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jueves, 23 de septiembre de 2010

La estrategia del agua de Lorenzo Silva



Llevo varios días queriendoos hablar del último libro que he leído: "La estrategia del agua" de Lorenzo Silva.

Os hice una especie de introducción en una entrada: http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/09/una-preguntita-sobre-un-libro.html, donde os animaba a que me dijerais a que libro pertenecía el extracto que os copiaba. Efectivamente se trataba de la pareja Bevilacqua y Chamorro, protagonista de esa serie policíaca de libros del novelista Lorenzo Silva. Y concretamente era de este último.

"La estrategia del agua" es el quinto libro de la serie. Comenzó con El lejano país de los estanques (1998), y después llegaron El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella (2002), La reina sin espejo (2005) y éste último. Sin contar con el libro de relatos "Nadie vale más que otro"(2004) con los mismos protagonistas.


Me los he leído todos. Así que sigo las peripecias del brigada Rubén Bevilacqua y la sargento Virginia Chamorro, desde el principio. Hemos madurado a la vez. Porque estos personajes van cambiando con el tiempo como el resto de nosotros. De ello y de ellos nos hablaba el autor cuando le fuimos a escuchar en una conferencia que dió en la Bilbioteca Nacional este invierno, en noviembre, y de la que ya os hablé en el blog (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2009/11/lorenzo-silva-el-novelista-como-cazador.html). Os copio el párrafo donde contaba lo que decía de ellos:

"Y luego también en el caso de los dos guardias civiles. Pero para evitar aburrirme tomo muchas precauciones. Por un lado escribo dejando pasar mucho tiempo, entre estas novelas hay una diferencia de quince años, entre cada una de las primeras ha dejado pasar tres años y ésta última que ya va a salir, ha dejado pasar cuatro años. Y siempre que recupero a estos personajes, han envejecido y el paso del tiempo en los libros en un buen aliado, porque el tiempo cambia a las personas y por tanto a los personajes. Por otra parte no tengo, dice Silva, ninguna prisa en contarlo. Aunque confiesa que le interesa cuando por ejemplo Bevilacqua llegue a los 50 años y tenga mucha experiencia y en cambio le digan que se tiene que ir ya a su casa. O cuando Chamorro ya tenga cuarenta y lleve 20 trabajo y se plantee que quiere una vida familiar más estable... En cada momento hay novedades. Estos personajes son versátiles y flexibles y por eso los puede seguir utilizando..."

Esa fue la primera ocasión que hoy hablar de esta novela. Solo había que dejar pasar el tiempo para que llegara a mis manos. Y como era de esperar, la he leído muy rápido. Como todas las de esta serie.


En este caso el argumento cuenta que al brigada Bevilacqua le encargan el caso de un hombre llamado Oscar Santacruz, que ha aparecido con dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa. Este caso le pilla a Bevilacqua mucho más exceptico y decepcionado con el sistema judicial, lo que se transparenta en los primeros diálogos de la novela. Aún así, tiene que ocuparse de ello puesto que así se lo han encomendado. A primera vista parece el trabajo de un profesional, pero pronto se da cuenta de que la víctima no parece la más adecuada para este "trabajo", pues a parte de tener antecedentes menores por tráfico de drogas y violencia de género, no parece ser claro objetivo de este tipo de ejecución...

Así arranca esta novela, que en el fondo habla de los errores o aciertos de los jueces, de las relaciones humanas, de las separaciones, de las custodias, de las injusticias y del mal. Todo ello perfectamente enmarcado en la actualidad, y en Madrid.


Los personajes principales son los de siempre, Bevilacqua y Chamorro, más un compañero nuevo, Arnau, un joven guardia que soporta estoicamente la actitud negativa de Bevilacqua, pero que poco a poco se le irá llevando a su terreno.


En cuánto a los personajes secundarios, esta vez Lorenzo Silva ha hecho desfilar por la historia a varios personajes femeninos muy logrados. Está la jueza que lleva el caso del asesinato de Santacruz, que aunque en un principio a Bevilacqua no le causa buena impresión, al final resultará ser enérgica y una buena ayuda; la jueza de familia que intervino en el divorcio del informático, me gusta mucho esta parte en la que aparece, y todo lo que dice este personaje; la cabo Inés Salgado (alias Shakira). O la novia y la ex esposa de Santacruz muy bien perfiladas ambas.

Yo he disfrutado mucho con esta novela. Como ya había hecho con las anteriores. Me gustan mucho los diálogos de la pareja protagonista. Así como todas las reflexiones de Bevilacqua.


Si tuviera que poner algún pero, quizás solo pondría dos. El primero es que he echado en falta más protagonismo para Chamorro. Me ha parecido que en esta novela sabemos menos de ella. Y el segundo es que me ha faltado alguna sorpresa en la trama. Supongo que Lorenzo Silva no se preocupa por ello, sino que le interesa más la reconstrucción lenta de todos los hechos que anteceden al asesinato.


En cualquier caso lo mejor, como ya he dicho, los diálogos. Esa mezcla de ingenio con ironía, esa mezcla de humor socarron con la intimidad de algunos que son practicamente confesiones cargadas de melancolía. Qué bien los escribe Lorenzo Silva.


En fin, que estaba deseando leer esta novela, y como esperaba me ha gustado mucho y no podía dejar de leerla hasta que llegué a su final. Espero que no tarde otros cinco años el autor en presentarnos la siguente

2 comentarios:

  1. Miedo me da empezarlo porque con los demás de la serie sufrí bevidependencia y chamorroadicción. Era como la canción de Serrat, que no hacía otra cosa que pensar en ellos, en leer y leer y saber el final pero no llegar demasiado pronto porque no quería que se acabara...estado de alienación lamentable que seguro alegra mucho a Lorenzo Silva, aunque no tanto como a mí.
    (Te confieso que tengo que esforzarme por pensar que Bevilacqua no es real. Me tiene un pelín enamorada el benemérito)

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  2. ¡Ana R! cómo te comprendo... Yo también estaba deseando empezarlo y luego, claro, no podía parar de leer... Y por supuesto a mí también me gustaría que Bevilacqua fuera real, y luego conocerlo, y luego hacernos amigos, y luego... Pero en fin le tenemos dentro ya de unos poquitos libros, ahí está bien guardado, solo basta con comenzar otra vez a leer...

    Un abrazo,
    Rocío

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