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martes, 8 de diciembre de 2009

"Relatos reales" Javier Cercas



Ya he confesado otras veces mi debilidad por este autor.

Javier Cercas es escritor, licenciado en Filología Hispanica y profesor de literatura en la Universidad de Gerona. En otra entrada hablé de la conferencia a la que asistí el mes pasado en la que hablaba con Juan Cruz de su último libro "Anatomía de un instante", dentro del festival Eñe. Pero en esta ocasión me voy a referir a otro de sus libros.


Acabo de terminar el libro "Relatos reales" de Javier Cercas. Este libro reúne un conjunto de crónicas que se habían publicado entre el año 1997 y el año 1999 en la edición catalana del diario El País.

Lo primero que hace el autor es explicar en el prólogo este título "Relatos reales", expresión algo burlona, según el autor, donde quería hacer ya una declaración de sus intenciones con este libro, también claro ejemplo de la figura literaria denominada "oximorón" (que comentaremos en otra entrada) y señala "Todo relato parte de la realidad, pero establece una relación distinta entre lo real y lo inventado: en el relato ficticio domina esto último; en el real, lo primero. ... El relato ficticio anhela emanciparse de la realidad; el real, permanecer cosido a ella".

El libro, entonces, se divide en cuatro partes que aglutinan las distintas crónicas. Estas cuatro partes son: Cosas que pasan, los vivos, los muertos y cosas raras.

A mí me gustan estas crónicas. Hablan de todo, de literatura, de cine, de muchos autores, de los amigos, y sobre todo de la vida cotidiana sin más. Y lo hace con una prosa ágil, distendida, sencilla, vivaz. Muy entretenida.

En tres páginas y poco más te cuenta cada historia real hecha relato y no necesita más. A mí que cuando escribo tiendo a alargarme, ésto me parece una proeza. Además casi todas las crónicas empiezan con frases que en un segundo tienen la virtud de zambullirte en la historia. Por ejemplo os copio aquí el principio de la crónica titulada "Domingueros" de la primera parte.

"Como uno aspira ante todo a ser un hijo ejemplar, el domingo me pongo mi camisa floreada, cojo a mi mujer y a mi hijo, los meto en mi bólido, pongo mi canción favorita de Luis Aguilé (Es una lata el trabajar / todos lo días te tienes que levantar, / y aparte de eso / gracias a Dios... ) y en un periquete me planto en casa de mis padres en Gerona. ..."

Y luego siempre los sabe cerrar perfectamente con una sencilla frase que no deja cabo suelto, pero en cambio sí te deja con una sonrisa.

Para terminar, porque no debo alargarme que si no seguiría y seguiría..., os dejo con un fragmento del titulado "Perder los papeles":

"Todo el mundo tiene sus pesadillas. La de cualquiera que haya hecho la mili consiste en que recibe una carta en la ue se le comunica que, por un error burocrático, se le licenció antes de tiempo y que por lo tanto tiene que regresar al cuartel. La del actor es que se queda en blanco en medio de la representación. La del conferenciante es que, justo en el momento en que se sienta tras la mesa y enfrenta un puñado de ojos expectantes, advierte que ha perdido los papeles de la conferencia. No conozco a nadie a quién licenciaran antes de tiempo en la mili y haya tenido que volver al cuartel; tampoco, a ningún actor que se haya quedado en blanco. En cuánto a los conferenciantes, la cosa cambia.

Hace un par de décadas. En Buenos Aires. Dámaso Alonso se dispone a pronunciar una conferencia sobre Quevedo. Se sienta tras la mesa y saca de su cartera los folios de la conferencia, pero les echa un vistazo y advierte que no contienen el texto sobre Quevedo sino un texto sobre la picaresca. Entonces levanta la vista y, sin un temblor, suelta: "Señoras y señores: hoy no apetece hablar sobre Quevedo hablaré sobre la picaresca".

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