión, miedo y la fascinación del terror desconocido de la locura.

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Se habían pasado casi dos años desde que había salido de España, dejando tras de mí la vida civil y mi propia vida, para sumergirme en el anonimato de la vida militar en África.

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Lo que un soldado ve en una guerra puede compararse con lo que un actor ve de un film en el que toma parte. (...) Cuando el actor ve la película terminada, difícilmente se reconoce a a sí mismo y tiene que forzarse para reconstruir mentalmente las escenas que repitió un sinnúmero de veces.

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Un pez luchando por su libertad es seguramente uno de los seres más espléndidos de la creación, aunque ninguno de nosotros seamos capaces de medir su coraje.

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Aquella masa de campesinos analfabetos, mandada por oficiales irresponsables, era el espinazo del Ejército español en Marruecos.

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Odiaba esta hambre horrible, escondida y vergonzante...

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La amistad entre gentes que han estado juntos en una guerra es un sentimiento estraño. (...) Son gentes absolutamente desconocidas. La vida común los convierte en camaradas. La guerra, al fin, los suelda unos a otros con una solidaridad que no es humana, sino más bien la de animales en peligro común que se agrupan en manada; y al fin esta solidaridad se convierte en amistad.

miércoles, 25 de mayo de 2011

"Cartas que siempre esperé" y "Bartleby el escribiente"


La primera vez que hicieron el amor, hablaron de un cuento. Él le había contado su obsesión por las cartas que vienen de lejos, que se pierden y no encuentran a quién debe leerlas. Ella mencíonó a Bartleby:

- ¿Bartleby? -preguntó Luis en un tono de extrañeña.

- Sí, es el protagonista de un cuento de Herman Melville. lo leí hace tiempo, pero tus palabras me lo han recordado. Ese personaje trabajaba para un importante abogado. Uno de esos que tienen las oficinas en un rascacielos de Wall Street. Era de aspecto tgranquilo y parecía ordenado. Bueno tenía que serlo: trabajaba como copista. Un escribiente de letra pulcra, encargado de copiar documentos.

- Un trabajo aburrido ¿no?

- Nada creativo, evidentemente, pero parecía que le gustaba mucho. Al menos al principio.

- ¿Al principio?

- Sí. Trabajaba de día y de noche, con el resplandor del sol o la luz de ua vela. Era eficaz y modesto. Hasta que un día dejó de serlo.

- ¿Qué quieres decir?

- Cambió de actitud. Se negó a aceptar los encargos de su jefe. Cada vez que recbía una orden, repetía la misma frase: "Preferiría no hacerlo".

- Hay tantas cosas que preferiríamos no tener que hacer.

- Pero no lo decimos - sonrió Ana-. Él convirtió esa expresión en su constante respuesta. No admitía reflexiones ni consejos. Se crraba en un mutismo que no permitía el dialogo. Vivía ejerciendo una resistencia pasiva que desconcertaba a los demás.

-¿No lo echaron del trabajo?

- No te contaré el cuento. Si lo hiciera nunca lo leerías.
- ...


Págs 41 y 42 de "Cartas que siempre esperé"
Maria de la Pau Janer
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lunes, 2 de mayo de 2011

"Soldados de Salamina" de Javier Cercas

   

 Ya estoy a punto de terminar el libro que me estoy leyendo, y no os he hablado del anterior que me leí:  "Soldados de Salamina" de Javier Cercas.

A mí me gusta como escribe este autor. Me gustan sus artículos y sus libros.

Y aunque he leído críticas tanto positivas como negativas de esta novela, a mí la verdad es que me tuvo muy entretenida y me gustó. Mezcla realidad y ficción en una prosa que, al menos a mí, me atrapó.

El argumento lo podríamos resumir en que el autor se convierte en un periodista que tropieza con una gran historia ocurrida durante el avance fascista por Cataluña. Los antifascistas (porque no todos eran republicanos o demócratas entre las filas que defendieron el noreste peninsular), viendo que se aproximaba el desastre optaron por ajusticiar a muchos presos. Entre ellos estaba Rafael Sánchez Mazas, escritor e ideólogo de la Falange Española (muy cercano a José Antonio Primo de Rivera), que logró escaparse., entre otros.  Durante la búsqueda de los evadidos, un soldado antifascista encuentra al huido, pero no hace ni dice nada, pasa de largo y le permite que siga en su escondite. Este relato de bondad llega a oídos del periodista (Cercas, en realidad) a través de una entrevista con Sánchez Ferlosio, hijo de Sánchez Mazas. El semi-ficticio periodista escribe un artículo sobre aquel episodio y entre las respuestas de lectores que recibe, una de ellas, del historiador aficionado Miguel Aguirre, que le ofrece más datos sobre el relato. A partir de ahí comienza su obsesiva búsqueda de aquel anónimo miliciano que le perdonó la vida.


El tema como veis es la supervivencia de los hombres, de sus actos, de las anécdotas... Es histórico, está ambientado en la Guerra Civil. y en el presente, comienza en el año 1994. Pero sde alguna forma también tiene por tema la piedad, el heroísmo, las derrotas... Esos victoriosos que en el fondo están derrotados, y ese derrotado que de alguna manera es victorioso.

La historia está estructurada en tres partes muy diferenciadas: Los amigos del bosque, Soldados de Salamina y Cita en Stockton.

En cuánto al narrador: está contado en primera persona, lo va narrando el autor en su papel de periodista. Aunque también tiene una parte que a mí me gusta mucho, en tercera persona, cuando se narran los últimos años del escritor Sanchez Mazas.


Y en lo que se refiere a los personajes yo creo que en general están bien perfilados. El que más me gusta es el del anciano del asilo francés. Hay un fragmento muy emotivo en el libro cuando le pide un abrazo... Y desde luego el personaje peor perfilado de la novela, el que a mi juicio debería haber inventado con otros rasgos, es el de la novia Conchi, que yo creo que no está a tono con los demás personajes ni con el general que lleva el relato. 

A mí me gustó la verdad esta novela. Me parece que está bien documentada por parte de Cercas, que hay una importante labor de investigación detrás. Me gusta esa mezcla entre ficción y realidad que sabe cómo llevar. Me gustan mucho esas alusiones a otros escritores: a Bolaño, a Andres Trapiello...
Éste último por ejemplo dice sobre Sanchez Mazas que "ganó la guerra pero perdió la historia de la literatura".






Y en el ventanal aparece un desierto interminable y un soldado solo, llevando la bandera de un país que no es su país, de un país que es todos los países y que sólo existe porque ese levanta su bandera abolida, joven desharrapado, polvoriento y anónimo, infinitivamente minúsculo en aquel mar llameante de arena infinita, caminando hacia delante bajo el sol negro del ventanal, sin saber muy bien hacia dónde va ni con quién va ni por qué va sin importarle mucho siempre que sea hacia delante, hacia delante, hacia delante, siempre hacia delante”.

Javier Cercas

Soldados de Salamina (Tusquets Editores, 2001) es la tercera novela de Javier Cercas, tras ‘El inquilino’ (1989) y ‘El vientre de la ballena’ (1997), y se trata de la obra que le dio fama y lo situó entre los autores españoles más (re)conocidos. Fue descubierta al gran público gracias a un artículo de Vargas Llosa, convirtiéndose en un gran éxito de ventas que ya va por la trigésima edición y recibiendo galardones de la talla del ‘Premio Salambó de Narrativa’.