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jueves, 24 de junio de 2010

Celia Cañadas en Libertad 8





A mí me gustaría que conocierais a Celia Cañadas. Que la conocieraris poéticamente hablando. Porque creo que si no lo hacéis os estais perdiendo algo importante. Y no está la vida para perderse cosas buenas...

Yo no sé si a Celia le vendrá la poesía por línea paterna, su padre es Aureliano Cañadas de quién ya os he hablado en este blog otras veces, no sé la verdad si eso se hereda, si es así ya venía la niña con muy buenos genes para los versos. Pero se herede o no, a Celia se le da muy bien lo de la poesía. Su poesía es sentimental, cotidiana y cercana. Es una poesía que te acaricia la piel y te la traspasa. Una poesía sugerente. Una poesía que hay que tener en cuenta.

Dice Celia de su afición a la escritura: "Manipulo las palabras (cuántas veces fue a la inversa) en ocasiones, para ordenar mis sentimientos, otras, para desorientar al resentimiento o simplemente, por pura diversión".

Aquí os dejo el poema que leyó el martes pasado, día 15 de junio, en Libertad 8 en el recital poético que dió su padre, Aureliano Cañadas con Jose Mª Herranz y del que os hablaré más adelante. En un momento dado su padre la atacó a traición con un: "Y ahora me vais a permitir que saque a mi hija, ella no sabe nada, que me he traído uno de sus poemas para que os lo lea..." Así que allá que fue Celia, obligada por las circunstancias, mirando para abajo y muerta de verguenza, para leernos este poema que os dejo y que yo le pedí después.

Días más tarde ella me mandó este correo: "Te mando el poema que mal leí el martes, por si lo pones en tu blog, yo feliz si alguien quisiera leerlo..."

¿Verdad que sí quereis leerlo? Por favor no dejeis de hacerlo, porque merece la pena. Aquí Celia Cañadas, aquí los lectores de mi blog:


El viento no le fue propicio

A Virginia Woolf


Esta cadencia de agosto
en pleno marzo
aventa lo que ocultan
nuestras aguas estancadas.

En los jardines
crece la hierba
y son otros
los que se abandonan
a lo irregular del terreno,
como nosotros
a la regularidad de las sombras.

Ruedan
ajenos a la gravedad
y a su risa,
ajenos al ridículo
de mi braceo al aire,
a los números, miserables,
como piedras insatisfechas
rompiendo los bolsillos
de mi traje.


Celia Cañadas Marques-Repas

2 comentarios:

  1. Bravo por Celia y por ti Rocío por publicarla en tu blog. Se merece toda la publicidad del mundo porque es una excelente poeta.

    Un beso
    Javier

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  2. Eso pienso yo también, ya lo ves. Muchas gracias Javivi. Un beso

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