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lunes, 1 de mayo de 2017

2 de mayo de 2017 en Madrid


Hoy que comienza mayo, después de dos días lloviendo, todos los madrileños que quedaban en Madrid han salido corriendo a la calle a disfrutar del sol. 

Me encanta Madrid cuando la mayoría de los madrileños (cómo suelen ocurrir cuando hay más de dos días libres) han huído. Qué gusto pasear nuestra ciudad sin correr. Qué alegría y qué paz. Está distinta Madrid cuando nos vamos la mayoría de los madrileños, está relajada, está de domingo aunque no lo sea, una matrona en la siesta que estira los brazos, que bosteza, que te espera con una sonrisa para que la camines despacito mirando, solo mirando ese balcón y ese viejo comercio, ese monumento y esa calle con una placa que te lleva lejos, muy lejos en su historia. Es el momento... ¡escúchala!

Pero cómo al final nos va la marcha ¿Dónde mejor íbamos a ir para estar los que quedamos todos juntitos?

Pues cómo no podía ser de otra forma a la Plaza del 2 de Mayo. Que para eso peleamos por estos lares un 2 de mayo de 1808.

En el corazón de Malasaña nos esperan siempre Daoiz yVelarde, amarmolados e impolutos. Todavía luchando por nosotros, resistiendo heroicamente tiempo y tiempo.








Y aquí siguen también nuestra chicas más valientes. 

La jovencita bordadora Manuela Malasaña, que da nombre al barrio, y que en aquel lejano 1808 solo tenía 17 años.

Era hija de un panadero nacido en Vallecas pero de origen francés Jean Malesange. Sus vecinos del barrio de Maravillas le castellanizaron el apellido por Malasaña. Por aquel entonces su panadería estaba en la calle Divino Pastor, a pocos metros del cuartel de Monteleón donde Daoiz y Velarde resistían heroicamente contra los invasores franceses. El panadero y muchos más vecinos acudieron a ayudar.  

Su hija Manuela era costurera en un taller de modistas, y vivía con sus padres en el cuarto piso de la calle San Andres. Y hay varias versiones sobre su muerte. Pero la más frecuente dice que cuando venía del taller la interceptaron una patrulla de soldados galos y que ella para defenderse usó unas tijeras. Al días iguiente fue ejecutada en esa plaza que hoy llamamos Dos de Mayo.


El dos de Mayo, Clara del Rey defiende, junto a su marido y sus hijos Juan, Ceferino y Estanislao, el Parque de Artillería de Monteleón, (hoy Plaza del dos de Mayo) donde recibe en la frente el impacto de metralla de una bala de cañón, muriendo allí mismo, a la edad de 42 años, así como su marido y uno de sus hijos.

 1 y 2 de mayo de 2017. Madrid está luminosa y tranquila en muchos de sus rincones. Qué gozada.

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