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martes, 14 de septiembre de 2010

Hoy Benedetti hubiera cumplido 90 años...



Sí, hoy 14 de septiembre, hubiera cumplido Benedetti 90 años, nació el 14 de septiembre de 1920. Por eso aunque iba a escribir una entrada que tenía pendiente, continuación de la última que escribí sobre un párrafo de un libro, he pensado que recordar a este entrañable poeta y cuentista tenía preferencia.

Siempre recuerdo cuando queríamos ir a escucharle al Colegio Mayor Virgen de Africa, en la Ciudad Universitaria, hará unos ocho o nueve años, en un ciclo de poetas que había los jueves por la noche y a donde íbamos como de excursión después del taller de creación literaria de Villaverde Alto, algunos compañeros de clase y yo. Recuerdo muchos de esos jueves, eran veladas íntimas, de pocas personas porque era a las 11 de la noche, y antes de entrar al salón de actos del Colegio Mayor, había una mesita con termos de café y té y pastas... Qué agradable. Pues bien el día que estaba anunciado que leería Benedetti, aquello dejaba de ser íntimo y se volvía masivo, y ya no había forma, no ya de sentarte, sino hasta de poder aparcar y luego entrar... Claro, es que era Benedetti.

Me hubiera gustado poder dejaros con uno de sus cuentos, pero eran todos demasiado largos. Así que os dejo con uno de sus poemas, uno muy conocido, pero no por eso menos especial. A mí es de los que más me gustan.


Los formales y el frío

Quién iba a prever que el amor   ese informal
se dedicara a ellos tan formales

mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa   la de ella
era como un augurio o una fábula
su mirada   la de él   tomaba nota
de cómo eran sus ojos   los de ella
pero sus palabras   las de él
no se enteraban de esa dulce encuesta

como siempre o   casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche

y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor

cuando llegaron a su casa   la de ella
ya el frío estaba en sus labios   los de él
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos

una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre

él probó   sólo falta que me quede a dormir
y ella   probó por qué no te quedás
y él   no me lo digas dos veces
y ella   bueno por qué no te quedás

de manera que él se quedó   en principio
a besar sin usura sus pies frío   los de ella
después ella besó sus labios   los de él
que a esa altura ya no estaban tan frío
y sucesivamente así
                            mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.

2 comentarios:

  1. Gracias Rocío, por esos recuerdos que has hecho que resurgieran, por la poesía tan preciosa y por acordarte.FELi

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  2. ¡Feli! que bueno encontrarte aquí. Muchísimas gracias a tí por dejar huella de tu paso. Qué recuerdos ¿verdad? qué veladas poéticas nocturnas tan agradables, eran las mil es verdad y al día siguiente había que trabajar, pero ahí que íbamos tan contentos y luego siempre merecía la pena, siempre. Eso lo compartiremos pase el tiempo que pase. Un abrazo muy, muy fuerte, Rocío

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