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lunes, 16 de julio de 2012

"Inés y la alegría" de Almudena Grandes


"La Historia inmortal es, a menudo, una historia de amor, y esta, la de dos mujeres que no pudieron amar al mismo hombre durante muchos años seguidos, que no tuvieron tiempo de hartarse de sus ronquidos, que no llegaron a repetir miles de veces las mismas preguntas inútiles, ¿pero que trabajo te cuesta dejar la toalla en el toallero en vez de tirarla en el suelo del baño, vamos a ver?, que no renegaron, que no amenazaron, que no se rindieron en medio de una bronca aburrida ya, de puro idéntica a tantas broncas anteriores, y que tampoco les vieron envejecer. No tuvieron tiempo de experimentar esa extraña ternura del cuerpo conocido que se va arruinando al ritmo de la ruina del propio cuerpo, ese cuerpo que siempre parece el mismo al abrazarlo en la cama, por las noches, pero que no lo es, porque ha cambiado, y su perfil es distinto al de antes, es distinta la textura de la piel, la progresiva blandura de la carne, el volumen que ocupa entre las sábanas, y sin embargo sigue siendo el mismo, porque conserva la memoria de la cintura fina, las caderas redondas, las piernas esbeltas, el vientre liso, los pechos firmes que el propio cuerpo también ha ido perdiendo sin darse cuenta..."


Este fin de semana terminé de leer "Inés y la alegría", la última novela de Almudena Grandes, y me ha gustado mucho.

Comentaba el otro día con una amiga que la forma de escribir de esta autora es de distancias largas, escribir para novelas. Nos gusta más en ellas que en sus artículos.

Desde luego a mí esta me parece que está muy bien construída. Un novelón como los de antes.
La autora ha dicho muchas veces que es la primera novela de un conjunto de seis en total, a la manera de la literatura de Galdós, a quién admira. Un proyecto de largo aliento.

En este caso el argumento que aborda es la muy poco conocida historia de la invasión del Valle de Arán, en un intento de reconquistar España por la UNE, ejército compuesto por republicanos que habían luchado en Francia contra los alemanes.Monzón, convertido en el hombre fuerte del Partido Comunista, está convencido de que, tras el desembarco aliado y la retirada alemana, es posible establecer un gobierno republicano en Viella. Cuenta para ello con el factor sorpresa por un lado y con el convencimiento de que serán apoyados por la población civil cuando la Unión Nacional Española vaya reconquistando el territorio. Con el fin de evitar una respuesta concentrada del ejército franquista, la invasión se inicia desde tres puntos diferentes en la madrugada del 19 de octubre de 1944.

El libro es también la historia de amor de una mujer de familia conservadora que se une al ejército de guerrilleros españoles, montada sobre un caballo y provista de cinco kilos de rosquillas.

En la novela hay tres narradores. Uno omnisciente, que es la visión de la propia autora sobre este episodio histórico, su interpretación de aquellos hechos. Y dos narradores ficticios en primera persona: Inés y Galán.

De este modo la historia real se va entremezclando con la ficticia de estos personajes.

La linealidad se rompe constantemente, el argumento va hacia adelante y hacia atrás. Otorgando a la narración un ritmo ágil.

Hay muchos más personajes claro, además de Inés y Galán, los protagonistas. Y todos están muy bien perfilados, muy conseguidos, muy creíbles. Personajes, que más tarde o más temprano vuelven a salir a lo largo de la historia, que abarca treinta y tantos años.

A mi me ha gustado mucho, como todas las últimas de Almudena Grandes, aunque reconozco que me interesaba más el plano ficticio que el histórico. Aunque también es cierto que éste último me ha interesado porque yo desconocía este episodio histórico. Pero la novela me resultaba mucho más entretenida cuando los narradores eran los personajes ficticios. Setecientas y pico páginas que me he leído casi de un tirón.

Me gusta mucho la forma de escribir de esta autora, disfruto mucho mientras la leo y advierto su dominio del lenguaje, su oficio en la escritura: todas las repiticiones que hace al narrar nos devuelve una prosa, en ocasiones, bastante poética. Gusta leerla, no solo por lo que te está contando, sino por cómo te lo cuenta, con esa prosa tan cuidada. Ves a los personajes, hueles todos los ingredientes de esas comidas que hace la protagonista cocinera, sientes lo que están sintiendo. Son cercanos esos personajes, palpables casi.

"—Pero, tú, ¿qué es lo que quieres, aceite? Pues te vas a hartar, hija mía, porque, mira... En Fuensanta de Martos no tendremos otra cosa, ¿sabes?, pero lo que son olivas... Para aburrirse de verlas, no te digo más.
Aquella misma noche, escribió una carta, una semana más tarde, recibió otra, y a la mañana siguiente vino a decirme que estaba todo arreglado. No le había costado ningún trabajo convencer a un amigo de su pueblo, muy apañado, para que se acercara a una almazara a comprar aceite a precio fuensanteño, y buscara después la manera de mandarlo a Madrid, desde donde otro amigo suyo, igual de apañado que él y empleado en una empresa de transportes, nos lo mandaría en cuanto que encontrara un hueco en un camión. Yo sonreí, le di las gracias, y no me creí ni una palabra, pero doce días más tarde, en la despensa de Casa Inés había noventa litros, más que apañados, del extraordinario aceite de oliva que produce la Sierra Sur de Jaén."


Personajes reales conviviendo con los ficticios. Los amores de Pasionaria con Francisco Antón, de Jesús Monzón con Carmen de Pedro primero y luego con Aurora Gómez Urrutia y de Inés con Galán... Es una forma de escribir donde se translucen los sentimientos. Una novela histórica, intensa y emotiva que pone el énfasis en las relaciones humanas, en las historias individuales.

Como dice la autora muchas veces a lo largo de la narración:  La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales. 





Almudena Grandes (Madrid, 1960) se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Desde entonces el aplauso de los lectores y de la crítica no ha dejado de acompañarla. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón y El corazón helado, junto con los volúmenes de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en uno de los nombres más consolidados y de mayor proyección internacional de la literatura española contemporánea. Varias de sus obras han sido llevadas al cine, y han merecido, entre otros, el Premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y el de los de Sevilla, el Rapallo Carige y el Prix Méditerranée. Su novela más reciente, Inés y la alegría, ha merecido el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz. Con ella inauguraba la serie Episodios de una Guerra Interminable, cuya segunda entrega es El lector de Julio Verne.

4 comentarios:

  1. Hola Rocío, lo cuentas con tanto convencimiento y entusiasmo que dan ganas de ir a la librería y comprarse el libro (cosa que haré).
    Gracias por compartir tus gustos literarios, es un placer aprender de ellos.

    Y feliz jornada.

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  2. Feliz jornada también para ti Iñaki. Ya estaba yo diciendo que si te habrías ido de vacaciones... Me ha gustado mucho el libro de Almudena, es cierto. Aunque claro también es verdad que tiene un estilo de escritura muy particular, muy suyo, que quizás con tantas enumeraciones a otras personas les canse... a mí me encanta. Muchas gracias. Un beso, Rocío

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  3. No Rocío, todavía trabajaré hasta la segunda semana de agosto. Después tengo pensado irme unos días a Portugal (ya buscaré si tengo cerca alguna casa donde haya nacido algún célebre escritor. He visto que Azinhaga, donde nació mi admirado Saramago, no me queda lejos del todo).
    Sigo todas tus publicaciones, Rocío, no te preocupes, aunque a veces esté calladito.
    Un beso también para ti.

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  4. Bueno Iñaki pues entonces todavía te queda un poco para las vacaciones... Y claro me alegraré si te tropiezas con alguna casa de escritor, ya sabes que eres mi reportero de casas en el exterior de Madrid. Yo en mi último paseo por Portugal me traje fotos de un pueblo bien chulo con todas las calles con nombres de escritores, está en una entrada del blog creo que con la etiqueta de viajes. Que este julio ahora tan caluroso te sea benévolo. Muchas gracias por tus comentarios. Un beso, Rocío

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